-Esto es de locos. Tiene que haber otra manera de arreglarlo.
-Mira, guapa, que esto me gusta a mí tan poco como a ti, pero aunque sea un trabajo sucio, alguien tiene que hacerlo, y me ha tocado a mí, así que ve haciéndote a la idea.
-Eres odioso. Un cerdo rastrero y repugnante... Si es verdad que no te gusta esto, no sé que haces aquí. No creo que sea porque quieras salvarme de esa estúpida maldición, así que no sé que ganas con... Oh no. Sí. ¡Claro que es eso! ¿Vas a cobrar? ¿Es por dinero? Te pagan por esto ¿verdad?
Spike no contesta, pero levanta una ceja, mientras sigue fumando, sentado en el sarcófago con aire indolente.
-Esto es denigrante -sigue Buffy, cada vez más furiosa-. Lo más humillante que nadie se puede imaginar, y tú eres el ser más despreciable, más repugnante y miserable que existe. Eres... eres...
-Creo que no me pagan lo suficiente. Ni todo el oro del mundo sería suficiente para compensarme. ¡Eres insoportable! Debería largarme y dejarte aquí, pero supongo que me he comprometido con esta misión. Además, esta es mi casa. Mi casa. Tú eres la que tiene que largarse y dejarme tranquilo.
-¡Qué gracioso! Sabes que no puedo irme. No. Puedo. Irme. -Buffy se dirige hacia la salida de la cripta y una potente descarga eléctrica la lanza hacia atrás y le impide abandonar el recinto-. ¡Au! ¡Mierda! ¡Tiene que haber otra solución! Willow encontrará otra solución.
-No la hay y lo sabes. Para romper esta maldición hay que cumplir las expresiones formuladas al pie de la letra. La pelirroja ya te lo dejó bien clarito en su carta, incluso dejó dibujitos y esquemas bastante gráficos de lo que tenemos que hacer. Tendrás que decidirte tarde o temprano, porque llevas veinticuatro putas horas aquí quejándote contínuamente y estás agotando los límites de mi paciencia. Te juro cazadora que ya no puedo más. Estás en mi casa ofendiéndome, insultándome y yo tengo que soportarlo sin comerlo ni beberlo, cuando todo esto lo has provocado tú.
-¿Yo? Ni que esto fuera culpa mía...
-¿Y de quien es la culpa? No fui yo el que estuvo tonteando con un hechicero, amor.
-No sabía que ese capullo era hechicero hasta que fue demasiado tarde. Lo sabes. Y no me llames amor. Albert parecía... parecía un chico encantador. Y lo fue, al principio. Luego era demasiado absorbente. Me llamaba a todas horas, en todo momento, y le mandé al infierno. Entonces empezaron las llamadas amenazadoras, que si sales con otro, que si me eres infiel... ¿Infiel? ¿A él? ¡Sólo salimos un par de veces a tomar café y no pasó nada entre nosotros! ¿Quién se creía que era? ¡Era un maldito acosador! ¿Tengo yo la culpa de que me siguiera y nos viera salir juntos a patrullar?
-Pues podrías haberte estado calladita, guapa. Pero no, siempre serás una bocazas. Cuando te preguntó por mí, tú le dijiste: "Este es Spike, mi novio" -dice el vampiro con voz de falsete imitando la voz de Buffy.
-¡Sólo lo dije para que me dejara en paz de una vez! Estaba ya harta de su contínuo acoso, y pensé que si creía que tenía novio me dejaría tranquila.
-Podías haberle pegado una paliza, ese es más tu estilo. Hubiera entendido mejor el mensaje.
-Lo pensé más de una vez, no te creas, pero no quería llegar al extremo de tener que emplear la violencia.
-Ja -ironiza Spike entornando los ojos.
-Yo no soy una persona violenta -asegura Buffy y el vampiro entorna los ojos, moviendo la cabeza con sorna-. Supuse que desengañándole abriría los ojos.
-Es peligroso hacerle ilusiones a un brujo poderoso y luego despecharlo, amor. La magia es arriesgada y siempre trae consecuencias. Malas consecuencias.
-¿Cómo tengo que decirte que no le hice ilusiones, que no sabía que era brujo, y que no me llames amor? -Buffy se acerca peligrosamente a Spike con los puños apretados.
-No... ya veo que no eres una persona violenta... Pues puedes pegarme si quieres, pero así no conseguirás salir de aquí. ¿Cuáles fueron sus palabras, exáctamente? Ah sí... "Maldita seas Buffy Summers. Ya que te gustan los vampiros, puedes quedarte en su cripta para siempre o meterte a ese Spike por donde te quepa. Chupále la polla y que te dé por el culo, puta, hasta que te quedes bien jodida" Creo que fue algo así. Bonita maldición. Pura poesía, ¿verdad?
-Te divierte todo esto. No puedes negar que te estás divirtiendo, que disfrutas con esta absurda situación, porque eres un pervertido. Pues lo siento, ya puedo quedarme aquí eternamente que no voy a dejar que...
-¿Qué? ¿Que me meta por donde te quepa? ¿Que hablemos idiomas juntos? Francés, griego... A fin de cuentas, todo es cultura -Spike se levanta del sarcófago y se acerca mucho a ella, invadiendo su espacio-. Pero en una cosa te equivocas, cazadora, que te quede claro. Soy un pervertido, de acuerdo, pero a mí tampoco me gusta esto. Sólo quiero que te largues, recuperar mi casa y...
-Cobrar tu dinero. Ya -Buffy ahora se queda petrificada-. ¿Quién te paga? No se lo habréis dicho a mi madre, o a Giles o...?
-Tranquila, guapa. Sólo lo sabe la pelirroja y nosotros. Bueno. Y ese puto brujo al que parece haberse tragado la tierra. Todos creen que estás en una especie de misión especial. La brujita te cubre las espaldas, hasta que te decidas a que te las cubra yo y acabemos con todo esto -hace un gesto lascivo con la lengua-. Incluso es posible que te guste y me pidas más, guapa.
-Eres... eres horriblemente asqueroso. Preferiría acostarme con un demonio Fearl a hacer eso contigo, Spike -la chica le contesta con el tono más despectivo del que es capaz.
-Sólo intentaba encontrar el lado positivo, cazadora, hacerlo más fácil, pero no creas que tú eres mi tipo. Supongo que me repugnas tanto a mí como yo a ti, aunque no creía necesario tener que decírtelo para no herir tus sentimientos. Yo seré un ser asqueroso, un cerdo miserable, sucio, pervertido y despreciable ¿me olvido alguno de tus piropos? Pero claro... Tú eres doña perfecta y yo sólo soy escoria. Tal vez por eso ni siquiera se te ha pasado por la cabeza que sólo tu olor hace que se me revuelva el estómago. Imagínate lo feliz que me hace imaginarme follando contigo -se dirige hacia la puerta, muy cabreado-. Yo también preferiría a un demonio Fearl antes que a ti, no eres la única. Que te den, guapa, que te den...
Y se va, dando un portazo, dejando a Buffy bastante perpleja y, extrañamente sin saber qué decir durante unos minutos. Luego parece explotar.
-Pero... ¿Cómo se atreve...? ¿Cómo se atreve ese horrible vampiro a decirme que... que... ¿Huelo mal? -Buffy se huele las axilas-. Pues sí. Huelo mal.
Buffy se sienta en el sarcófago donde antes había estado Spike y se tapa la cara con las manos, intentando no llorar. No puede derrumbarse. Probablemente Spike se haya largado de la ciudad, dejándola ahí tirada. Por culpa de la maldición nadie puede entrar en la cripta, a no ser él, y ella no puede salir, así que lo más seguro es que muera allí de inanición, sola.
-No, señor -se levanta del sarcófago de un salto-. No pienso rendirme. Ya basta de compadecerme a mí misma. No estoy muerta, aún no lo estoy. Lo primero es explorar esto un poco y ver de qué provisiones dispongo, hasta que Willow pueda hacer algo para sacarme de aquí.
Buffy curiosea en la zona de arriba de la cripta. Es chocante, pero los cajones del escritorio están llenos de libros. Ensayos literarios, libros en latín, artículos filosóficos, poesía... Libros gruesos, algunos parecen antiguos, pesados. Difíciles de digerir. Definitivamente no son comestibles. En la pequeña nevera sólo hay varias bolsas de sangre de cerdo. Aaaag. Luego está el sofá, la televisión... En un estante hay velas, bolsas con especias, tazas, el microondas. Nada para comer. Ni una galletita.
En el piso inferior está la cama dónde ha dormido ella. Bueno, no es que haya dormido mucho, pero al menos el vampiro la ha dejado tranquila, quedándose él arriba. Al fondo está el pasadizo con una cañería agujereada tapada con un corcho, que hace las veces de ducha. Al menos no morirá de sed, y podrá asearse un poco. En un lado del armario hay ropa. Camisetas oscuras, algunas camisas. Abre la otra puerta del armario.
-Uy, uy, uy... -cadenas, esposas, una fusta, velas, vibradores y otros juguetes sexuales. Buffy cierra la puerta inmediatamente, respirando con agitación-. Vaya con Spike. Sabía que era un pervertido, aunque ¿de qué me extraño? Es lo normal. Es un vampiro. Tiene que ser así. Malo, pervertido, asqueroso... Por eso yo no le gusto. Porque soy... ¿Por qué no le gusto? Si yo le gusto a todo el mundo... ¿Es porque soy la cazadora? ¿Por mi aspecto? ¿Será por el pelo? ¿Será por el olor? No es que huela a rosas, eso es cierto. Tengo calor, la tensión nerviosa me hace sudar y... Necesito una ducha. Una ducha me despejará.
El agua cae helada, pero la sensación es refrescante, reanimante. Hay una botellita de gel en un pequeño estante, así como gomina, champú, un peine, decolorante para el cabello, algunas toallas... No hay espejos, naturalmente. Buffy se seca con una pequeña toalla de lavabo y busca en el armario algo de ropa limpia para ponerse. Una camisa rojiza. Eso mismo servirá. Sube al piso superior, se sienta en el sofá y enciende la televisión intentando dejar de pensar en el hambre que tiene y en ese cerdo de Spike que la ha dejado abandonada a su suerte. Si no fuera porque ella está atrapada dentro, le prendería fuego a todas sus cosas. Bueno. No puede prender fuego, pero ese vampiro decolorado se llevará una sorpresa cuando vuelva y espere encontrar sólo su cadáver.
Después de un rato haciendo estragos con los libros, Buffy parece haberse liberado un poco de la tensión. Cierra los cajones, satisfecha, y se sienta de nuevo en el sofá, a ver la televisión.
-¿Ya ha empezado Pasiones? -Spike entra con unas bolsas en la mano, mirando la pantalla del televisor-. No. Ya veo que aún no. Te he traído algo para comer. Hay de todo un poco. Pizza, coca-cola, galletas, chocolate, aperitivos saladitos... -se para a mirarla- Ah, claro... ropa para cambiarte. No lo pensé. Pero puedes coger lo que quieras de mi armario. Sinceramente esa camisa te queda mejor a ti que a mí, en serio.
-Creí... -Buffy le mira asombrada- Creí que no volverías, que te habías ido y no ibas a volver...
-¿Y perderme el capítulo 876 de Pasiones? ¿Ahora que Tommy está a punto de contarle a Mary su gran secreto? -Spike sonríe e inclina la cabeza, lanzándole a la chica una bolsa de aperitivos.
-Gracias... No... No sé qué decir... Spìke -no sale de su asombro-. Es todo un detalle por tu parte que me hayas comprado comida.
-Bueno, cuando estuve de rehén en tu casa no dejaste que me muriera de hambre. Es lo menos que puedo hacer ahora. No es que seas mi rehén, claro. Eres una especie de invitada forzosa. Y, bien mirado, no es que haya comprado nada...
-¿Lo has robado? -Buffy mira la bolsa y sube los hombros, con aire resignado-. Bueno. No creo que esté en posición de hacer ningún remilgo, y la verdad es que tengo hambre. Mucha hambre.
El rubio vampiro ha calentado en el microondas una taza con sangre a la que le ha echado especias y un poco de bourbon. Deja la botella de licor sobre la mesilla y se sienta al lado de Buffy, en el sófá, cuando empiezan los primeros acordes de la melodía de su culebrón favorito.
***
Hace bastante rato que Buffy se acabó el último trozo de pizza y Spike mete la mano en la bolsa de las patatas, llevándose una a la boca, y luego continúa hablando.
-...Y Tommy no sabe que Louise está ahora embarazada, ella piensa que el hijo es de Anderson, pero yo sospecho que la criatura es fruto de aquella noche loca que pasó con Tommy cuando Mary le dejó porque creía que le era infiel con su hermana. No con la hermana de Tommy, evidentemente, sino con la de Mary -Spike da un trago a la botella y se la pasa a Buffy que también bebe-. El que ha entrado ahora es Anderson, el marido de Louise, pero ama en secreto a Christal, la hermana de Mary. Mira. Esos son los hijos del primer matrimonio de Anderson, que parecen muy modositos, pero en el fondo...
Spike le sigue explicando el argumento de la tele-serie, pero Buffy no está concentrada en la pantalla, sino en él. Vuelve a beber de la botella, sin dejar de mirarle. Puede que sea consecuencia del bourbon, pero la chica debe reconocer que Spike es muy atractivo. Sus ojos azules, la boca sensual, los pómulos prominentes. Incluso la cicatriz de la ceja le da un aire algo más salvaje a esa carita aparentemente inocente y ese cabello rubio platino le da un toque ciertamente extravagante y sexy que...
-¿Te pasa algo? -el vampiro baja el volumen a la televisión y la mira fijamente. Tengo la impresión de que no has oído ni una palabra de todo lo que te he dicho. Si te apetece ver otra cosa, puedes cambiar de canal. Mañana, con el resumen, puedo enterarme de lo que ha pasado hoy, así que coge el mando. Todo tuyo.
-No soy tu compañera de piso y no voy a quedarme aquí para siempre -la chica traga con dificultad e intenta no apartar la mirada de esos ojos azules-. Tú lo sabes y yo también. No creo que sea necesario alargar esto mucho más tiempo. Si quiero que se rompa esta maldición y volver a mi vida tenemos que hacer ciertas cosas. Esto suele ser lo primero.
Buffy se arrodilla ante él y lleva las manos temblorosas a la hebilla del pantalón. Él la detiene, sujetándole las manos, mirándola con intensidad.
-Lo siento... -ella no levanta la cabeza-. Estoy un poco nerviosa. Spike... Por favor. No me lo pongas más difícil. Si tú no... no colaboras, yo no...
Las manos frías se desabrochan la hebilla y el botón del pantalón, bajando lentamente la cremallera. Buffy se queda sin aliento al ver el tamaño. Qué barbaridad. Coge aire, cierra los ojos y se la mete en la boca. Todo lo que puede. Spike aprieta los puños y deja escapar un gemido intenso, cuando ella comienza a subir y bajar la cabeza entre sus piernas y la mira mordiéndose los labios, porque desde ese ángulo la ligera tela de la camisa refleja la evidencia de que ella no lleva nada más debajo.
-Dime si voy bien... Si... lo hago bien... -Buffy le habla sin levantar la cabeza.
-Será mejor que la cojas de la base y te ayudes con la mano para... Oh, Dios... Así... así...
Se guía por los gemidos de placer de Spike para seguir más rápido, o apretar más fuerte o lamer con la lengua. Cada gemido, cada movimiento de sus caderas hacia su boca la estimulan a seguir chupando con fruición. Por un momento mira hacia arriba y contempla su expresión extasiada, los labios entreabiertos, él la mira, se muerde el labio inferior y gime, cerrando los ojos. Ella chupa con más ansia, con más fuerza, con más ganas.
-Por favor, así... No pares. No pares ahora... por favor, cariño, sigue, sigue, sigue... ¡Aaaaahhhhh!
Spike se corre en su boca. Buffy intenta tragarselo todo. No va a arriesgarse que un pequeño detalle lo estropee. Recuperando el aliento y limpiándose la boca, coge la botella de bourbon y no deja de beber hasta que se la termina. Deja la botella vacía a un lado y sigue ahí, sentada en el suelo, callada durante mucho rato. Spike abrocha su pantalón y tampoco se mueve. Simplemente la mira sin hablar, con la expresión arrebatada de quien despierta de un sueño maravilloso.
-Bueno... -por fin Buffy le mira, aunque su mirada está bastante desorientada por el efecto del alcohol-. Ya esta... La primera parte de tu misión ya la has cumplido. Con éxito. No ha sido para tanto, bueno, al menos para mí. Supongo que tú cerrabas los ojos para no verme... -la chica se ríe algo descontrolada, y pronto su risa amarga se convierte en llanto y empieza a farfullar- A Angel le hubiera gustado. Él me quería. Yo también le quería, pero se fue. Me dejó y se fue. Supongo que por no poder tener sexo conmigo. Patético ¿verdad? Pero no puedo vivir en el pasado, se supone que la vida sigue. Yo sólo quiero a alguien que me quiera, alguien a quien querer, alguien normal, pero creo que sólo consigo relacionarme con los tíos más cabrones, más capullos, como Parker, como Albert...
-Como yo -acaba Spike, oscureciendo la mirada.
-No... A tí ni siquiera te gusto... Estás loco por librarte de mí... Si hasta te tienen que pagar por... por estoooooo... -se deshace en lágrimas.
-Venga, nena... ssshhhh... -Spike se sienta en el suelo a su lado y le pone la mano en el hombro-. La has cogido llorona. Es por la borrachera... No es cierto que no me gustes. Me gustas mucho, mucho, de verdad.
-Lo dices por decirlo -hace morritos-, para consolarme, pero sé que te repung... te repung.. bueno... que te doy asco, tú lo dijiste, dijiste que preferías a un demonio Fearl antes que a mí... cerrabas los ojos para no verme, porque te doy asco... -sigue llorando, apoyada en su hombro.
-No. No, cariño. A veces tenía que cerrar los ojos porque verte así, medio desnuda, chupándome, era demasiado para poder resistirme. Deseaba tocarte, tocar tus pechos que se insinuaban en el escote, subir el faldón de la camisa, acariciarte... Aún sin tocarte, ha sido la mejor mamada que me han hecho... Te lo digo en serio. Supongo que es lógico. Cuando las vampiras se excitan son todo colmillos y no es muy seguro dejarles la polla al alcance de la boca. Mirándolo bien, creo que ha sido la primera mamada completa que me han hecho nunca, y te juro que ha sido...
Spike se da cuenta de que Buffy se ha quedado dormida, apoyada en su hombro. La coge en brazos y la baja hacia el dormitorio. Es ligera como una pluma. La deja suavemente sobre la cama y le acaricia la cara. Luego sube al piso superior y se va al bar de Will.
Vuelve horas más tarde, borracho. Muy borracho. Baja las escaleras tambaleándose hacia el dormitorio y se sienta sobre la cama.
-No, cazadora. Definitivamente no me das asco. Eres preciosa -abre los botones de la camisa y toca sus pechos, ella se agita un poco, pero sigue en su sopor etílico. Sus pezones se ponen duros como reflejo del contacto con sus frías manos. Spike abre del todo la camisa y aspira el aroma de su sexo, llevando los dedos hacia el centro, tocando su humedad-. Mmmmm... Estoy de nuevo a punto de explotar, pero el caso es que... no sé. Ahora te follaría como un poseso, pero así, vaya, no me parece apropiado. Seré un idiota o me estaré ablandando, o... -su mirada se hace más oscura- o deseo que estés bien despierta para que me sientas, que todos tus sentidos estén alerta, que tu piel se estremezca cuando entre dentro de tí. Deseo que gimas al sentirme. De placer o de dolor. Me da igual, pero quiero que te enteres, que lo notes todo. Quiero que me sientas cuando entre en ti...
El vampiro sin dejar de mirarla, empieza a sacudirse con energía hasta que el frío semen salta y cae sobre el pecho de la chica. Luego se desnuda y se acuesta a su lado, quedándose profundamente dormido en segundos.
***
El sol hace un rato que ha salido cuando Buffy despierta. Enciende la luz de la lamparilla y mira el reloj. Le duele la cabeza y tiene la boca seca. Lo primero que nota es la humedad en su pecho y que su camisa está completamente abierta. Lo segundo es que Spike está tumbado en la cama, desnudo, durmiendo a su lado.
-Esto es... ¿semen? ¿Ya lo habrá...? No . Estoy segura de que si lo hubiera hecho, lo sabría. No es posible que una cosa tan enorme no deje -traga saliva- secuelas. Pero entonces ¿qué coño ...? ¡SPIKE! -le da un soberbio codazo y el vampiro se despierta sobresaltado- ¿Que has hecho? ¿O qué no has hecho? ¿Por qué no has hecho lo que tenías que hacer? ¿Es que tú eres idiota o qué?
-Por favor... baja el tono. Me duele la cabeza. ¿Qué hora es? Dios... si aún es de día. Necesito dormir. Ayer fui al bar de Will, bebí demasiado y...
-¿Y qué pasó? ¿Que no acertabas? ¿Que no encontraste la entrada? ¿Que te falló la puntería?
-Eres mucho más simpática cuando estás borracha. Incluso con los ojos hinchados y llorando a moco tendido eres mucho más simpática... -Spike se restriega los ojos y su voz es somnolienta-. No podía hacértelo estando inconsciente.
-¿Porque no sería correcto? ¡Pedazo de cabrón! ¡TE HAS HECHO UNA PAJA Y TE HAS CORRIDO SOBRE MI! ¿Me has estado... tocando? ¡HIJO DE PUTA! -le va a pegar un puñetazo, pero Spike lo bloquea, cogiéndole la mano en un reflejo rápido.
-Mira quien habla. Empezaste tú. Tú me chupaste la polla anoche y ahora te molestas por una tontería así... Ya te he dicho que vine muy borracho. Supongo que también estaría excitado. ¿Qué quieres, amor? Soy un vampiro. Malo. ¿Recuerdas? No soy un fraile franciscano. Un vampiro llega a su casa cargado, caliente, y encuentra en su cama una tía buena medio desnuda... Agradéceme que, no sé cómo, me contuve lo suficiente; porque de haber dado rienda suelta a mis instintos, ahora no podrías ni cerrar las piernas, bonita.
-Mucho hablar, pero no has hecho lo que tenías que hacer, pedazo de estúpido, ¿o es que necesitabas instrucciones? No es tan complicado. Dos orificios. El de atrás.
-Te acabo de decir que no, que estando inconsciente, no. Entre otras muchas razones que no vienen al caso, la principal es que no hubiera servido para nada. Para romper una maldición así, los implicados deben acceder voluntariamente, estar lúcidos y en plenas facultades mentales, así que si no te importa, voy a dormir un ratito más.
Buffy se levanta de la cama, abre el armario de juguetes de Spike y le lanza un frasco de lubricante con fuerza.
-Auch -lo coge al caer sobre su pecho.
-Pues hazlo ahora. Vamos. Acabemos ya de una vez por todas con esta puta maldición para poder largarme a mi casa y perderte de vista para siempre.
-¿Es que eres sorda o la resaca te deja más atontada de lo normal? Te acabo de decir que ahora soy incapaz. No hasta que haya dormido un poco y...
-No... Oh, Dios santo... De todos los vampiros que hay en el mundo, he tenido que dar con un pichafloja...
Spike se levanta la colcha y le muestra su miembro erecto, enorme. Luego vuelve a cubrirse.
-Ya ves que no es eso, cazadora. Es por... por el dolor. No es por presumir pero ya has visto cómo es... Y creo que es tu primera vez. El dolor será intenso. Mucho. Insoportable.
-Yo... Yo podré aguantarlo. Soy la cazavampiros. Mi naturaleza me predispone a soportar el dolor, así como a recuperarme pronto de las heridas.
-No me refiero a ti, amor. Me refiero a mi dolor. No podré evitar hacerte daño y el chip se activará. Te juro que es como si me taladraran el cerebro con clavos ardiendo. En estas condiciones me mataría. Tengo que estar más fuerte, haber dormido lo suficiente, y ahora ya me duele demasiado la cabeza como para poder intentarlo. No te preocupes que lo haré. Te prometo que lo haré. En cuanto me despierte esta noche estaré lleno de energía, pero ahora sé buena chica y déjame dormir. Es... necesario que descanse.
Buffy apaga la luz cuando ve que cierra de nuevo los ojos y sube al piso superior. Abre una lata de coca-cola de la nevera, coge un paquete de galletas y se sienta en el sarcófago.
-Vaya. No me acordaba del chip. No había pensado que esto sería mucho más doloroso para él que para mí. No sé cuánto dinero le habrá prometido Willow, pero tiene que ser mucho para que haga esto. Me veo pidiendo un crédito para tener que pagarle, no voy a dejar que Willow cargue con los gastos y se quede sin ahorros -se abrocha la camisa, manchada, sobre su pecho algo pegajoso-. No sé qué debo sentir. ¿Debo sentirme enfadada? Supongo. Me despierto rociada de semen de vampiro, pero podía haber hecho más, y no lo ha hecho, aprovechando que yo estaba desfallecida y muy borracha. No sólo no estoy enfadada, me siento ¿halagada? Creo que en parte sí. Por lo menos no le repugno -Buffy se sonríe-. Ha dicho algo de llegar a casa y encontrarse a una tía buena medio desnuda en su cama. Tía buena. Eso ha dicho. Él también está bueno. No puedo negar que tiene un cuerpo atlético perfecto y es muy sexy. Eso al menos ayuda cuando hay que tener sexo con alguien. Dios, me daba pánico pensarlo. Hace un momento estaba furiosa, impaciente por que lo hiciera, para largarme, pero cagadita de miedo, porque su cosa es gigantesca. Sé que me dolerá, pero también estoy algo más tranquila porque si me duele, a él le dolerá mil veces más, así que no tendrá más remedio que ir con cuidado. ¿Y si no puede hacerlo? ¿Y si el dolor en su cabeza es tan insoportable que se le afloja el asunto? No. No voy a ser pesimista. Esta noche lo haremos y punto. Por fin podré irme de aquí. No pienso volver a entrar en esta cripta nunca más. No quiero volver a ver a Spike nunca más después de esto... Dios. ¿Y si se lo cuenta a alguien? No creo. Lo primero es que nadie le creería, y por otra parte no creo que tirarse a la cazadora sea algo de lo que un vampiro pueda jactarse y alardear ante otros vampiros o demonios. Matar a la cazadora, vale, pero darle por culo, en el sentido literal de la palabra, no. No lo dirá. Supongo. Le mataré si lo cuenta. Juro que le mataré si...
-No dejas de hablar, Dios, no dejas de hablar. Bla, bla, bla, bla... Incluso sola no paras de hablar. Desde ahí abajo tu voz estridente se me clava en la cabeza como alfileres -Spike sube por las escaleras con el pantalón puesto, pero sin camiseta y descalzo.
-Lo siento. No puedo remediarlo. Hablo sola cuando estoy nerviosa. Me ayuda a pensar. Creía que estabas ya profundamente dormido, no era mi intención molestarte. Vuelve abajo y duerme. Me callaré, te lo prometo.
-Tengo hambre. Voy a tomar un poco de sangre y luego intentaré dormir. Oh, Dios... Mi cabeza... -se sienta en el sofá, e inclina la cabeza hacia adelante.
-Yo también tengo resaca, me duele la cabeza y no protesto tanto. Joder, Spike, estoy empezando a pensar que eres tan quejicoso que no vas a ser capaz de... ¿Qué tienes en la nuca? ¡Estás sangrando!
-Por eso me duele la cabeza, lista. Bah, lo de siempre. Me peleé en el bar con otros vampiros, de olfato muy, muy fino. Supongo que defendía mi honor, negando y matando a cualquiera que insinúe que hay algo entre tú y yo, así que no te preocupes porque vaya a contar nada de esto. Lo que me faltaba para acabar de joder mi reputación: Spike, maestro vampiro de la orden de Aurelius, cazador de cazadoras, ahora, además de estar castrado por un chip, se convierte en el amante ocasional de la cazavampiros. ¿Qué quieres? ¿Que sea el hazmerreir de todo Sunnydale?
-Bueno, no es que hagas esto por gusto...
-Si te parece voy contando por ahí que lo hago por dinero. Mucho mejor. No sólo soy el amante ocasional, soy el puto gigoló. Quédate bien tranquila que de mi boca no saldrá de esto ni una palabra y supongo que de la tuya tampoco.
Buffy coge una taza, la llena de sangre de la bolsa de la nevera, le pone especias y la mete en el microondas. Sabe que le gusta templada. Ni muy fría ni caliente. Temperatura corporal. Se la lleva al sofá y al acercarle la taza sus manos se rozan y ambos sienten un extraño escalofrío.
-Gracias.
Mientras el vampiro bebe de la taza en silencio, ella le mira fijamente, sentándose a su lado en el brazo del sofá.
-¿Qué? -él vuelve la cara hacia ella, malhumorado.
-Esa herida tiene mal aspecto -la inspecciona tocando un poco con la mano-. Casi te abren la cabeza.
-Tranquila, cazadora. Mi cabeza es más dura de lo que piensas. Para esta noche ya habrá sanado y estaré preparado para todo lo que necesites -sonríe con sorna-. No voy a flojear. No se ha inventado chip que pueda conmigo en este sentido -se lleva mano al paquete, con un gesto obsceno.
Buffy se levanta mirándole con reproche.
-Vete a la mierda, Spike. Sólo quería ser amable. Voy a ducharme y a cambiarme de ropa. ¡No! No lo digas. Sé lo que vas a decir. No.
-Que malpensada eres, cazadora. Sólo iba a comentarte que si necesitas que te enjabone la espalda o cualquier otra parte de tu cuerpo, ya lo sabes, estoy completamente a tu servicio...
-Te detesto. En serio.
-Lo sé, amor -sonríe irónico-. El sentimiento es mutuo.
***
La chica vuelve de la ducha luciendo otra camisa de Spike, esta vez una de color negro. Spike está sentado en el suelo. Los cajones del escritorio están abiertos y tiene un libro antiguo en la mano, o lo que queda de él.
-Sé que me odias, pero hubiera preferido que me hubieras pateado mil veces los huevos a que hicieras esto. Yo soy un vampiro, soy malo, pero esto es... esto es cruel, cruel... -fija su vista en ella con los ojos azules brillantes por las lágrimas contenidas.
-Tus... tus libros... No me acordaba. Lo... lo siento, creí que te habías largado para no volver, que me habías dejado abandonada a mi suerte y me puse furiosa. Fue un estallido de rabia. Yo te... te compraré libros nuevos si quieres.
-La mayoría eran primeras ediciones, libros antiguos, algunos tenían más de cien años...
-¿Eran valiosos? Oh, Dios... No me digas que he destruido libros de esos que valen una fortuna.
-No. Más bien tenían valor sentimental -mira el libro que tiene en la mano-. Baladas líricas de W. Wordsworth. Un poeta romántico inglés del siglo XIX. Bah... -lanza el libro al suelo, a un rincón y se levanta-. Da lo mismo. Sólo eran libros. Sólo eran parte de un pasado olvidado. Voy a intentar dormir un rato. Te agradecería que no me molestaras hasta que se ponga en sol.
Y sin más baja por la escalera al dormitorio. Buffy le mira sin hablar. Sabe que decirle que nuevo que lo siente no va a solucionar nada. Coge del suelo el libro que Spike ha tirado. Tiene un color amarillento, las tapas arrancadas y la mitad de las hojas están descosidas del lomo. Cae una de las hojas del libro, un poema con un fragmento subrayado.
"El nacer no es sino sueño y olvido.
El alma que amanece con nosotros, estrella de nuestra vida,
se ha puesto tras un ocaso que ignoramos,
y viene de lejos, sí; / mas no privada del todo de recuerdos,
y no completamente desnuda,
pues arrastra nubes gloriosas de donde venimos ...
La primera hoja tiene una dedicatoria, escrita a mano:
Para mi estimado William en su vigésimo cumpleaños.
Que te sirva de inspiración e ilumine tu alma como hizo con la mía.
Tu madre, que te quiere:
-Era de su madre... -murmura Buffy, con un nudo en la garganta-. Tiene razón. Esto que he hecho ha sido cruel, pero no sabía, yo no lo sabía... ¿Cómo iba a suponer que un vampiro conservara más de cien años los regalos de cumpleaños de su madre? ¿No es un vampiro? Los monstruos no tienen madre, no recuerdan a su madre, odian y matan a sus madres...
***
-Spike despierta... estabas soñando.
Cuando Spike despierta sobresaltado se encuentra a Buffy observándole atentamente.
-Estabas soñando. Creía que los vampiros no soñabais -insiste ella.
-Claro. Los animales no sueñan... Pues te equivocas, yo sueño. Incluso una vez soñé que tú tenías una hermana pequeña que era una llave interdimensional ansiada por una diosa muy cabrona, que tú te morías por ella y luego resucitabas, yo me enamoraba de tí, nos enrollábamos y por ti recuperaba mi alma, me convertía en un héroe y moría salvando el mundo; pero luego no estaba muerto, sino que era un fantasma que salía de un medallón, entonces recuperaba mi cuerpo y ayudaba a Angel a volver a salvar el mundo, quedándome con él en L.A. Los dos juntitos para siempre. Angel y yo. Compañeros del alma, soulmates forever.
-Dios mío, Spike... Deberías de dejar de ver tanta tele... Tantos culebrones no pueden ser buenos para la cabeza... y hablando del tema ¿Cómo estás? ¿Y tu cabeza?
-Como una rosa. Me ducho y vuelvo enseguida. No voy a hacerte esperar más. Si quieres...
-No. Gracias. No lo digas. Spike, no.
-Siempre pensando mal de mí, amor. Sólo quería decirte que no tengo ningún inconveniente en dejar que me enjabones tú, si te empeñas en hacerlo...
Cuando sale de la habitación, Buffy no puede evitar sonreirse. A veces es tan previsible... y en otras ocasiones es una auténtica caja de sorpresas.
Vuelve secándose el cabello y con una toalla de lavabo enrollada en la cintura que no puede ocultar el volumen de su excitación. Se acerca con movimientos felinos y se sienta en la cama detrás de ella. Su voz profunda, susurrando en su oído, hace que a Buffy se le ponga la carne de gallina.
-No va a ser fácil, amor. Es la primera vez para ti, así que si queremos que esto funcione debemos evitar tu dolor en la medida de lo posible para impedir que se me fría el cerebro -le pone las manos en los hombros y Buffy da un respingo al sentir su frío contacto-. Sé de buena tinta que en el sexo el dolor también es placer. Cuando la excitación sexual es tan fuerte, tan salvaje, cuando tienes tantas, tantas ganas que te mueres de deseo, el sufrimiento físico puede hacerte sentir emociones mucho más intensas y placenteras que el sexo tradicional. Tú sólo tienes que abrir tu mente y dejarte llevar. Te aseguro que puedo hacer que algo que supones desagradable sea la mejor experiencia sexual de toda tu vida, pero debes colaborar, dejarme hacer sin ponerme pegas, olvidarte de quien soy, olvidarte de quien eres, sólo tienes que sentir, y soy muy hábil, soy un experto en hacer sentir.
-Qui... quieres decir -dice la chica con voz temblorosa- que para que no nos duela, a mí me tiene que... ¿que gustar?... No creo que...
-Déjame hacer a mí -empieza a besar su cuello desde atrás y con suavidad la tumba sobre la cama, desabrochando los botones de la camisa, rozando imperceptiblemente los pezones-. No tengas prisa. Esto va a ser lento, los trabajos bien hechos no deben hacerse con precipitación, pero te prometo que si me dejas hacerlo a mi modo, mañana duermes en tu propia cama. Confía en mí.
No la toca. No la está tocando. Aún no le ha puesto un dedo encima y Buffy ya se siente tan excitada que le duele. Simplemente la está oliendo, despacio, lleva mucho rato oliéndola, la mira y huele sus pechos, su cuello, sus brazos, sus manos, su vientre, sus piernas... sin dejar de hablarle con esa voz profunda, con su boca tan cerca de su piel que sus palabras queman como brasas.
-Eres una diosa, una diosa perfecta y tu olor... Mmmmmm... el aroma dulce que emana de tu cuerpo divino me vuelve loco. No me extraña que ese brujo perdiera la cabeza por ti, no me extraña que Angel perdiera su alma por ti -sigue aspirándola, cerca del ombligo-. No concibo que alguien pueda conocerte y no querer hacerte suya para siempre. Eres capaz de despertar los deseos más oscuros en un hombre y convertirlo en un monstruo -se tumba sobre ella y la mira fijamente, acariciando su cabello-, pero también por ti, por poseerte en cuerpo y alma, un monstruo también puede querer convertirse en un hombre, en un hombre que te ame, que te adore, que diera incluso su vida por tu amor, por poseerte, poseerte, Dios... Me muero por besarte, acariciarte, lamer todo tu cuerpo, y luego penetrarte, todo dentro de ti... Lo deseo tanto, tanto... Dime que tú también, amor, dime que tú también...
-Síiiii -Buffy ya no puede más. Agarra a Spike con fuerza del cabello y le besa con pasión y él responde con la misma intensidad, provocando quejidos de placer en la chica, mucho más intensos al quitar la toalla y frotar su miembro duro contra ella.
Él le sujeta con fuerza las muñecas y lame su cuello bajando hacia los pezones despacio, su lengua la roza con suavidad, besando, lamiendo, moldeando su deseo hasta el límite, insistente en hacerla desesperar, cuando ahora la devora con ardor, sus besos fríos ardientes bajan por su vientre e instintivamente abre las piernas agitada, y realmente olvida quien es ella, quien es él. Nunca se había abandonado así, entregada totalmente, sometida la razón, completamente conquistada por las sensaciones, pero es que se derrite por dentro, las sensaciones son extremas e involuntariamente tiene que gemir cuando esa lengua diabólica, maravillosamente perversa llega a su centro, y se recrea relamiendo, saboreando, desatando la fiera oculta que ella lleva dentro.
Spike sabe que ha llegado al punto donde no hay vuelta atrás. Ahora ella es capaz de dárselo todo, todo lo que le pida.
-Ahora es el momento, amor. Necesito entrar en ti y sé que tú también lo necesitas, lo deseas, lo deseamos los dos...
Buffy se da la vuelta ágilmente y él sigue acariciandola desde atrás, manteniendo su excitación. Hunde su dedo cubierto de vaselina, luego introduce dos dedos, preparándola y se impresiona cuando ella se aprieta contra su mano, suspirando loca de deseo.
-Voy a hacerlo ahora. Relájate, cariño, relájate. Eso es. Sólo será un momento de dolor y luego todo placer, puro placer. Te lo prometo.
La penetra. Toda su magnitud dentro, y si a la chica se le saltan las lágrimas, él no puede reprimir un grito de agonía por el agudo tormento, insufrible, al activarse el chip cerebral.
-Por favor, cariño... -jadea Spike-, relájate, siénteme, siente al hombre que hay en mí, esperaré a que estés más cómoda, a que te habitúes. Oh Dios... sabes que esto es más que sexo, es mucho, mucho más, mucho más -la sujeta desde el pecho, rozando sus pezones, besando su cuello, y Buffy siente que el vampiro besa su cuello, pero muerde su alma cuando le oye susurrando a su oído-. Buffy, lo sabes, tienes que saberlo... sabes lo que siento por ti, sabes lo que siento, sabes que te quiero, sí cariño, sí Buffy, te quiero...
Y tal vez sean sus dulces palabras de amor, o sus tiernas caricias, o que la llama por su nombre, pero el dolor se amortigua, reemplazado por un placer inmenso cuando empieza a moverse lentamente, sin dejar de acariciarla, haciéndola estremecer.
Spike cierra los ojos, aprieta las mandíbulas, se introduce más profundamente y ella está tan caliente, tan, tan caliente... Se concentra, se mueve despacio contra ella y Buffy siente inesperadamente el frío semen palpitando en su interior. De forma brusca, el vampiro se desliza fuera de ella y se levanta de la cama.
-¿Spike? -Buffy está aún de rodillas, temblorosa, jadeante, pura excitación, la bestia del deseo desatada, insatisfecha, respirando con agitación- Spike.. yo aún no...
-¿Aún no qué, cazadora? ¿Aún no te has corrido? -su tono de voz es frío, duro, desagradable-. Pues lo siento, ese ya no es mi problema, mi misión termina aquí, no soy tu puto, no me pagan lo bastante. Pero no soy tan cruel, no te voy a dejar así, si quieres seguir, aquí tienes un consolador, tú misma -abre el armario y le lanza un vibrador a la cama-. Vamos, cazadora, no me mires así. No habrás creído ni una sola palabra de lo que te he dicho antes, ¿verdad? Todo era pura farsa, pero ha funcionado ¿no? La maldición está rota, he hecho lo que tenía que hacer y mi cerebro no ha acabado frito. Date prisa, acaba pronto y lárgate, que tengo que quemar esas sábanas. Joder, cazadora, tu olor está por todas partes, -sonríe cruel a una pasmada Buffy-. Tiene su punto, en parte ha sido gracioso, verte así, tan... caliente, tan... puta, como un animal en celo, cuando yo casi estaba a punto de vomitar, y eso que los vampiros no vomitamos -las aletas de su nariz se dilatan- qué hedor, voy a tener que frotarme la piel con un estropajo para quitármelo de encima si quiero ir al bar de Will.
Spike se dirige al pasadizo donde está la ducha, dejando a la chica agitada, indignada, humillada, con los ojos brillantes por las lágrimas de rabia. Se pone la camisa con manos temblorosas y respira hondo. Toda su frustración por la humillación y por el deseo sexual insatisfecho se convierte de forma inmediata en cólera. La sangre le hierve.
-Hijo de puta... cabrón hijo de puta... -como un vendaval furioso entra en el pasadizo de la ducha.
-Eso que te dije de enjabonarme también era parte de la comedia -Spike, que estaba de espaldas bajo el agua, se vuelve-, comprendo que necesites una ducha fría más que yo p...
No acaba la frase, Buffy le golpea la cara con furia, de forma salvaje. De una soberbia patada le lanza contra la pared y se lanza sobre él, tirándole al suelo, ambos empapados, cuando va a pegarle otro puñetazo ve la expresión en la cara del odioso vampiro y se detiene, paralizada.
-Sigue pegándome, cazadora, eres más fuerte que yo y estoy indefenso por el chip. ¿Vas a matarme o sólo a darme una paliza para quedarte a gusto? ¿Es que acaso vas a violarme? Por favor, prefiero que me mates, de verdad, otro polvo contigo no lo soportaría, ya voy a tener pesadillas con esto durante toda mi puta existencia.
-Lo siento -Buffy le habla con calma extraña, aún en el suelo, a horcajadas sobre Spike-. Tienes razón -se levanta despacio-. La culpa es mía. Olvidé lo que eres. Nunca debí olvidar lo que eres...
-Soy un vampiro.
-Ya lo sé -Buffy sonríe amargamente-. Pero en esa habitación, en esa cama, no quería estar con el vampiro. Quería estar con el hombre. Supongo que querías demostrármelo desde el principio. Hacerme ver que soy más sucia, más despreciable y más depravada que tú, porque a fin de cuentas tu has sido fiel a tu naturaleza y yo no. Lo normal es que nos despreciemos, que nos odiemos. Lo normal hubiera sido que ambos hubiéramos sentido asco. Pero no. Dios, Spike... me sentía feliz, me sentía deseada, amada... Amada por el hombre que creía que había en tí. Olvidaba que yo no tengo suerte con los hombres y que no conozco un tío que no quiera hacerme daño, como hizo Angelus; o rebajarme, como hizo Parker; o maldecirme como ha hecho Albert... Supongo que aún así te tengo que dar las gracias, porque has conseguido superar tus náuseas para ayudarme a romper esta maldición.
-Lo hice para librarme de ti de una vez, no por hacerte un favor. Te odio, lo sabes, te odio.
-Sí. Yo también. Ahora yo también me odio. Y lo siento, no sabes cuánto lo siento.
Él la mira con expresión interrogante.
-Sí, ya sabes. Lo de tus libros, el haberte pegado ahora, todo esto... Lo siento.
Desde el suelo la observa marcharse, con la camisa empapada pegada a su cuerpo pero con la cabeza alta, intentando conservar un poco de dignidad. Él traga saliva, se levanta, cierra los ojos y golpea con tanta fuerza la pared que su nudillo cruje al romperse los huesos.
Spike sube al cabo de un rato ya vestido y encuentra a Buffy en la puerta, sacudida por las descargas.
-Pero ¿qué...? -la empuja hacia dentro, separándola de la salida.
-Suéltame. Tengo que salir de aquí -vuelve a intentarlo, cogiendo impulso, pero las descargas continúan.
-¿Estás loca? -vuelve a empujarla hacia adentro-. Vas descalza y estás mojada. Vas a conseguir matarte si...
La última descarga ha sido tan fuerte que la ha dejado sin sentido en el suelo.
-Mierda.
CONTINUARÁ
***
Buffy despierta de nuevo sacudida por descargas, pero no son descargas eléctricas dolorosas, son descargas de placer, oleadas de placer intenso, punzante, que la hacen estremecerse, agitarse y agarrar impulsivamente con fuerza los rizos rubios de Spike entre sus piernas cuando el orgasmo la hace arquear la espalda y jadear sin control.
-¿Qué... qué estás haciendo? -aparta la cabeza de Spike de un empujón, alterada, y se echa hacia atrás, pegando su espalda al respaldo de la cama, con la respiración aún agitada, las piernas temblorosas, intentando recuperar el aplomo.
-Ahora ya nada -responde Spike, relamiéndose -. Ya lo he hecho. Por tus gritos y gemidos supongo que ha estado bien. Vaya. Te has corrido muy pronto. Es normal, seguías muy, muy excitada. Yo... lo siento -baja la cabeza, con aire compungido-, de verdad, yo...
-¿Me... me haces.. esto... y ahora te disculpas? ¿Te arrepientes porque ahora sientes las náuseas? No te pedí que lo hicieras. No quería que lo hicieras.
-Yo creo que sí querías -Spike sonríe, levantando una ceja-. Y te ha gustado.
-Nunca ¿me oyes? nunca vuelvas a tocarme o te juro que te mataré, te clavaré una estaca en ese sucio y podrido coraz...
-¡Oh, cállate ya! -la mira dolido-. No entiendes nada. No me arrepiento de esto. Esto es... es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. Lo que siento es haberte fallado, que no haya funcionado. No sé qué he hecho mal. He hecho todo lo que Willow me dijo que hiciera, incluso lo de hacerte daño. La pelirroja insistió, a mí no me gustaba la idea, pero ella decía que tenía que hacerte daño para romper la maldición, y yo creí que...
-¿Tenías que hacerme daño? -repite Buffy, confundida.
-Claro. Es una maldición. Se supone que una maldición se echa para joder a otra persona. ¿No recuerdas lo que dijo el hechicero? "Hasta que te quedes bien jodida". Yo no podía hacerte daño físico, por lo del chip, ya sabes, así que Willow pensó que si te hería en tu orgullo a lo mejor serviría. Supongo que los insultos o los desprecios de un vampiro como yo no han hecho mucha mella en ti. Probablemente me sobrevaloré. Es posible que te jodiera bastante eso de dejarte insatisfecha, pero creí que al decirte todas esas barbaridades que te dije, te dolería.
-Me dolió.
-Pues seré un cabrón, pero me alegro. Haces que me sienta mejor. Al menos no te soy tan indiferente como pensaba. Lo que te dije, eso sobre tu olor y que me dabas ganas de vomitar, no era cierto. No es cierto. Pero tenía que hacerlo. Lo entiendes ahora ¿verdad? -la mira intensamente-. Lo nuestro no fue una farsa, lo que he vivido contigo, lo que he sentido contigo no ha sido una farsa. Ha sido real. Es real.
-Eres el ser más retorcido que existe. Pensé que era Angelus, pero tú le superas con creces. ¿Piensas que voy a volver a dejarme enredar en tus diabólicos jueguecitos mentales? ¿Crees que soy tan idiota como para volver a caer en lo mismo? Me engañaste una vez, pero ahora no te va a salir bien. No te vas a volver a divertir humillándome.
-No te estoy mintiendo ahora -Spike se desespera-. ¡Te juro que esas cosas horribles que te dije solo las dije para intentar ayudarte, para intentar romper la maldición, porque tenía que hacerte daño!
-Déjalo ya. El caso es que ahora me da igual. Tanto si te gusto como si te doy asco, ahora no pienso dejar que me afecte. Ya no. Nada de lo que digas puede afectarme, Spike. Vuelvo a ser yo misma, otra vez. Nunca debí olvidar lo que soy.
-No seas tan arrogante. Sabes que te morías por mí... te hice perder el control, loca de deseo por mí... ¿Pretendes ahora negarlo?
-No -sonríe ahora la chica, despectiva-. Claro que no. Eres muy hábil, un experto en hacer sentir... pero creo que el arrogante eres tú, porque lo que me hizo perder el control es algo que no existe. Ya te dije que yo me entregué al hombre y tú sólo eres un monstruo. Yo quise ver en ti algo irreal, una fantasía, por esa absurda tendencia de querer lubricar de sentimiento lo que sólo era sexo sucio, así no dolía tanto. Lo hiciste muy bien. Me lo creí. Pero no quieras seguir jugando conmigo. Sé que fue sólo algo necesario para poder acabar con esta puta maldición. Nada más. Y ni siquiera ha funcionado. ¿Por qué? ¿Por qué no ha funcionado? -se levanta de la cama, con los ojos brillantes-. ¿Por qué tengo que seguir encerrada en esta mierda de cripta con una mierda de...?
-De monstruo como yo -Spike termina la frase, aprieta los dientes, marcando más los pómulos y se levanta de la cama, haciéndo un gesto de dolor al apoyarse con la mano-. No lo sé. No sé qué ha ido mal, pero voy a tratar de averiguarlo. Sólo espero que no haya que repetirlo, porque si ese es el caso, acostúmbrate a vivir en esta mierda de cripta con esta mierda de monstruo, cazadora.
***
La puerta se oye al abrirse y volver a cerrarse y Buffy sube las escaleras.
-Has tardado mucho. Creí que ya no volverías -ahora la chica se fija en su mano hinchada y la señala-. ¿Otra pelea en el bar, para salvaguardar tu honor?
-No. Más bien una pelea conmigo mismo, aunque creo que tú me has roto también un par de costillas al darme esa patada. Debería haberme largado lejos, haberme tomado unas buenas vacaciones y regresar cuando sólo fueras un despojo. Pero he vuelto. Otra vez. No me preguntes por qué, porque ni yo mismo lo sé. Espero que no me hayas destrozado nada más pensando que no iba a volver -ahora la mira horrorizado-. ¡No te habrás cargado la tele!
-No. No he roto nada -responde impaciente-. ¿Has hablado con Willow? ¿Has averiguado algo?
-Sí. Willow no tiene ni idea de lo que ha podido salir mal, así que fuí a ver a alguien que sí que tiene idea de maldiciones. Una experta. Es complicado encontrarla, por eso me entretuve; bueno y porque luego se me hizo de día y no pude salir hasta que se puso el sol. Sibila es una vieja bruja poderosa, pero muy esquiva. No le gustan los vampiros, pero siempre dice que ve en mí algo especial. Será por mi atractivo físico natural, o por mi don de gentes o por mi facilid...
-Por favor, Spike -corta Buffy, intentando mantener la calma-. ¿Puedes decirme qué has averiguado?
-Ah. Sí. Sibila dice que las maldiciones hay que tomarlas al pie de la letra. Este es un conjuro de palabras y...
-Eso ya lo sabíamos.
-...Y -continúa Spike- hay que prestar atención al sentido de las mismas. El sentido literal. "Hasta que estés bien jodida" . Eso dijo el hechicero. Hay que aplicarlo en sentido literal.
-Pues no sé qué pudo haber ido mal. Ya te dije que en su momento me jodió un montón lo que me hiciste.
-¿En su momento?
-Sí. Ahora paso de ti.
-Pues tendrás que dejar de hacerlo, guapa, porque el sentido literal de bien jodida, es bien follada. Willow se equivocó al interpretarlo y lo hice todo al revés. Tengo que dejarte muy complacida, muy, muy satisfecha para que se rompa el encantamiento. O sea, muchas, muchas veces, hasta que no puedas más -Spike no puede reprimir una sonrisita lasciva.
-Pues dejaste muy claro que no contara contigo.
-Bah, guapa, cuando estoy cabreado digo muchas cosas sin pensarlas. Si hay que hacer otro esfuerzo, se hace y ya está -vuelve a sonreir-. Por tu bien, más que nada, no es nada personal.
-Ay, Spike... Que no soy tan idiota... Que ya te dije que no voy a dejar que vuelvas a manipularme otra vez. No existe ninguna Sibila. Pero no podías dejar escapar la oportunidad de volver a joder a la cazadora ¿verdad? En ambos sentidos. No voy a caer de nuevo en tu trampa. ¿Quieres volver a pasártelo bien conmigo y luego rebajarme? Haber inventado otra historia mejor, listillo, porque no has pensado que en el caso de que eso que hayas dicho fuera cierto, tendrías que dejarme satisfecha, y eso es imposible. Eres un monstruo que sólo provoca arcadas.
-¿Ah, si? ¿Ahora empiezas tú con eso? Quieres devolvérmela... Desquitarte. Pues no me creo nada. Te encantó cuando te comí. Lo noté. Casi me rompes el cuello con la fuerza de tus piernas. No me hiciste muchos ascos entonces y sí te deje satisfecha. No al principio, porque las circunstancias lo impidieron, pero después sí te dejé satisfecha.
-Oh, siiiiiií... -finge como si tuviera un orgasmo- Siiiií Spike... Sí. Me volví loca al sentir tu lengua fría, pero se te olvida que estaba algo traspuesta y no sabía que eras tú. Las manos frías, la lengua fría... imagina quién soñaba que era. Soñaba que estaba con Angel, imbécil, no contigo.
-Pues que te folle Angel. Ah. Lo olvidaba. Aquí sólo estoy yo, y en el caso de que ese mariconazo estuviera, tampoco podría hacerlo. Son jodidas las maldiciones ¿no lo crees? Ironías del destino. Una maldición le impide a a él follar contigo y otra me obliga a mí a hacerlo. Pues bien, cazadora. Eres idiota. Una perfecta idiota. ¿Sabes lo que más me sorprende de ti?
-Ilumíname.
-Pues que no has comprendido aún la situación. La que está maldita eres tú, no yo. Tú dependes de mí, porque yo sí que puedo salir y tú no. Si comes es porque yo te traigo comida, si duermes cómoda es porque yo te dejo mi cama y si llevas ropa es porque te pones la mía. Sería muy fácil dejarte morir de hambre y luego recuperar mi casa. Sería lo más lógico.
-¿Y por qué no lo haces? Yo te lo diré. No lo haces porque quieres volver a joderme. Eres un vicioso depravado.
-Sí que lo soy, forma parte de mi encanto, amor. Pero ¿sabes una cosa? Este vicioso depravado no te va a tocar ni un sólo cabello. Sigues sin entender que tú eres la que tendría que suplicarme que lo hiciera para poder salir de aquí, porque yo puedo salir. Puedes vivir aquí eternamente. A mí me da igual. No voy a ayudarte a romper esta maldición. No voy a follar contigo. Y sí, me gusta el sexo, es verdad, y tú me atraes sexualmente, lo admito, pero no te creas tan especial. Puedo irme con otras. De hecho, esta noche me largo con otra. No me esperes levantada, querida, que puedo llegar muy, muy tarde.
En cuanto le ve salir por la puerta, coge la silla y la va a estampar contra el televisor, pero se lo piensa mejor. Se sienta en el sofá y lo enciende. Comienza el capítulo 877 de Pasiones y Buffy no puede evitar echarse a llorar.
***
-Spike... -Buffy se acerca despacito al sofá, abriéndose más los botones de su camisa.
-No, no insistas. Va a ser que no -Spike cambia el canal con el mando.
-Vamos, si sé que lo estás deseando, venga hombre, no seas así.
-¿Hombre? -repite, enfurruñado-. Soy un monstruo, ¿no te acuerdas?
-Ya estamos con eso otra vez. Ay, Spike, qué rencoroso eres... Te dije eso hace semanas, y fue porque estaba muy cabreada. Compréndelo, tú me hiciste daño. Sí... ya sé que tú no querías, que fue porque te lo dijo Willow y todo eso... pero en ese momento yo estaba muy enfadada y...
-Y tú sí querías hacerme daño. Y lo hiciste a propósito. Me llamaste retorcido, dijiste que era mucho más retorcido que Angelus, que le superaba con creces.
-¿Y eso es un insulto para ti? -Buffy sigue con su tono seductor- ¿Que te digan que superas a tu maestro?
-Pues la verdad es que no -Spike se sonríe, bastante pagado.
-Deberías sonreir más. Estás más guapo cuando sonríes, Spike.
-Dirías cualquier cosa ¿verdad? Para conseguir mis favores serías capaz de cualquier cosa... Pues ya te he dicho que no. Que no quiero.
-Sí que quieres. Puedo verlo. Tu bragueta está a punto de reventar -ella le mira sacando la lengua imperceptiblemente y lamiéndose el labio- Tienes la polla tan dura que seguro que explota si no te ayudo a aliviarte.
-No es por ti -Spike se revuelve agitado-. Los vampiros estamos casi siempre empalmados. Es nuestra naturaleza.
-Ya... -Buffy se ríe-. Creo que se te olvida que salí durante un tiempo con un vampiro, Spike.
-Angel era un flojo, no te equivoques.
-O es que tú eres muy macho, con esa superpolla, tan grande... Tan preparada para mí -se le acerca más y se sienta a su lado, susurrando insinuante-. Imagínatela en mi boca, puedo hacerte una mamada tan buena que grites de placer. Imagínatela dentro de mí, entrando en mí, tan apretadita, encajando en mi sexo caliente, porque estoy caliente, Spike, muy húmeda y caliente. Te dejaré hacerme lo que quieras, como quieras. Te gustan las cadenas... Te ataré o dejaré que me ates a mí. Mmmm, síiii, es lo que te gusta... lo veo en tus ojos... Vamos, Spike -Buffy acerca su lengua y le roza la oreja- sólo de pensarlo estás empezando a temblar, y noto como te pones, como te endureces...
Spike respira agitado y eso que no necesita respirar. Se levanta del sofá y sale disparado hacia la salida. Buffy, furiosa, lanza el primer objeto que encuentra, un tazón de cerámica, y se estrella contra la puerta por donde se ha ido el vampiro.
-Otra vez... -Buffy desespera-. ¡Ya no sé qué hacer! Me he tragado el orgullo, le he pedido disculpas, le he suplicado, le he amenazado... Sé que me desea. Veo cómo me mira, pero ni siquiera soltándole una sarta de obscenidades consigo nada. Bueno, sí. Consigo que se excite a tope y que se largue. A desahogarse con otra. ¿Harmony? No creo. Decían que iba con otro de esos vampiros gilipollas que también se hace llamar Lestat. ¿Con quién entonces? ¿Quién iba a liarse con Spike? -suspira, moviendo la cabeza-. Cualquiera. Una sonrisa pícara, un guiño con esos ojos azules de cielo y cuatro palabritas con esa voz y ese acento británico tan sexy y cualquiera cae. Incluso yo. Joder, incluso yo.
***
-Spike... -Buffy sube al piso superior cuando le oye entrar.
-No empieces. Sabes que la respuesta es no.
-No es eso. Tranquilo. Creo que me rindo. Ya no te voy a acosar más, así que no tienes que irte. Siéntate un poco. Me gustaría hablar contigo. Por favor.
Spike se sienta en el sofá pero no las tiene todas consigo.
-Llevo aquí veinticuatro días. Tú y yo no... no hablamos. Únicamente discutimos. Bueno... No me cuentas nada de lo que pasa fuera. Sólo quiero saber cómo... cómo está mi madre. Si está preocupada por mí, si...
-Tu madre está bien. Willow les ha dicho a todos que estás en otra dimensión, por eso no puedes comunicar con ellos, que estás cumpliendo una misión importante, secreta, aunque no peligrosa. Que ya les contarás cuando vuelvas. Están algo intranquilos, pero no muy angustiados.
-¿Y los... los malos? Ya sabes, vampiros, demonios... si no estoy yo, camparán a sus anchas por todo Sunnydale.
-Ya me ocupo yo. Bueno y el resto de la cuadrilla también hacen lo que pueden. Tranquila.
-Tengo que pedirte algo. No. No te vayas. No es... lo de siempre. Necesito algo.
-¿Un espejo? ¿Maquillaje? ¿Vestiditos? ¿Cremitas para después de la ducha? ¿Acondicionador para el pelo?
-No. Sólo me gustaría que me trajeras a Mister Gordo. Es un peluche, un cerdito. Es... algo especial. Pídeselo a Willow. ¿Ella sabe... toda esta situación?
-Sí, pero cree que eres tú quien no quiere -sonríe Spike-. Incluso me da consejos de cómo seducirte para convencerte.
-Ya. Bien -responde de forma apática- Gracias, Spike.
-¿No... no necesitas nada más? ¿Quieres helado de chocolate? ¿Algo especial para cenar? He ido al restaurante italian...
-No. Gracias. Creo que me voy a volver a acostar. No tengo hambre. Bueno... necesito algo más. Será un segundo -se acerca y besa a Spike en la mejilla-. Buenas noches.
-Pero ¿qué cóño le pasa? -murmura Spike, cuando la chica se va-. No ha comido prácticamente nada en todo el puto día. ¿Qué pretende? ¿Hacerme chantaje emocional? ¿Una huelga de hambre? Dice que se rinde. ¡Y una mierda! La cazadora nunca se rinde. Lucha hasta el final. Yo... hice lo que tenía que hacer. Alguien tenía que bajarle un poco los humos ¿no? Es una zorra orgullosa que se cree superior. Bueno. Es superior... Pero ese no es el caso. ¿Y por qué me ha besado? Parecía como... Pues no. No voy a dejar que se deje morir de hambre, aunque tenga que embutirle la comida a la fuerza por la garganta. No puede abandonar. Tiene que seguir amenazándome, suplicándome, incitándome, discutiendo conmigo... Tiene que seguir... conmigo.
Spike baja por la escalera con el plato de comida. Lo primero que nota es el olor. La deliciosa fragancia le paraliza incluso antes de verla con su poderosa vista de vampiro, capaz de ver en la más completa oscuridad. Casi se le cae el plato de las manos. Los suspiros y gemidos apagados llegan a su fino oído. Ella intenta amortiguarlos hundiendo la cabeza en la almohada, y se agita y gime. La bandeja es depositada suavemente en el suelo, porque Spike necesita las manos. Las necesita con desesperación para desabrochar su pantalón, bajar la cremallera y sacudirse el pene con energía mordiéndose los labios.
Buffy susurra algo imperceptible, imperceptible para el oído humano, pero no para el de un vampiro.
-Ay, cariño, cariño... Spike... -ella tiembla estremecida y se derrumba sobre la cama, respirando con fuerza.
Spike eyacula y se muerde los labios con tanta fuerza que le sangran. Un temblor extraño le sacude desde lo más profundo y tiene que sentarse. Al hacerlo mueve el plato con el pie, haciendo algo de ruído.
-Venía... venía a traerte algo de comer -al vampiro aún le tiemblan las manos cuando deja la bandeja en la mesilla-. Es lasaña... Te gusta la lasaña. Lo sé.
-No tengo hambre, de verdad, no me apetece comer nada. Pero puedes quedarte un poco y hablamos o jugamos a las cartas o si quieres comentamos lo que pasó ayer en Pasiones. Estuvo muy bien. Tommy ya se ha enterado de que Mary...
-No entiendo lo que pasa. ¿Por qué no comes? ¿Por qué me has dado un beso en la mejilla hace un rato? ¿Por.. ¿Pero qué haces? -Spike se sorprende cuando Buffy con un movimiento rápido le pone unas esposas y le sujeta al cabecero de la cama.
-Esta noche no te vas.
-No te servirá de nada esto, amor. Sabes lo de las condiciones. Ambos accediendo voluntariamente y en plenas facultades mentales. Y, ni yo consiento, ni creo que tú estés muy cuerda, que digamos.
-¿Crees que eso me importa una mierda? ¡A la mierda la maldición! Lo único importante es que no voy a dejar que te marches esta noche a buscar a ninguna zorra calentorra para hacértelo con ella. No. Esta noche eres mío. Sólo mío.
-¿Estás celosa? -Spike pregunta entre asombrado y divertido.
-Búrlate más de mí. Te divierte atormentarme. Ya lo sé. Pero yo ya no puedo más, te juro que no puedo más -la chica coge aire y le mira con aire dolido-. Te quiero. Estoy enamorada de ti. Sé lo que eres, sé que no está bien, que no debería sentir esto, me odio a mí misma por sentir lo que siento por ti, pero no puedo evitarlo. Te juro que lo he intentado, pero no puedo... no puedo evitar pensar en ti a todas horas, te imagino con otra cada vez que sales por esa puerta y siento ganas de matarte. Ya sé que tú me detestas, me odias con todo tu ser, por eso me niegas lo que más deseo, porque es tu manera de torturarme. Pero he llegado al punto que no puedo más. Nada me importa. Sólo sé que esta noche serás mío y mañana nada tendrá importancia. Todo habrá terminado.
-¿Buffy? -Spike está alucinando por lo que está oyendo-. ¿Has dicho que me quieres? ¿A mí?
-Aunque me odies, sé que te atraigo sexualmente, que me deseas, así que esta noche, Spike, voy a forzarte a ser mío. Sé que tú no haces nada gratis, así que voy a pagarte por tus servicios con lo único que tengo. Lo que tú más quieres. Lo que un vampiro siempre ansía. La sangre de la cazadora. Será mi regalo -le acaricia con dulzura el cabello-. No te preocupes por el chip. Yo misma la verteré de mis venas directamente a tu boca -le acerca las muñecas a sus labios-. Toda.
-Buffy... No sé qué has bebido, pero te ha sentado muy, muy mal. ¿Pero es que te has vuelto loca? ¿Vas a... a matarte?
-Es lo mejor. Tú serás feliz, porque me odias y acabaré muriendo en tus manos. Te apuntarás otro tanto. Otra cazadora muerta, otro trofeo que añadir a las crónicas de tus hazañas. Volverás a ser respetado y valorado y yo acabaré con esta tortura contínua que me está matando en vida.
-¿Y tu madre? ¿No has pensado en tu madre? ¿Y tus amigos? ¿Y tu misión? Eres la cazavampiros.
-Tú y yo sabemos que yo no voy a salir nunca de aquí, que nunca más voy a volver a ver a mi madre ni a mis amigos, así que es mejor así. Y es verdad, el mundo necesita una cazavampiros, pero no una que no pueda realizar su cometido porque está encerrada en una cripta de por vida. En cuanto muera, una candidata a cazavampiros será la elegida -la chica hace una pausa y pasa despacio el dedo por la mejilla del vampiro, con los ojos llenos de lágrimas-. Tengo que morir, Spike. A un condenado a muerte normamente le conceden un último deseo. Mi último deseo eres tú. Mi único deseo eres tú. Ay, Spike... te quiero tanto -apoya la cabeza en su pecho, abrazándole.
-No, Buffy, no -Spike traga saliva con dificultad-. No voy a dejar que mueras. No quiero que mueras. Creo que he llevado esto demasiado lejos, por mi testarudez, porque... porque no quería que te fueras, porque... porque te amo. Te quiero Buffy. Con todo mi ser, con todas mis fuerzas. Cariño, suéltame. No necesitas obligarme. Te haré sentir como nunca te ha hecho sentir nadie, te voy a dejar tan saciada, tan saturada de amor, tan jodidamente satisfecha que no sólo vamos a romperla, vamos a pulverizar esa maldición. No necesitas morir. Saldrás de aquí, y no necesitas obligarme a hacerlo, sé que saldrás de aquí, pero ahora sé que volverás a mí, porque me quieres. Sí, me quieres, me quieres... No puedes imaginarte cuánto te amo, cómo necesitaba que me amaras tú también.
-Tú me odias. No... no me fío de ti. Los... los vampiros no aman.
-¿No crees que te quiera? ¿Piensas que no soy lo bastante hombre para amarte? Mírame a los ojos, y si no me crees, si no crees que te ame, coge una estaca y clávala en mi pecho. Mírame, créeme. Te quiero, te quiero...
Buffy le besa con pasión, mordiéndole los labios, ansiosa. Rasga su camiseta, prácticamente le arranca las botas y el pantálón y se quita su camisa de un tirón. Se lanza a horcajadas sobre Spike volviéndole a besar con intensidad, frotándose contra él, contínuamente, sin parar, poniéndolo a cien. Spike, exasperado, crispado, intenta soltarse tirando con fuerza de la cadena de las esposas, sobre todo cuando ella baja lamiendo su cuello, su pecho, mordisqueando sus pezones, besando y lamiendo sus poderosos abdominales, hasta llegar a la enorme y enhiesta columna, dura, tan inflamada y dolorida que está adquiriendo un color lívido. Ella le pasa la lengua suavemente.
-Por favor, Buffy. Mi amor. Suéltame. Necesito tocarte. Suéltame. Confía en mí y suéltame.
Ella le mira con desconfianza, entornando los ojos. Luego respira hondo, resignada, coge la llave de las esposas y le libera.
-No puedo hacerlo así. No puedo obligarte a estar conmigo. Ahora es cuando te vas ¿verdad? Cuando me dejas tirada, muerta de ganas de ti y te marchas corriendo a buscar a otra -le dice, resentida-. Ahora es cuando te ríes y me dices que todo era mentira. Que no sientes nada por mí. Bueno. El regalo de mi sangre te seguirá esperando cuando vuelvas, porque...
Spike no la deja terminar. Coge con fuerza su cabeza y la sitúa de nuevo entre sus piernas, agarrándola del culo y sentándola en su boca. Su lengua se mueve con tanta pericia que ella termina en pocos minutos. El orgasmo la deja sin aliento, moviéndose, apretándose contra la boca del vampiro, agradeciendo que no necesite respirar, porque si hubiese sido humano, la fuerza de sus potentes músculos le hubiera asfixiado. Buffy recupera la calma y se incorpora.
-Por favor, amor, no me dejes así... venga, sigue, sigue... -suplica Spike, pero ella se vuelve hacia él, susurrándole en el oído.
-No... porque te quiero dentro, dentro... quiero que entres en mí, sentirte dentro de mí, quiero verte.... Quiero ver tu cara cuando te corras dentro de mí...
Sentada frente a él, sus piernas le rodean. Spike la sujeta por la espalda y la aproxima más, más, más, resbalando suavemente en su interior, encajando como si estuvieran hechos el uno para el otro, como las dos piezas que cuando conectan, se desata el cataclismo. Se miran y a partir de ese momento ambos parecen perder la cabeza, ávidos por sentirse, impulsándose con frenesí, besándose, revolviéndose, mordiéndose, arañándose, añadiendo pinceladas de dolor que aumentan en extremo la lujuria de placer que les atrapa, tanto tiempo esperando, ansiando los dos lo mismo...
-MMmmmmm así... más fuerte, más rápido... Aaaaaahhhh -las fuertes sacudidas, las contracciones le abrazan, le oprimen con tanta energía y potencia que Spike tiene el mayor orgasmo de su vida. Ella le muerde en el cuello, sin dejar de moverse en un estallido brutal de placer desmedido, multiorgásmico, hasta acabar ambos jadeantes en el suelo.
-No... No la saques... -murmura sin respiración Buffy.
-No es mi intención, preciosa -Spike, sobre ella, dentro de ella, sigue moviéndose despacito, mirándola sobrecogido-. Nunca, nunca, nunca hubiera podido sospechar que estar contigo sería... así. Tan... tan salvaje. Me has mordido.
-Sólo hemos empezado... Estos son sólo juegos preliminares... La culpa es toda tuya. Te tengo tantas ganas, tantas ganas... que voy a dejarte seco, voy a tomarlo todo, todo, hasta que no quede ni una gota de ti, y lo quiero ahora, otra vez, otra vez...
Spike se mueve de nuevo con más ímpetu, ansioso por volver a derramarse en ella.
-Te voy a inundar, amor. Te lo garantizo.
-Mmmmm... -Buffy le pellizca los pezones, haciéndole soltar un fuerte quejido-. Me alegro... porque nunca he estado tan, tan hambrienta...
-Pues te aseguro que te vas a saciar, porque yo no tengo límite...
***
-¿Estás bien, Buffy? -el vampiro la abraza con ternura, besando su pelo, no se cansa de mirarla, su expresión somnolienta tras una noche increible.
-Sí... Oh, síiii... Ha sido... increíble. Perfecto.
-Para mí también. Me sentía dentro de ti, sentía mi amor dentro de ti, porque sé que también me quieres. Me quieres, eres mía, soy tuyo, me quieres, te quiero, me quieres... -y susurrando esas palabras, con media sonrisa en los labios, Spike se queda dormido, abrazado a la chica.
Buffy traga saliva, cierra los ojos y respira hondo, durmiéndose también, agotada.
***
Le observa dormido y sonríe tristemente. Cuando duerme casi parece humano. Lástima que no lo sea. Lástima.
-Te has puesto tu ropa -Spike se despereza-, el vestido que llevabas. Está bastante arrugado.
-Sí -sonríe ella-. Creo que tú no tienes plancha y la colada no es tu fuerte, ya te dije que si lo llevabas a la lavandería, que no lo lavaras con agua caliente. Bueno. Da igual. El vestido es lo de menos. Lo importante es que voy a salir. Por fin.
-¿Pensabas irte sin despedirte? -la coge del brazo y la aproxima hacia él- ¿Ni un besito de buenos días, amor?
Spike se sorprende cuando Buffy se revuelve con cólera y le empuja con violencia, separándole de ella.
-No me toques. Toda esta puta historia ha terminado. Ya no es necesario que vuelvas a tocarme. Nunca más.
-Pero ¿qué... ? -la expresión de incredulidad en la cara de Spike es todo un poema- ¿Buffy? ¿Pasa algo?
-Ay, Spike... Jugando otra vez al vampiro enamorado. ¿No te cansas del juego? La historia ha terminado, la maldición está rota, pero tú sigues con lo mismo.
-Yo no estoy jugando -el vampiro se levanta de la cama y se encara a la chica-. Nunca he jugado. Te quiero. Lo sabes.
-Yo tenía un muñeco cuando era pequeña que decía lo mismo. Te quiero, te quiero, te quiero... Era gracioso, pero no era real, porque era una cosa, sólo una cosa. Como tú.
-¿Por qué me hablas así? Tú me dijiste anoche que me amabas, tú... -Spike mueve la cabeza, confuso, dolido.
-Hubiera hecho cualquier cosa por salir de aquí. La verdad es que tenía que haberme dado cuenta antes, de que la razón por la que no me dejabas salir, la razón por la que no querías practicar sexo conmigo era porque querías que estuviera aquí, siempre contigo, enterrada en tu tumba. Tú no querías que me fuera, porque crees que me quieres.
-Te amo, Buffy. Es cierto. Tú lo sabes. Lo supiste anoche. Lo sentiste anoche.
-Tú crees que es amor. Pobre Spike... Creo que tantas descargas del chip han acabado jodiéndote la cabeza. Porque yo sé, todo el mundo sabe que los vampiros no pueden amar. Sin alma no hay amor.
-¡Pero tú me amas! Yo lo sentí, te sentí...
-Eres... -Buffy se ríe-, eres tan... previsible... Una buena puesta en escena, en plan peep-show, agitándome y gimiendo tu nombre, y la mitad de la partida ya estaba ganada. Luego un toque dramático, con la chica angustiada, llorosa, dispuesta a morir del dolor por el despecho de su amado y ya estabas rendido a mis pies. ¿Pero tú eres idiota, Spike? ¿Creías que iba a suicidarme por ti? -vuelve a reirse-. ¿Me crees un estúpido personaje de "Pasiones"? Eres patético... No me extraña que seas el hazmerreír de todo Sunnydale, te has convertido en un monstruíto ridículo, el bufón de los verdaderos vampiros.
-Anoche no te parecí un bufón. No. Nunca habías disfrutado así con nadie. Nunca nadie te ha hecho sentir como lo he hecho yo. ¿Crees que encontrarás tan fácilmente a alguien que pueda complacerte como lo hice yo? No. No lo encontrarás. Volverás. Volverás a mí, porque sólo yo puedo darte lo que tú necesitas, porque en el fondo tú me amas, pero te cuesta admitirlo.
-Es cierto -se sonríe-. No. Lo del amor, no; pero lo del sexo, sí. He descubierto que soy bastante viciosa en lo referente a la cama. Pero no te sobreestimes vampiro, que no eres tan especial. Eres como un enorme vibrador, perfecto para el sexo, pero frío, Spike, frío. Ahora puedo salir, hay un mundo ahí fuera esperándome, un sinnúmero de hombres de verdad, hombres de verdad, no cosas como tú.
-¡Eres una zorra! -Spike va cara a ella con los puños apretados y el chip se activa con tanta fuerza que le sangra la nariz, tumbándolo hacia atrás. Cogiéndose la cabeza, consigue articular cuando ella se dirige a la escalera- ¿Estás segura de que esta vez podrás salir? -se ríe como un loco, de forma amarga- Sería gracioso que no hubiera funcionado tampoco.
Buffy sube las escaleras sin mirarle siquiera, se dirige hacia la puerta y sale sin que nada se lo impida.
-Sí, Spike, estoy segura -murmura, algo cegada por el sol de la mañana-. Ya puedo salir. Ya se ha roto la maldición. Tú tenías razón. Una maldición se echa para joder a otra persona. En este caso la intención del hechicero era, sobretodo, joderte a tí. Lo siento, no sabes cuánto siento haberte hecho daño, pero tenía que hacerlo. Tenía que hacerlo...
-¿Buffy? -Willow se lanza a sus brazos- ¿Estás bien? ¿Estás llorando? Oh, Dios... Habrá sido horrible...
-Sí. Ha sido horrible. No lo sabes tú bien. Tú... Tú puedes arreglarlo ¿verdad?
-Supongo. Hay un conjuro... de olvido. Quieres olvidar todo esto, lo comprendo.
-No. No es para mí. Es para él. Para Spike -se para, pensativa-. Por curiosidad, Willow ¿Cuánto pensabas pagarle a Spike por hacer esto?
-Ufff. No te lo creerás. Le ofrecí dinero, pero no quiso aceptarlo. Raro ¿verdad? No quiero decir que, bueno, ya me entiendes, que haya que pagar para que alguien esté contigo, pero... bueno... es Spike... él nunca pierde la oportunidad de sacar algo de pasta... Estaba raro ¿sabes? Yo diría que incluso parecía... no sé. Es Spike. Es raro.
-Sí. Lo es. Más de lo que nunca llegarías a imaginar. Más de lo que yo... -Buffy vuelve a echarse a llorar-. ¿Mi madre? ¿Mamá está bien...? ¿Y tú y Xander y...?
Willow, mientras le da explicaciones y detalles de lo ocurrido en las semanas que ella ha estado ausente, Buffy vuelve un momento la cabeza y mira hacia la cripta, limpiándose las lágrimas de los ojos. Una lágrima cae en el despojo de libro de poemas de hojas amarillentas que lleva en la mano.
-¿Qué es eso? -pregunta Willow.
-Lo destrocé -Buffy parece como ida-, lo rompí a propósito, lo hice para romper la maldición, le hice daño, no sabes cómo se quedó, no puedes imaginarte la expresión de su cara, soy horrible, una persona horrible, y él tenía razón, le sentí, pude sentirlo, todo... -sus ojos se vuelven a llenar de lágrimas.
-No te preocupes, seguro que Giles sabe de algun taller donde puedan restaurarlo, seguro que queda como antes, ya verás -murmura Willow mirando el libro.
Y Willow piensa que Buffy está tan afectada que el hechizo de olvido también lo hará para ella. Para ambos. Lo hará para ambos. Será lo mejor. Lo mejor. Restaurarlos. Dejarles como antes.
*****
Spike despierta en su cripta y no recuerda nada. Junto a su cama encuentra su libro de poemas de Wodsworth, lo abre y aspira su aroma. ¿Huele a ella? Ultimamente todo le huele a ella. Sin saber por qué una lágrima resbala por su mejilla y cae sobre una página del libro, uniéndose a otra señal de otra lágrima que el restaurador no ha logrado borrar.
FIN
viernes, 9 de enero de 2009
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