viernes, 25 de septiembre de 2009

MASCOTA 3

Disclaimer: Los personajes de este relato son propiedad de J. Whedom, Mutant Enemy and 20th Century Fox Film Corporation. Publico este fanfic solo por mero entretenimiento y sin ánimo de lucro.


-Seis días, Angel -Spike está alterado, mucho más desde la visita de la bruja Sibila y pasea de un lado a otro de la habitación, ataviado con un pantalón de pijama de rayas de Angel-. Lleva seis días así. Creo que deberíamos llevarla a un hospital o buscar otra bruja o...

-No -responde Angel, tajante-. Oíste lo que dijo la vieja Sibila. No corre peligro. Está en estado de letargo, sumida en un sopor total y sus constantes están al mínimo. Como si estuviera hibernando. En un hospital no podrían hacer nada por ella y confío más en Sibila que en cualquier otra bruja.

-¿En qué coño estaba pensando al ir sóla a ver al brujo? ¿Es que Buffy es idiota?

-Supongo que sí, porque si fue a ver a Soar fue por ti, para cambiarte por la esfera mágica. Claro que es idiota. Eso pensaría Soar. Porque, perdona que te lo diga, pero nadie en su sano juicio cambiaría una esfera azul de Drehbij por tener un Spike a su servicio. Tú no lo vales. Supongo que Soar pensaba que ella se arrepentiría del trato en cuanto recuperara la cordura. Por eso le lanzó el hechizo de sopor, para darle tiempo a largarse con la esfera.

-¿Entonces sólo tenemos que esperar a que despierte? ¿Y cuándo lo hará? ¿Dentro de una semana, diez dias, diez años, cien años...? No pienso esperar. Sé lo que hay que hacer. Ya funcionó una vez, a lo mejor también ahora funciona.
Antes de que Angel pueda impedirlo, Spike se lanza sobre Buffy la coge y la besa apasionadamente.

-Te quiero, te quiero, te amo, joder, Buffy amor, despierta, te quiero -la sacude con desesperación- ¡Puta cazadora! ¿Quieres despertar ya? -y vuelve a besarla con furia.

-¿Pero tú eres anormal? -Angel le aparta de la chica de un violento empujón-. ¿Crees que despertará así, como la bella durmiente del cuento? En todo caso, no creo que tú seas su príncipe soñado. Ese soy yo. A mí me quiere. Tú sólo eres el ogro de sus pesadillas.

Angel la besa con ternura ante la mirada furibunda de Spike y le dice que la quiere, que la necesita, que se despierte, pero Buffy tampoco da signos de recuperar la consciencia.

-Pues tú tampoco has tenido mucho éxito... -se burla- ¡No me extraña! ¿Cómo quieres despertarla con ese beso? Así la duermes más, de puro aburrimiento... Vamos, tío... No me extraña que la pobre chica andara desesperada por un poquito de sexo del bueno aquella noche cuando...

Angel le pega un puñetazo que hace que vuele hacia la pared y se estampe contra ella.

-¿Qué? -se enerva desafiante Spike-. ¿Duele que te lo diga? Pues es la puta verdad. Ella me lo dijo. Nunca se había corrido con nadie hasta que...

-Hasta que abusaste de ella porque estaba drogada -Angel acaba la frase, frío como el hielo-. Eso te hace ser un amante extraordinario... ¿O un extraordinario violador? Conmigo se acostó por propia voluntad, me entregó su virginidad porque me amaba, ella me quería. Eso te jode ¿verdad, Spike? Que me quiera a mí. Que en el fondo, pase lo que pase, ella me sigue queriendo a mí, siempre me amará y tú no puedes soportarlo.

Spike se lanza contra Angel y forcejean lanzandose puñetazos uno a otro.

-Sí, yo me aproveché de las circunstancias, pero ella me deseaba, me deseaba a mí. Sólo a mí... Ni una vez pronunció tu nombre... Pero bien que gritaba el mío cuando se corría.

-¡Estaba drogada! -Angel lanza a Spike contra el armario de una tremenda patada- ¡Hechizada por una substancia mágica! ¡Se hubiera acostado con cualquiera! ¡Con cualquier monstruo que hubiera estado disponible!

-Te equivocas -Spike salta y le sujeta contra la pared y del golpe, la lámpara tiembla-. Hablé con Sibila, la bruja. Curioso el efecto del veneno Oargn. Los demonios lo usan para calmar a sus crías y dejarles adormecidos. En los humanos esa es su primera consecuencia. La parálisis. Pero el efecto secundario... -Spike se ríe-. El efecto secundario en los humanos es impredecible, porque, según tu Sibila, la droga hace que afloren los deseos más ocultos, los deseos arrinconados en el subconsciente. La pequeña y rubita cazadora no es tan inocente. No. Porque el deseo secreto, el abominable, el sueño inconfesable de nuestra preciosa Buffy tiene un nombre: "Spike". Tú serás su puto príncipe muermo, pero yo soy el ogro con quien secretamente sueña que la folla hasta la locura.

Angel se lanza sobre Spike y se revuelcan por el suelo, emergiendo sus demonios en sus rostros.

-Y eso no es lo más gracioso -continúa Spike-, lo gracioso es que si el humano sobrevive al efecto de la droga, todo lo ocurrido queda borrado, tanto para la víctima del hechizo como para los que hayan estado implicados... ¿Gracioso? Me parto. Porque todo lo que me han hecho, todo lo que he tenido que pasar no era necesario... Pero ¿sabes una cosa? No me importa, nada de eso tiene importancia ahora. Lo único importante es que ella me desea. En el fondo me desea.

-Eres un imbécil. ¿Ella te desea? Seguro que te desea como te deseo yo -Angel clava sus colmillos en el cuello de Spike agarrándole del pelo y se inunda de su sangre, reclamando lo que es suyo, imponiéndose como Sire superior.

La sangre de Spike es fuego salvaje dentro de él, es pura excitación sexual. Angel frota su miembro duro contra él, baja de un tirón sus pantalones, se desabrocha los suyos y le penetra con violencia, mientras sigue tirándole fuertemente del pelo. Le embiste rudamente en el suelo. Spike se retuerce y forcejea bajo el peso de Angel, pero éste no ceja en sus embestidas agresivas hasta que se corre rugiendo, los ojos amarillos, como un animal. Luego cuando se calma, recupera su aspecto humano, aunque sigue teniendo a Spike sujeto por el pelo, su polla todavía dentro.

-No lo entiendes, pequeño -Angel le habla con aire condescendiente-. Es posible que Buffy te desee, pero ya te he dicho que te desea como yo, que te utilizo, y luego me avergüenzo, porque tengo alma y no debería volver a hacerte algo así. Si Buffy se rebajara a follar contigo sería para utilizarte también, pero siempre se avergonzará de ti. ¿O crees que te presentaría a su madre como su nuevo novio? ¿Querría que se enteraran sus amigos? ¿Le contaría a Giles que se está tirando a un vampiro sin alma y le pediría su bendición?

-En estos momentos dudo en cual de los dos es el que tiene alma -la voz de Buffy hace que Angel se quede congelado-. Suelta a Spike o te juro que te mataré en cuanto pueda levantarme.

Angel se levanta del suelo, abrochándose el pantalón, sin dejar de mirar a Buffy, furioso.

-Ahí le tienes. Todo tuyo. Nunca mejor dicho. Tú le has comprado. Me preguntaba por qué lo habías hecho. Suponía que era por lástima, por tu buen corazón. Ahora sé qué motivos ocultos tenías. Disfrútalo tú ahora. Es tu turno -y Angel sale de la habitación dando un portazo.

-Spike... ¿Estás bien? -pregunta Buffy desde la cama.

-Oh, joder... Seis putos día durmiendo y no podías escoger un momento más oportuno para despertarte.

-¿Seis días? ¿Pero qué...?

-Nada de lo que tengas ya que preocuparte -Spike levanta la cabeza desde el suelo-. Un hechizo de sopor de Soar para escaparse con la esfera. ¿No podías estar haber estado unas horitas más dormidita y calladita? No. Tenías que despertar ahora, cuando por fin empezaba la diversión... A no ser que seas tú la que quiere también divertirse -Spike hace un gesto lascivo con la lengua sobre su labio, subiendo sobre la cama. Buffy observa que al menos tiene el pantalón subido, pero también nota que está visiblemente empalmado.

-¿Qué... qué quieres decir con que empezaba la... la diversión? ¿Es que tú estabas conforme con... con... eso? No... vamos.... no daba esa impresión desde aquí. Parecía que... que te estuviera violando.

-¡Es mi Sire, ahora que no está Drusilla! ¡Incluso estando Dru él es mi superior! ¿Pero tú cuánto tiempo llevas de cazadora? Porque me parece que de las costumbres de los vampiros no tienes ni zorra idea. El Sire se impone. Los inferiores en jerarquía se someten, quieran o no. Así es el sexo entre vampiros, amor.

-Pero Angel no es... no pensé que él...

-¿Que Angel no es... qué? ¿Un vampiro? Es posible que tenga alma, pero no es un hombre. Es un vampiro. No puede evitar joder a sus "pequeños" y demostrar quien es el que manda.

-Pero él te hacía daño... Por Dios, Spike. No es mejor que esos demonios que...

-¡NO! ¿PERO QUÉ DICES? -Spike se altera furioso- Angel es mi Sire. Tiene derecho. Todo el derecho. Y ahora más que nunca.

-¿Aunque tú no quieras? ¿Aunque te haga daño? No lo entiendo... No...

-¿Pero quién te ha dicho que yo no quiero? -Spike la mira extrañado-. Dios... Llevo días interminables esperando que lo haga. Lo deseaba tanto... Nunca me había gustado que lo hiciera cuando era Angelus, porque me lo hacía por desprecio, porque me detestaba. Bueno... Ahora también me odia. Porque le recuerdo lo que fue. Lo que es. Y también me odia por ti. Tiene celos. ¿Te lo puedes creer? Pero por mucho que me odie, en el fondo sé que siente algo por mí. Siente algo bueno por mí, si no no me hubiera cuidado como lo hizo. Lo siente. No lo admitirá nunca pero lo siente. Igual que tú, cazadora. No quieres reconocerlo pero te aceleras, te rebotas cuando estoy cerca. Como ahora. Estás excitada. Puedo olerlo.

-Sí. Es verdad -Buffy respira agitada, pero su mirada es amenzadora, furiosa-. Tú eres mi secreto inconfesable... ¿Pero sabes una cosa? Estoy harta. Harta de secretos, harta de no enterarme de nada, de que todos, hasta tú, quieran protegerme de la verdad. ¡HARTA! ¿ME OYES TÚ TAMBIÉN, ANGEL? ¡HARTA DE OCULTAR TODO LO QUE SIENTO! ¡Y SI NO ENTRAS AQUÍ AHORA VOY A EMPEZAR A GRITARLO PARA QUE SE ENTERE EL VECINDARIO ENTERO!

Spike se aleja un poco, algo intimidado por el arrebato histérico de la chica y Angel abre la puerta, entra, sin saber muy bien qué hacer y se sienta sobre la cama.

-Bien -dice Buffy, algo más calmada-. Ya estamos todos. Ahora voy a hablar con plena libertad, porque estoy cansada de fingir, de fingir que soy de hielo y que nada puede afectarme. Finjo. finjo, finjo. Hasta finjo orgasmos que no tengo con tíos que no valen la pena.

-Un tal Parker. Un gilipollas -susurra Spike a Angel-. No preguntes.

-No. No preguntes, Angel -sigue Buffy mirándole y sus ojos son fuego-. No preguntar para no saber. Es lo mejor ¿no? Un simple "hola Buffy cómo estás" con tu eterno aire melancólico y taciturno pero sin esperar respuesta. Luchamos juntos, codo con codo, recuperamos esa estúpida bola, pero la lucha dentro de mí no termina ahí. Tú no sabes lo supone para mí volver a verte, volver a tenerte cerca. Quiero tocarte, quiero besarte, quiero... quiero... Mierda. Quiero follar contigo. Quiero hacer todo lo que nunca he hecho, lo que nunca hemos hecho, y me toco, me acaricio por las noches pensando en tí, ahí en la habitación de al lado, ahogando con la almohada el deseo desesperado de llamarte, porque no puedo estar cerca de tí sin morirme por querer hacer lo que no podemos hacer. Te quiero y quiero sentirte dentro de mí, me muero por tí y tú...

-¿Y YO QUÉ? -la corta Angel- ¿YO TAN TRANQUILO? ¿ESO VAS A DECIR? -A Angel le brillan los ojos- ¿Tú crees que es más fácil para mí tenerte cerca y no poder estar contigo? Puedo percibir el aroma dulce de tu excitación y me volvía loco oir tus gemidos apagados a través de la pared y tenía que hacer un esfuerzo sobrehumano por no atravesarla para lamerte entera y hacerte el amor sin parar, sin parar, estar siempre dentro de tí y no salir nunca. Pero sabes que no podemos. NO PODEMOS.
Spike les observa emocionado, como si estuviera viendo otro capítulo de "Pasiones", su culebrón favorito. Pensaba que iban a discutir sobre él, pero da la impresión de que le han olvidado completamente. Y eso hace que se sienta excluído. Se levanta de la cama despacio mientras Buffy y Angel siguen discutiendo sobre quien lo pasa peor por no poder hacerlo, pero no ha llegado a la puerta cuando oye la voz de Buffy.

-¿Y tú dónde te crees que vas? Quédate dónde estás, que todavía no hemos terminado. Ahora te toca a tí. Las cartas sobre la mesa. Sé todo lo que pasó aquella noche, pero creo que ya pagaste bastante por ello. Supongo que me violaste, pero eso no parece ser algo anormal porque es lo corriente entre vampiros, es vuestra manera de tener sexo. ¿No es verdad, Angel? Te tiras a Spike cuando te viene en gana...

-Tú no lo entiendes. Son cosas de vampiros... ¿Crees que ahora no me avergüenzo? Pero es que ya no podía más. Llevo días empalmado y aliviarme yo solo no me sirve, no contigo y con él tan cerca. Hay algo entre nosotros, entre Spike y yo, que nos une. La línea de sangre. No puedo evitarlo y me odio por ello. Pero ¿Y tú? -el tono de Angel es de reproche-. Tú también le deseas. Lo sé. Por eso tuviste que comprarle. Para poder tenerle siempre que quieras.

-Por una parte le odio. Odio lo que representa. Es un vampiro asesino sin conciencia. Mi misión es acabar contigo -ahora mira a Spike-. Pero en lo más profundo de mi ser me trastorno al verte y no sé por qué. Amo a Angel pero no puedo evitar sentir ese ardor extraño dentro de mí cuando te veo. Y tú sientes lo mismo...
Spike no le responde, pero su mirada azul intensa lo dice todo.

-¿Siempre es violento? -le pregunta Buffy a Angel-. El sexo entre vampiros, quiero decir. Porque tú conmigo la primera (y única) vez fuiste muy tierno y...

-Me costaba horrores contenerme para no arrancarte la ropa a mordiscos. Esa es mi verdadera naturaleza, pero tengo alma. El alma me ayuda a ser más comedido. El alma y el amor que siento por ti -se acerca más a Buffy, tanto que respira su aliento-. Oh, Dios, Buffy. Me muero por besarte. Algún día podré besarte y no pasará nada, pero ahora no. Ahora te besaría con furia, con pasión, quiero hacerte mía, y sé que si te beso no podré parar. Y no podemos arriesgarnos a que vuelva a perder mi alma.

-Usadme -dice Spike, volviendo a sentarse en la cama, y ambos se quedan mirándolo confusos-. Sí. Me habéis oído bien. Usadme para estar juntos. Tú amas a Buffy. Buffy, tú le quieres a él. Los dos me deseáis y yo... bueno... yo os amo a los dos. El arreglo perfecto para todos. Vamos, no me miréis así. Hemos decidido hablar sin tapujos. No podéis fingir que no lo estáis deseando, porque puedo oler vuestra excitación y me está volviendo loco. Loco.

Spike se desnuda ante los ojos atónitos de los otros dos. Su cuerpo es glorioso, divino. Ya no quedan huellas de la agresión de los demonios y su piel es blanca, pura seda. Una tentación imposible de resistir. Aún caen gotas de sangre dónde Angel le ha mordido antes. Spike se aproxima a su sire, le pone la mano en la nuca y le arrima la cabeza a su cuello. Desea sentir de nuevo los colmillos de su superior invadiendo sus venas y sabe que el cuerpo de Angel le traiciona cuando toma su sangre. Su cuerpo. Tocar su piel. Spike le desnuda lentamente y Angel se deja hacer, seducido por la sangre de su chico. Suyo. Es suyo. Sigue siendo suyo. Para siempre. No importa que Angel ya no sea Angelus. Spike es suyo.

Buffy también puede verlo. Ella estimula la dulzura del alma de Angel, pero Spike sigue provocando, sigue incitando la oscuridad que aún habita en su interior. Viéndoles juntos, observando cómo Angel toma su sangre posesivamente frotando su miembro duro contra su piel suave, tiene la impresión de que el rubio vampiro es capaz de incitar los pensamientos más lascivos, más escabrosos en cualquier ser. Humano o no humano, con alma o desalmado, hombre o mujer. Spike es puro deseo sexual. Y ahora la mira intensamente, instigando, llamándola con su azul brillante cuando Angel se sitúa a su espalda y vuelve a hundirse con fuerza dentro de él, sujetándole con firmeza y embistiéndole con vigor. Paradójicamente Angel es puro demonio convertido, ojos amarillos salvajes y Spike es puro ángel divino, jadeante y sometido a las exigencias de su maestro, cada vez más profundas, más violentas, y la mirada de Spike clavada en la de Buffy es cada vez más apremiante, más urgente, casi implorando.

Ella lo hace. Le toma con su boca. Todo lo que puede, porque es demasiado grande. Las embestidas desde atrás hacen que se mueva hacia ella rítmicamente, hacia el calor gratificante de su lengua, de sus labios suaves.

-Así... así, amor... apriétame más fuerte... tómame, tómame, soy tuyo, todo tuyo, todo tuyo, poséeme con tu boca, con tus labios... Síiiiii...
Buffy no está muy segura de si se lo dice a ella o a Angel, porque él vuelve a morderle y ambos se corren. Angel aúlla y Spike gime intensamente, acariciando el cabello de la chica, que intenta tragar todo el semen frío que llena su boca, aunque un hilillo se le escapa de entre la comisura de sus labios. Dios... es la primera vez que le hace esto a un hombre. Bueno, Spike no es técnicamente un hombre, pero eso no cambia las cosas. Las pone peor. Es un maldito engendro que les tiene dominados a ambos. Su juego es eso. En teoría Angel le posee porque es su Sire, y ella también por su contrato, pero en la práctica, ambos están sometidos a su hechizo, a sus ojos de cielo, a sus pómulos adorables, a su boca deseada, al sabor de su esencia...

Sumida en esos pensamientos, siente vergüenza y no levanta la cabeza. Unas manos frías acarician su cabello, su nuca, y la obligan a incorporarse. Angel ha vuelto a su aspecto humano, pero su mirada sigue siendo salvaje cuando la besa con ansia.

Reclama su boca, su lengua cálida y el semen de su pequeño mezclado con su saliva dulce es irresistible. Completamente iresistible. Su lengua penetra entre sus labios con fuerza y desgarra su blusa de un tirón, completamente descontrolado. Buffy está tensa, demasiado tensa ante el arrebato puramente animal de un Angel completamente desconocido para ella. Spike le aparta de un violento empujón y el otro se transforma preparado para atacar.

-¡PARA! ¡ANGEL! -le grita-. Mírala. Es Buffy. Buffy...
Angel parece volver de su rapto y la abraza hundiendo la cabeza en su hombro.

-Dios... Buffy. Lo siento. Lo siento... Te quiero, te quiero...

-No sé si esto es... -balbucea ella muy nerviosa-. No creo que esto esté bien... yo no... Creo que debería irme.

Spike frunce el ceño. Se ha asustado. Es lógico. Demasiado joven e inexperta. Pero Spike sabe el fuego que guarda en su interior y desea que aflore. Él puede hacer que aflore, pero deben comenzar con tacto. Ya habrá tiempo para el sexo brutal más adelante, cuando esté preparada para ello.

-Shhh. Calma, amor. Sé lo que necesitas. Necesitas relajarte. Un buen baño caliente y todo lo que tú quieras después. Lo que tú quieras. Tú mandas. Nadie obligará a nadie a hacer nada que no quiera. Te lo prometo...

Spike sigue hablándole y tranquilizándola mientras la guía hacia el cuarto de baño. Ha cubierto su cintura con la sábana, para que ella no se sienta incómoda. Prepara la bañera con sales de esencia relajantes, toca el agua para comprobar la temperatura y antes de salir del baño le da un tierno beso en la frente y susurra:
-Recuerda que te quiero, que los dos te queremos.

Buffy se desnuda y entra en la bañera. El beso de Spike en su frente sigue ardiendo. No ha sido nada sexual, aparentemente, pero sigue ardiendo. Sus labios fríos, sensuales y húmedos en su piel, deteniéndose a respirar. No. No a respirar porque no lo necesita. Estaba aspirándola a ella. El corazón le late con fuerza recordando también el beso pasional, casi animal, de Angel.

No. No va a ocurrir, se dice a sí misma. Ella es una chica normal. Lo que antes ha pasado ha sido algo raro que no se repetirá. Hacer algo así no sería decente. Ni decente ni conveniente ni... Muchos fundamentos en contra. Todos los que quiera, pero se miente a sí misma, porque ya está perdida recordando los ojos oscuros de su amado Angel y los ojos azules de su odiado Spike. Enredada en sus ojos, en sus bocas, en sus cuerpos...

***


-Eres un hijo de puta -Angel le mira con resentimiento, no desprovisto de cierto asombro-. ¿Crees que no sé lo que haces? Te vistes con piel de cordero, pero eres un lobo. Te conozco demasiado para ver tus oscuras intenciones. No voy a dejar que le vuelvas a poner las manos encima. Te lo advierto.

-Que yo sepa -Spike le dedica su sonrisa más mordaz levantando una ceja-, yo aún no he tocado a nadie. Tú me has follado. Dos veces, si no recuerdo mal, y ella me ha hecho una mamada. Acariciarle el cabello y un casto beso en la frente. Eso es lo único que he hecho yo. Nada reprochable.

-Sabes lo que quiero decir -insiste Angel apretando los puños, haciendo un gran esfuerzo para no lanzarse de nuevo contra él y aplastar esa maldita sonrisa en su cara de un puñetazo.

-Lo que le dije antes era cierto. Ella es la que manda. Yo haré lo que ella quiera que haga y nadie obligará a nadie a hacer algo que no quiera hacer. Tú si quieres puedes irte, pero ten por seguro que cuando Buffy salga de ese baño, saldrá dispuesta a tener sexo. Como una gata en celo. Caliente, muy caliente. Se llevará una profunda decepción si tú no estás, porque te ama, pero aquí estaré yo para complacerla, para confortarla. Yo... yo también.

-¿Tú también? ¿Tú también qué? -Angel masculla furioso.

-Yo también me sentiré profundamente decepcionado si tú no te quedas... -el rubio baja la mirada y luego vuelve a clavarla en los ojos de su Sire con adoración, aproximándose a la cama-. No te he dado las gracias por haberme cuidado con tanto esmero, con tanta dedicación y...

-Era mi obligación -Angel responde secamente, pero no está tan furioso como antes, sino más bien algo perplejo.

-Tu obligación hubiera sido matarme por haber deshonrado el buen nombre de nuestra casta.

-Tengo alma, Spike. Ahora estoy del lado de los buenos. Me dedico a luchar contra demonios y otros vampiros y aborrezco al Angelus que fui. Creo que yo ya he deshonrado suficientemente el buen nombre de nuestra raza de maestros vampiros -sonríe Angel.

Su sonrisa es tan hermosa, tan encantadora que Spike se aturde al contemplar su boca y comprende lo que Buffy siente por él. Por este nuevo Angelus. Angel.

-¿Qué pasa? -Angel está algo incómodo cuando Spike le roza los labios suavemente con la mano-. ¿Hay restos de sangre?

-Siempre me has mordido. Nunca me has besado. Nunca.

-No seas ridículo, Spike. Los vampiros no besamos.

-Yo sí. Drusilla también. Ya lo sabes.

-Porque Dru está loca y tú eres muy rarito.

-A Buffy la besas.

-Pero porque... Dios... ¿por qué tengo esta absurda conversación contigo? No voy a besarte.

-¿Por qué? -dice Buffy, saliendo del cuarto de baño, envuelta en una toalla.
Su sóla visión es turbadora. Está preciosa. Se siente hermosa y admirada. Después de seis días en estado comatoso, sin cambiarse ni siquiera de ropa, necesitaba sentirse limpia, perfumada, depilada. Preparada. Su cabello brilla después del cepillado y aún está algo húmedo. Un poco de rimmel, un toque de brillo en los labios. Ambos miran embelesados a una chica por la que cualquiera perdería su alma o intentaría recuperarla costara lo que costara.

-¿Por qué no quieres besarle? -insiste Buffy, sentándose en la cama-. ¿Puedes follar con él y no puedes besarle?

-Un beso entre tíos es una mariconez -replica Angel ceñudo y Buffy se ríe.

-Venga... Que os acabo de ver... Que hoy en día ser gay no algo verg...

-¡Y una mierda! -Salta Spike y Angel lanza otra imprecación similar a la vez- ¡Yo no soy gay!

-Bueno, perdón. Bisexuales...

-¡Pero tú de qué vas! -exclama Angel, y Spike gruñe- Que a mí no me gustan los tíos para nada...

-Así que sólo es con él... -murmura Buffy, comprendiendo- Y él también sólo contigo... Por eso de la línea de sangre, porque estais unidos y todo eso. Angel...

-¿Sí cariño?

-¿Y por qué no quieres besarle? Sigo sin entenderlo. Verdaderamente, es ridículo que no quieras darle un beso después de...

-¡Oh, joder, ya está bien! ¿Quieres que le bese? Pues le beso y ya está.

Angel acerca su boca a Spike y se besan despacio, tanteando. Luego el beso se hace más profundo, más pasional. Se cogen del pelo y sus lenguas se enredan ávidas reflejando de forma obvia que no necesitan respirar. Es puro erotismo. Mucho más excitante que verles follar.

-¿Ya te has quedado a gusto? -dice Angel a Buffy cuando dejan de besarse.

-Siiiií -contesta Spike, aún extasiado, con los ojos cerrados, pensando que le hablaba a él, y los tres se ríen, rompiendo un poco la tensión.

Dejan de reir y se miran. Los tres. Buffy se muerde los labios. Siiiií... Está excitada. Mucho más de lo que ha estado nunca en toda su vida y sabe que ellos pueden percibir el aroma de su excitación sexual. Angel da el primer paso. Se le acerca y la besa con dulzura, pero Spike va más allá. Se sitúa a su espalda y comienza a besar y lamer su cuello, los lóbulos de las orejas, abre la toalla y acaricia sus pechos desde atrás, sin dejar de besar y lamer su nuca. El escalofrío que recorre su médula espinal hace que a Buffy se le escape un ligero gemido, y es como una invitación a que Angel dé rienda suelta a sus apetitos. Su lengua parece tener vida propia dentro de su boca, entrando y saliendo con ansia, como si estuviera haciéndole el amor con ella. Los dedos fríos de Spike acarician todo su cuerpo desde atrás, moldeándola como arcilla, cada vez más líquida, más húmeda, deshaciéndose en suspiros y gemidos de placer. Y ahora se detienen en su centro, abriendo sus labios, mojándose en sus fluídos calientes. Ella da un respingo cuando los dedos mágicos rozan su clit. Separa un poco a Angel de su boca, porque necesita tomar aire desesperadamente, y se retuerce cuando Spike insiste acariciando su punto.

-¿Estás bien? -pregunta Angel, algo preocupado.

-¡MMmmmm! -Buffy no contesta, pero coge a Angel con fuerza del pelo y dirige su cabeza hacia sus pechos.

El cúmulo intenso de sensaciones es difícil de definir. Buffy no puede pensar, sólo sentir, sentir el sofoco electrizante que hace que se agite deseando el alivio necesario. Lo necesita ya. Pero los dedos hábiles de Spike, son sutiles y acarician con lentitud, parsimoniosos, para llevarla al límite. Angel va lamiendo, cada vez más hacia abajo. Se detiene en su ombligo y se encamina hacia su centro entre sus piernas. Quiere ser el que provoque su orgasmo, así que aparta los dedos de Spike y los sustituye por su lengua.

Acogida en los fuertes brazos de Spike, que ahora se dedican con exclusividad a sus pezones duros como rocas, Buffy enreda sus dedos entre el cabello suave de Angel, instándole a seguir.

Spike lo puede percibir. La chica está a punto de correrse. Su agitación, el ritmo de su corazón, la forma de tomar aire intensamente.

-Mírame -susurra a su oído.

Tal vez Angel tenga el privilegio de ser el primero en hacer que se corra, pero Spike se embriaga al contemplar su expresión. Oh, sí. Porque ella se corre mirándole a él, arquea su espalda y se estremece intensamente, entornando los ojos brillantes, pero sin dejar de mirarle. Spike acerca su boca despacio, dejándole espacio para que tome aire, rozando con su lengua los labios que suspiran y gimen intensamente.
Cuando la agitación ha perdido intensidad, Angel levanta la cabeza y siente una punzada de celos cuando ve las dos cabezas rubias unidas, besándose con pasión. Pero la punzada no permanece mucho tiempo, porque Spike le está mirando con impaciencia, invitándole a participar en el beso.

Angel acerca sus labios a Buffy, cuando Spike se aleja un poco, pero se sorprende al ser invadido por la lengua del rubio vampiro, que no puede evitar querer saborear el néctar sabroso de la cazadora en la boca de su sire, luego baja velozmente hacia la polla rígida y empieza a chupársela con fuerza, entrando completa en su boca, porque los vampiros no tienen el reflejo de la náusea. La cabeza de Spike sube y baja con velocidad, y Angel intenta contener a su demonio interior que pugna por salir a tomar la sangre de su pequeño. No quiere que Buffy vuelva a verle como un animal, como una bestia abusadora de nuevo, así que cierra los ojos e intenta relajarse y acaricia la cabeza de Spike, en lugar de tirar de su pelo, que es lo que hubiera hecho de no estar ella. Desearía que fuera la cabeza de Buffy la que estuviera acariciando en ese momento, sentir su lengua y su boca cálida en su miembro, pero por otra parte... Oh, Dios. Spike se lo hace tan... tan bien... Es tan bueno... tan jodidamente bueno...

Buffy no puede tocar a Angel. Lo sabe. No puede arriesgarse a que se corra teniendo contacto con ella porque perdería su alma. Así que se centra en Spike. Así, de rodillas, su cuerpo pálido, sus músculos marcados son una sugerente tentación y siente el impulso irrefrenable de tocarle, de explorarle.
Spike está confuso ¿Qué está haciendo su sire? No le ha agarrado la cabeza con violencia, follando en su boca con la furia habitual. Por el contrario, su mano acaricia su cabeza, guiándole con suavidad. Acostumbrado a la violencia, ese toque de ternura le desarma por completo.

Por Dios... ¿Y qué está haciendo Buffy? Sus manitas son como pequeños diablillos tanteando y tocando por todas partes. Y su boca. Su lengua. Su lengua inquieta, traviesa, juguetona. Ahora la siente por detrás, lamiendo sus testículos y sigue su exploración.

Dios. Mío. Ay. Ay. Dios. Mío. ¡Está haciéndole un beso negro! Spike se vuelve loco cuando las manos de Angel y de Buffy se encuentran acudiendo a la vez a sacudir su polla, increíblemente dura y dolorida por la necesidad de aplacar el delirio sexual que le está consumiendo. Spike llega al clímax irremisiblemente, explotando semen hacia las manos de Buffy y Angel y hacia su propio estómago.
Angel se está conteniendo mucho para hacerlo durar, pero los gemidos de Spike en su polla, que al correrse aún chupa con más ansia, hacen que el vampiro superior tarde poco en estallar gimiendo.

-¡No te lo tragues todo, Spike! -exclama la chica desde atrás.

Buffy acude rauda, cuando Spike levanta la cabeza y le besa compartiendo así el semen de Angel, relamiendo su esencia.

-¿Ya puedo besarte? -le pregunta Buffy a Angel, con ojos febriles por la excitación.

-Sí. Ahora sí -el atractivo vampiro moreno la mira con intensidad y la chica se lanza contra él, tumbándole en la cama, besándole con furia, rozándo su pecho contra el suyo, clavando sus uñas en sus hombros, toda pasión y fuego, a horcajadas sobre él, a punto de...

-¡No! -Spike la separa de Angel, casi lanzándola fuera de la cama por el ímpetu.
Buffy se altera por la reacción de Spike y le pega un puñetazo fuerte en la cara, haciendo que sangre su nariz.

-¿Pero qué demonios haces, Spike? ¿Es que te has vuelto loco?

-¡No! La loca eres tú. No puedes dejar que te penetre. ¿Es que quieres que pierda su alma? ¿Quieres volver a ver a Angelus?

-No iba a dejar que se corriera, no soy tan imbécil -replica disgustada.

-Te correrías tú. Lo sé. Estás tan caliente que te correrás en cuanto entre en tí.

-¿Y qué? -dice Angel- Yo tengo mucho aguante. Mientras yo no me corra con ella, no hay peligro. Sé controlarme.

-No... No podrás controlarte -contesta Spike, limpiando de sangre su nariz-. No podrás. Porque cuando se corre sus contracciones son tan fuertes, tan intensas, tan calientes... Te oprimen con tanta fuerza que hace que te corras sin poder remediarlo. Lo sé.

Buffy mira a Angel algo decepcionada. Pensaba que podía, pero no... claro que no. Tiene razón Spike. Pero ella está encendida de deseo, desesperada...

-Estás desesperada por sentirle dentro -Spike lee sus pensamientos-. Por tenerle en tu interior entrando y saliendo con fuerza. Deseas que te tome con ímpetu salvaje y que te folle hasta que grites. Lo sé, porque yo quiero lo mismo que tú -ahora se vuelve hacia Angel-. Tú te mueres por hacerla tuya, dejarte de juegos y poseerla de verdad. Metérsela hasta el fondo en su conducto estrecho, suave, cálido. Oír sus gemidos que son como música celestial y follarla durante horas, hasta hacerla gritar de placer. Lo sé, porque yo deseo lo mismo también.

Spike se sitúa delante de Angel, dándole la espalda y extiende la mano hacia Buffy. Ella se acerca a su oído y le dice:

-No hables, no digas ni una palabra, ni una puta palabra, que no te oiga ni un suspiro. ¿Me has entendido? -la mirada de la chica es de fuego y Spike asiente.
Entra en ella despacio, deslizándose hasta encajar, abrazado a su ardor, dentro, dentro, dentro, dentro... Dentro de ella. Desearía penetrar, además de en su cuerpo, en su alma. Clavado, aferrado a ella, se detiene, esperando a Angel, que le penetra también lentamente pero agarrándole con fuerza, estableciendo su superioridad. Para Spike sentirse así, entre ellos dos, bien prendido entre la energía de la corpulencia de Angel y el poder apasionado del pequeño cuerpo de Buffy, es como haber muerto y estar en el cielo.

Porque ambos le abrazan, le besan con pasión. Buffy le besa en los labios, se entrega totalmente moviéndose rítmicamente, acompañando sus movimientos con suaves quejidos de placer, y Angel le besa la nuca, acaricia su espalda, mientras entra y sale de él de forma lánguida, sentida. Muy sentida. No es un simple desahogo como otras veces. Spike puede sentirlo. Tanto Buffy como Angel están haciendo el amor con él, no sólo están follando, porque puede sentir sus almas en cada uno de sus suspiros, de sus gemidos, de sus dulces y tiernas palabras de amor y sus almas entran en su interior y le abrasan. Le abrasan. Ahora mucho más, ya que las acometidas de Angel son más profundas, más fuertes, más rápidas, y Buffy le monta de forma desbocada por la pasión.

-Aaaahhhh... -gime Buffy, abrazada fuerte a Spike-, Dios... mi amor, cariño, mi amor, así, así.... Mmmmm..., tócame así, siénteme, siénteme... Estás dentro, dentro de mí... Puedo sentirte... ahhhh, puedo sentirte...

-Síiii, síiiii... -Angel también se corre, estremeciéndose, convulsionándose en un quejido intenso, Buffy lanza un gemido profundo y clava las uñas en la blanca piel de los hombros de Spike, haciéndole sangrar. Al olor de su sangre, Angel no puede contener su demonio y clava sus colmillos en él, llenándose de nuevo con su dulce elixir.

Spike siente que el orgasmo le sacude multiplicado por mil, se siente morir de placer infinito, sobre todo cuando les oye susurrando cada uno en un oído:

-Te quiero, ay Dios, no sabes cuánto te quiero...

-Te quiero, te quiero tanto... tanto...

-Angel...

-Buffy...

Y Spike cae exhausto, desfallecido, derrumbado cuando vuelve de nuevo a la realidad. Y es que ninguno de los dos ha pronunciado su nombre. Una lágrima resbala sobre sus mejillas. "Estúpido Spike, que soñabas que te amaban, que sus tiernas palabras y caricias estaban dedicadas a ti. Te engañabas a ti mismo. No. Tú sólo has sido la herramienta, el instrumento para hacer posible que se amen entre ellos. Es lo que les dijiste. Usadme. Y te han usado. Y ahora te duele. Creíste que follar con los dos te llenaría, y así ocurrió cuando sus almas entraron en ti, pero sólo has sido el hilo conductor, el dispositivo intermediario para que ambos contactaran. Por eso ahora te sientes vacío. Vacío. Vacío..."

-¿Pero qué...? -Buffy sacude a Spike y éste no reacciona- ¡Spike! ¡Spike! ¿Qué te pasa?

-Creo que le he tomado demasiada sangre. Le he mordido tres o cuatro veces en muy poco tiempo. ¿Spike? -Angel muerde su muñeca y la acerca a su boca, pero ni siquiera el olor de la sangre de su sire le hacen reaccionar. Su mirada está completamente perdida y murmura:

-Vacío... vacío... Las sentí. Sentí vuestras almas. Sentí mi alma... Volví a ser lo que era. William el poeta, lleno de amor, saturado de amor, pero no era verdad. No era nada... Era una ilusión... Y ahora estoy vacío. Sólo queda el monstruo, el odio, el deseo de matar... Os odio, os odio tanto... -su cara cambia de inmediato y emerge su demonio interior rugiendo, pero inmediatamente vuelve a caer en estado catatónico.

-No es sólo la pérdida de sangre -Angel mira a Spike y luego a Buffy-. Es lo que hemos hecho.

-Pero es lo que él quería. Quería que le usáramos para que tú y yo pudiéramos estar juntos. ¿Qué le pasa, entonces?

-Spike es mucho más complicado de lo que puedas llegar a imaginar. Tal vez esto ha sido demasiado para él. Le hemos utilizado como un objeto, porque a fin de cuentas, no tiene alma. Creo que no hemos sido mejores que esos demonios que se lo tiraban cada noche para su propia satisfacción.

-Pero la idea fue suya... Él nos convenció para hacer esto -insiste Buffy.

-Porque en el fondo creo que esperaba algo más que sexo. Está enamorado de ti...

-A tí también te ama. Lo sabes.

-Sí. Bueno... yo... No es cierto que no le haya besado nunca. Cuando estaba inconsciente por el dolor de sus heridas, le besé en los labios. Debí habérselo dicho.

-Tal vez eso sea lo que necesite para reaccionar. Un beso de amor.

-No serviría. Es cierto que siento algo por él. Es mío. Mi pequeño. Siendo vampiro como soy, siento el impulso de poseerle, de dominarle. Pero mi beso no sería suficiente. No es un verdadero beso de amor. ¿Tú..?

-No -Buffy niega con la cabeza-. No le amo. Nunca podría amarle. Supongo que esa parte oscura dentro mí le desea, pero no es amor.

Buffy se levanta y vuelve de nuevo a la cama con algo en la mano. Besa a Angel, le sonríe y se dirige a Spike, que sigue con la mirada perdida, sumido en su propio mundo.

-Esto no debió ocurrir -le dice la chica, con voz suave-. Nada de esto debió haber ocurrido. Supongo que lo mejor es volver al principio y esperar a que todo vuelva a su curso normal. Volver a lo que somos. Tú vampiro, yo cazadora. Cuando nos volvamos a encontrar seremos lo que nunca debimos dejar de ser. Enemigos mortales...
Buffy tiene en sus manos el contrato que canjeó con el hechicero. Lo rompe por la mitad. El hechizo se rompe también. Todo se desvanece en una intensa niebla. Todo vuelve atrás.


***


Buffy despierta en el viejo colchón de la fábrica abandonada. Falta poco para que amanezca. Se encuentra algo cansada y un poco mareada. Lo último que recuerda es la lucha con el demonio Oargn. Sacude un poco la cabeza y... cuando fija la vista se da cuenta de varias cosas que le hielan la sangre.
La primera es que no lleva puesta su ropa. Lleva un abrigo de cuero negro y.. ¡Nada más debajo! La segunda y más horripilante es que reconoce el abrigo y sabe a quien pertenece. La tercera cosa, que la llena de terror, es que el dueño del abrigo está tumbado a su lado, desnudo bocabajo, y que la está mirando fijamente.
-Dime por qué me has desnudado y me has quitado mi abrigo -la voz de Spike es como un arañazo contra una pizarra-. Ya te lo puedes ir quitando, cazadora, y devolviéndomelo. Ese abrigo es mío.

Buffy se toca el cuello, buscando señales de mordeduras, pero no encuentra nada. Tampoco siente ningún dolor en ninguna parte de su cuerpo.

-¿Me has... me has... convertido? Yo... yo no recuerdo nada. No... no me habrás... Nosotros no habremos...

-No -las aletas de la nariz de Spike se dilatan, aspirando-. No huele a sexo. Afortunadamente. Además... -la sonrisa de Spike es socarrona- si hubiéramos follado, te aseguro que no tendrías necesidad de preguntarlo. La verdad es que yo tampoco recuerdo qué ha pasado. Lo único que te puedo decir es que reconozco el hedor de un demonio Oargn.

-¿El demonio Oargn nos paralizó y nos desnudó para comernos? -pregunta Buffy.

-Es posible. No lo sé. Aunque tenía entendido que esos demonios huían de los vampiros. No lo sé -Spike va a levantarse y Buffy se pone en guardia-. Tranquila, cazadora. Voy a por mi ropa. A no ser que quieras que luchemos desnudos. Tendría su punto, no te creas, pero no sería justo que perdieras concentración en la pelea porque te distraigas con las vistas... -la sonrisa irónica del vampiro vuelve a enfurecer a Buffy, que completamente ruborizada deja de mirar su cuerpo desnudo y fija su vista en el suelo. Allí está su ropa. Se levanta a cogerla.

-Mi ropa está desgarrada... Oh, Y me encantaba esta blusa. Mira, completamente arruinada y era de seda. Fue un regalo de Navidad de mi madre. Este trabajo es una mierda. Siempre acabo con la ropa estropeada, desgarrada, manchada de sangre de demonio, o cubierta con polvo de vamp... -Buffy se da cuenta que, imprudentemente, está dando la espalda a un maestro vampiro, y que, desnudo o no, es peligroso. Muy peligroso. Se vuelve con cautela y Spike está vestido con su vaquero, su camiseta negra y sus botas, mirándola fijamente, sentado en el viejo escritorio, pero sin hacer ninguna tentativa de ataque. Buffy le mira algo confusa.

-Devuélveme el abrigo, cazadora -los ojos del vampiro brillan en la oscuridad.

-¿Pero tú estás sordo, ciego o idiota? ¿No ves que mi ropa está destrozada?

-Ese no es mi problema. Yo sólo quiero mi abrigo. Es importante para mí. Nunca, ¿me oyes? Nunca se lo he dejado a nadie, ni siquiera a Drusilla. Es como mi amuleto. No me hagas ir allí a quitártelo y que en el desenfreno de la lucha se desgarre. Ya te he oído. Siempre acabas con la ropa despedazada y no pienso dejar que te cargues mi abrigo. De eso nada, guapa. Con mi abrigo, no.

-¿No piensas luchar conmigo hasta que no me quite este mugriento abrigo? -Buffy está pasmada y se ríe-. ¿Y qué pretendes? ¿Que luche contigo desnuda?

-Me da lo mismo. Me es completamente indiferente. Pero eso que llevas puesto es mío. Mío. Es mi abrigo. Y quiero que me lo devuelvas. Ya. Ahora.

-¡Mierda! ¿Quieres esto? ¡Toma tu puto abrigo, metetelo por donde te quepa y acabemos con esto de una vez! -Buffy, completamente furiosa se quita la prenda en cuestión y se la lanza a Spike.

Si el vampiro hubiera estado respirando, en esos momentos hubiera dejado de hacerlo. Se descubre a sí mismo examinando, contemplando con admiración el cuerpo pequeño pero perfecto de la cazadora, ataviado sólo con unas botas negras de cuero. Y se descubre empalmado con una potencia que duele. Realmente duele. Despacio, sin dejar de mirarla, mete la mano en el bolsillo de su estimado abrigo, saca un cigarrillo y lo enciende. Luego vuelve a lanzarle el abrigo a Buffy, que lo coge al vuelo, y se dirige a la salida.

-¿Pero qué...? -Buffy está confusa. Este vampiro es capaz de confundirla y alterarla más que nadie ni nada en el mundo-, ¿Te vas?

-No me apetece luchar ahora. Hoy no, cazadora. Hoy no.

Buffy sabe que no debe dejar que un vampiro, un asesino sin escrúpulos se le escape. El escritorio es de madera. Una de sus patas serviría para acabar con él. Pero no. No va a matarle por la espalda. Extrañamente, a ella tampoco le apetece luchar ahora. Se vuelve a poner el abrigo de Spike y le ve alejarse, el humo de su cigarro como una involuntaria señal de despedida.


***

Puede olerlo. Allí está. Intacto. Sobre una lápida. No es una trampa. Ella hace tiempo que se ha ido. Eso también puede detectarlo con su agudo olfato. Spike coge su abrigo de cuero negro. No. No está intacto. Conserva su olor. Huele a ella. Siempre desprenderá su aroma dulce de vainilla, fresas y miel. Se ha impregnado para siempre en el cuero. Tal vez, piensa Spike sonriendo irónico, no sólo ha calado en la piel. Tal vez haya calado más hondo. Más hondo.



Fin

No hay comentarios: