viernes, 25 de septiembre de 2009

MASCOTA 3

Disclaimer: Los personajes de este relato son propiedad de J. Whedom, Mutant Enemy and 20th Century Fox Film Corporation. Publico este fanfic solo por mero entretenimiento y sin ánimo de lucro.


-Seis días, Angel -Spike está alterado, mucho más desde la visita de la bruja Sibila y pasea de un lado a otro de la habitación, ataviado con un pantalón de pijama de rayas de Angel-. Lleva seis días así. Creo que deberíamos llevarla a un hospital o buscar otra bruja o...

-No -responde Angel, tajante-. Oíste lo que dijo la vieja Sibila. No corre peligro. Está en estado de letargo, sumida en un sopor total y sus constantes están al mínimo. Como si estuviera hibernando. En un hospital no podrían hacer nada por ella y confío más en Sibila que en cualquier otra bruja.

-¿En qué coño estaba pensando al ir sóla a ver al brujo? ¿Es que Buffy es idiota?

-Supongo que sí, porque si fue a ver a Soar fue por ti, para cambiarte por la esfera mágica. Claro que es idiota. Eso pensaría Soar. Porque, perdona que te lo diga, pero nadie en su sano juicio cambiaría una esfera azul de Drehbij por tener un Spike a su servicio. Tú no lo vales. Supongo que Soar pensaba que ella se arrepentiría del trato en cuanto recuperara la cordura. Por eso le lanzó el hechizo de sopor, para darle tiempo a largarse con la esfera.

-¿Entonces sólo tenemos que esperar a que despierte? ¿Y cuándo lo hará? ¿Dentro de una semana, diez dias, diez años, cien años...? No pienso esperar. Sé lo que hay que hacer. Ya funcionó una vez, a lo mejor también ahora funciona.
Antes de que Angel pueda impedirlo, Spike se lanza sobre Buffy la coge y la besa apasionadamente.

-Te quiero, te quiero, te amo, joder, Buffy amor, despierta, te quiero -la sacude con desesperación- ¡Puta cazadora! ¿Quieres despertar ya? -y vuelve a besarla con furia.

-¿Pero tú eres anormal? -Angel le aparta de la chica de un violento empujón-. ¿Crees que despertará así, como la bella durmiente del cuento? En todo caso, no creo que tú seas su príncipe soñado. Ese soy yo. A mí me quiere. Tú sólo eres el ogro de sus pesadillas.

Angel la besa con ternura ante la mirada furibunda de Spike y le dice que la quiere, que la necesita, que se despierte, pero Buffy tampoco da signos de recuperar la consciencia.

-Pues tú tampoco has tenido mucho éxito... -se burla- ¡No me extraña! ¿Cómo quieres despertarla con ese beso? Así la duermes más, de puro aburrimiento... Vamos, tío... No me extraña que la pobre chica andara desesperada por un poquito de sexo del bueno aquella noche cuando...

Angel le pega un puñetazo que hace que vuele hacia la pared y se estampe contra ella.

-¿Qué? -se enerva desafiante Spike-. ¿Duele que te lo diga? Pues es la puta verdad. Ella me lo dijo. Nunca se había corrido con nadie hasta que...

-Hasta que abusaste de ella porque estaba drogada -Angel acaba la frase, frío como el hielo-. Eso te hace ser un amante extraordinario... ¿O un extraordinario violador? Conmigo se acostó por propia voluntad, me entregó su virginidad porque me amaba, ella me quería. Eso te jode ¿verdad, Spike? Que me quiera a mí. Que en el fondo, pase lo que pase, ella me sigue queriendo a mí, siempre me amará y tú no puedes soportarlo.

Spike se lanza contra Angel y forcejean lanzandose puñetazos uno a otro.

-Sí, yo me aproveché de las circunstancias, pero ella me deseaba, me deseaba a mí. Sólo a mí... Ni una vez pronunció tu nombre... Pero bien que gritaba el mío cuando se corría.

-¡Estaba drogada! -Angel lanza a Spike contra el armario de una tremenda patada- ¡Hechizada por una substancia mágica! ¡Se hubiera acostado con cualquiera! ¡Con cualquier monstruo que hubiera estado disponible!

-Te equivocas -Spike salta y le sujeta contra la pared y del golpe, la lámpara tiembla-. Hablé con Sibila, la bruja. Curioso el efecto del veneno Oargn. Los demonios lo usan para calmar a sus crías y dejarles adormecidos. En los humanos esa es su primera consecuencia. La parálisis. Pero el efecto secundario... -Spike se ríe-. El efecto secundario en los humanos es impredecible, porque, según tu Sibila, la droga hace que afloren los deseos más ocultos, los deseos arrinconados en el subconsciente. La pequeña y rubita cazadora no es tan inocente. No. Porque el deseo secreto, el abominable, el sueño inconfesable de nuestra preciosa Buffy tiene un nombre: "Spike". Tú serás su puto príncipe muermo, pero yo soy el ogro con quien secretamente sueña que la folla hasta la locura.

Angel se lanza sobre Spike y se revuelcan por el suelo, emergiendo sus demonios en sus rostros.

-Y eso no es lo más gracioso -continúa Spike-, lo gracioso es que si el humano sobrevive al efecto de la droga, todo lo ocurrido queda borrado, tanto para la víctima del hechizo como para los que hayan estado implicados... ¿Gracioso? Me parto. Porque todo lo que me han hecho, todo lo que he tenido que pasar no era necesario... Pero ¿sabes una cosa? No me importa, nada de eso tiene importancia ahora. Lo único importante es que ella me desea. En el fondo me desea.

-Eres un imbécil. ¿Ella te desea? Seguro que te desea como te deseo yo -Angel clava sus colmillos en el cuello de Spike agarrándole del pelo y se inunda de su sangre, reclamando lo que es suyo, imponiéndose como Sire superior.

La sangre de Spike es fuego salvaje dentro de él, es pura excitación sexual. Angel frota su miembro duro contra él, baja de un tirón sus pantalones, se desabrocha los suyos y le penetra con violencia, mientras sigue tirándole fuertemente del pelo. Le embiste rudamente en el suelo. Spike se retuerce y forcejea bajo el peso de Angel, pero éste no ceja en sus embestidas agresivas hasta que se corre rugiendo, los ojos amarillos, como un animal. Luego cuando se calma, recupera su aspecto humano, aunque sigue teniendo a Spike sujeto por el pelo, su polla todavía dentro.

-No lo entiendes, pequeño -Angel le habla con aire condescendiente-. Es posible que Buffy te desee, pero ya te he dicho que te desea como yo, que te utilizo, y luego me avergüenzo, porque tengo alma y no debería volver a hacerte algo así. Si Buffy se rebajara a follar contigo sería para utilizarte también, pero siempre se avergonzará de ti. ¿O crees que te presentaría a su madre como su nuevo novio? ¿Querría que se enteraran sus amigos? ¿Le contaría a Giles que se está tirando a un vampiro sin alma y le pediría su bendición?

-En estos momentos dudo en cual de los dos es el que tiene alma -la voz de Buffy hace que Angel se quede congelado-. Suelta a Spike o te juro que te mataré en cuanto pueda levantarme.

Angel se levanta del suelo, abrochándose el pantalón, sin dejar de mirar a Buffy, furioso.

-Ahí le tienes. Todo tuyo. Nunca mejor dicho. Tú le has comprado. Me preguntaba por qué lo habías hecho. Suponía que era por lástima, por tu buen corazón. Ahora sé qué motivos ocultos tenías. Disfrútalo tú ahora. Es tu turno -y Angel sale de la habitación dando un portazo.

-Spike... ¿Estás bien? -pregunta Buffy desde la cama.

-Oh, joder... Seis putos día durmiendo y no podías escoger un momento más oportuno para despertarte.

-¿Seis días? ¿Pero qué...?

-Nada de lo que tengas ya que preocuparte -Spike levanta la cabeza desde el suelo-. Un hechizo de sopor de Soar para escaparse con la esfera. ¿No podías estar haber estado unas horitas más dormidita y calladita? No. Tenías que despertar ahora, cuando por fin empezaba la diversión... A no ser que seas tú la que quiere también divertirse -Spike hace un gesto lascivo con la lengua sobre su labio, subiendo sobre la cama. Buffy observa que al menos tiene el pantalón subido, pero también nota que está visiblemente empalmado.

-¿Qué... qué quieres decir con que empezaba la... la diversión? ¿Es que tú estabas conforme con... con... eso? No... vamos.... no daba esa impresión desde aquí. Parecía que... que te estuviera violando.

-¡Es mi Sire, ahora que no está Drusilla! ¡Incluso estando Dru él es mi superior! ¿Pero tú cuánto tiempo llevas de cazadora? Porque me parece que de las costumbres de los vampiros no tienes ni zorra idea. El Sire se impone. Los inferiores en jerarquía se someten, quieran o no. Así es el sexo entre vampiros, amor.

-Pero Angel no es... no pensé que él...

-¿Que Angel no es... qué? ¿Un vampiro? Es posible que tenga alma, pero no es un hombre. Es un vampiro. No puede evitar joder a sus "pequeños" y demostrar quien es el que manda.

-Pero él te hacía daño... Por Dios, Spike. No es mejor que esos demonios que...

-¡NO! ¿PERO QUÉ DICES? -Spike se altera furioso- Angel es mi Sire. Tiene derecho. Todo el derecho. Y ahora más que nunca.

-¿Aunque tú no quieras? ¿Aunque te haga daño? No lo entiendo... No...

-¿Pero quién te ha dicho que yo no quiero? -Spike la mira extrañado-. Dios... Llevo días interminables esperando que lo haga. Lo deseaba tanto... Nunca me había gustado que lo hiciera cuando era Angelus, porque me lo hacía por desprecio, porque me detestaba. Bueno... Ahora también me odia. Porque le recuerdo lo que fue. Lo que es. Y también me odia por ti. Tiene celos. ¿Te lo puedes creer? Pero por mucho que me odie, en el fondo sé que siente algo por mí. Siente algo bueno por mí, si no no me hubiera cuidado como lo hizo. Lo siente. No lo admitirá nunca pero lo siente. Igual que tú, cazadora. No quieres reconocerlo pero te aceleras, te rebotas cuando estoy cerca. Como ahora. Estás excitada. Puedo olerlo.

-Sí. Es verdad -Buffy respira agitada, pero su mirada es amenzadora, furiosa-. Tú eres mi secreto inconfesable... ¿Pero sabes una cosa? Estoy harta. Harta de secretos, harta de no enterarme de nada, de que todos, hasta tú, quieran protegerme de la verdad. ¡HARTA! ¿ME OYES TÚ TAMBIÉN, ANGEL? ¡HARTA DE OCULTAR TODO LO QUE SIENTO! ¡Y SI NO ENTRAS AQUÍ AHORA VOY A EMPEZAR A GRITARLO PARA QUE SE ENTERE EL VECINDARIO ENTERO!

Spike se aleja un poco, algo intimidado por el arrebato histérico de la chica y Angel abre la puerta, entra, sin saber muy bien qué hacer y se sienta sobre la cama.

-Bien -dice Buffy, algo más calmada-. Ya estamos todos. Ahora voy a hablar con plena libertad, porque estoy cansada de fingir, de fingir que soy de hielo y que nada puede afectarme. Finjo. finjo, finjo. Hasta finjo orgasmos que no tengo con tíos que no valen la pena.

-Un tal Parker. Un gilipollas -susurra Spike a Angel-. No preguntes.

-No. No preguntes, Angel -sigue Buffy mirándole y sus ojos son fuego-. No preguntar para no saber. Es lo mejor ¿no? Un simple "hola Buffy cómo estás" con tu eterno aire melancólico y taciturno pero sin esperar respuesta. Luchamos juntos, codo con codo, recuperamos esa estúpida bola, pero la lucha dentro de mí no termina ahí. Tú no sabes lo supone para mí volver a verte, volver a tenerte cerca. Quiero tocarte, quiero besarte, quiero... quiero... Mierda. Quiero follar contigo. Quiero hacer todo lo que nunca he hecho, lo que nunca hemos hecho, y me toco, me acaricio por las noches pensando en tí, ahí en la habitación de al lado, ahogando con la almohada el deseo desesperado de llamarte, porque no puedo estar cerca de tí sin morirme por querer hacer lo que no podemos hacer. Te quiero y quiero sentirte dentro de mí, me muero por tí y tú...

-¿Y YO QUÉ? -la corta Angel- ¿YO TAN TRANQUILO? ¿ESO VAS A DECIR? -A Angel le brillan los ojos- ¿Tú crees que es más fácil para mí tenerte cerca y no poder estar contigo? Puedo percibir el aroma dulce de tu excitación y me volvía loco oir tus gemidos apagados a través de la pared y tenía que hacer un esfuerzo sobrehumano por no atravesarla para lamerte entera y hacerte el amor sin parar, sin parar, estar siempre dentro de tí y no salir nunca. Pero sabes que no podemos. NO PODEMOS.
Spike les observa emocionado, como si estuviera viendo otro capítulo de "Pasiones", su culebrón favorito. Pensaba que iban a discutir sobre él, pero da la impresión de que le han olvidado completamente. Y eso hace que se sienta excluído. Se levanta de la cama despacio mientras Buffy y Angel siguen discutiendo sobre quien lo pasa peor por no poder hacerlo, pero no ha llegado a la puerta cuando oye la voz de Buffy.

-¿Y tú dónde te crees que vas? Quédate dónde estás, que todavía no hemos terminado. Ahora te toca a tí. Las cartas sobre la mesa. Sé todo lo que pasó aquella noche, pero creo que ya pagaste bastante por ello. Supongo que me violaste, pero eso no parece ser algo anormal porque es lo corriente entre vampiros, es vuestra manera de tener sexo. ¿No es verdad, Angel? Te tiras a Spike cuando te viene en gana...

-Tú no lo entiendes. Son cosas de vampiros... ¿Crees que ahora no me avergüenzo? Pero es que ya no podía más. Llevo días empalmado y aliviarme yo solo no me sirve, no contigo y con él tan cerca. Hay algo entre nosotros, entre Spike y yo, que nos une. La línea de sangre. No puedo evitarlo y me odio por ello. Pero ¿Y tú? -el tono de Angel es de reproche-. Tú también le deseas. Lo sé. Por eso tuviste que comprarle. Para poder tenerle siempre que quieras.

-Por una parte le odio. Odio lo que representa. Es un vampiro asesino sin conciencia. Mi misión es acabar contigo -ahora mira a Spike-. Pero en lo más profundo de mi ser me trastorno al verte y no sé por qué. Amo a Angel pero no puedo evitar sentir ese ardor extraño dentro de mí cuando te veo. Y tú sientes lo mismo...
Spike no le responde, pero su mirada azul intensa lo dice todo.

-¿Siempre es violento? -le pregunta Buffy a Angel-. El sexo entre vampiros, quiero decir. Porque tú conmigo la primera (y única) vez fuiste muy tierno y...

-Me costaba horrores contenerme para no arrancarte la ropa a mordiscos. Esa es mi verdadera naturaleza, pero tengo alma. El alma me ayuda a ser más comedido. El alma y el amor que siento por ti -se acerca más a Buffy, tanto que respira su aliento-. Oh, Dios, Buffy. Me muero por besarte. Algún día podré besarte y no pasará nada, pero ahora no. Ahora te besaría con furia, con pasión, quiero hacerte mía, y sé que si te beso no podré parar. Y no podemos arriesgarnos a que vuelva a perder mi alma.

-Usadme -dice Spike, volviendo a sentarse en la cama, y ambos se quedan mirándolo confusos-. Sí. Me habéis oído bien. Usadme para estar juntos. Tú amas a Buffy. Buffy, tú le quieres a él. Los dos me deseáis y yo... bueno... yo os amo a los dos. El arreglo perfecto para todos. Vamos, no me miréis así. Hemos decidido hablar sin tapujos. No podéis fingir que no lo estáis deseando, porque puedo oler vuestra excitación y me está volviendo loco. Loco.

Spike se desnuda ante los ojos atónitos de los otros dos. Su cuerpo es glorioso, divino. Ya no quedan huellas de la agresión de los demonios y su piel es blanca, pura seda. Una tentación imposible de resistir. Aún caen gotas de sangre dónde Angel le ha mordido antes. Spike se aproxima a su sire, le pone la mano en la nuca y le arrima la cabeza a su cuello. Desea sentir de nuevo los colmillos de su superior invadiendo sus venas y sabe que el cuerpo de Angel le traiciona cuando toma su sangre. Su cuerpo. Tocar su piel. Spike le desnuda lentamente y Angel se deja hacer, seducido por la sangre de su chico. Suyo. Es suyo. Sigue siendo suyo. Para siempre. No importa que Angel ya no sea Angelus. Spike es suyo.

Buffy también puede verlo. Ella estimula la dulzura del alma de Angel, pero Spike sigue provocando, sigue incitando la oscuridad que aún habita en su interior. Viéndoles juntos, observando cómo Angel toma su sangre posesivamente frotando su miembro duro contra su piel suave, tiene la impresión de que el rubio vampiro es capaz de incitar los pensamientos más lascivos, más escabrosos en cualquier ser. Humano o no humano, con alma o desalmado, hombre o mujer. Spike es puro deseo sexual. Y ahora la mira intensamente, instigando, llamándola con su azul brillante cuando Angel se sitúa a su espalda y vuelve a hundirse con fuerza dentro de él, sujetándole con firmeza y embistiéndole con vigor. Paradójicamente Angel es puro demonio convertido, ojos amarillos salvajes y Spike es puro ángel divino, jadeante y sometido a las exigencias de su maestro, cada vez más profundas, más violentas, y la mirada de Spike clavada en la de Buffy es cada vez más apremiante, más urgente, casi implorando.

Ella lo hace. Le toma con su boca. Todo lo que puede, porque es demasiado grande. Las embestidas desde atrás hacen que se mueva hacia ella rítmicamente, hacia el calor gratificante de su lengua, de sus labios suaves.

-Así... así, amor... apriétame más fuerte... tómame, tómame, soy tuyo, todo tuyo, todo tuyo, poséeme con tu boca, con tus labios... Síiiiii...
Buffy no está muy segura de si se lo dice a ella o a Angel, porque él vuelve a morderle y ambos se corren. Angel aúlla y Spike gime intensamente, acariciando el cabello de la chica, que intenta tragar todo el semen frío que llena su boca, aunque un hilillo se le escapa de entre la comisura de sus labios. Dios... es la primera vez que le hace esto a un hombre. Bueno, Spike no es técnicamente un hombre, pero eso no cambia las cosas. Las pone peor. Es un maldito engendro que les tiene dominados a ambos. Su juego es eso. En teoría Angel le posee porque es su Sire, y ella también por su contrato, pero en la práctica, ambos están sometidos a su hechizo, a sus ojos de cielo, a sus pómulos adorables, a su boca deseada, al sabor de su esencia...

Sumida en esos pensamientos, siente vergüenza y no levanta la cabeza. Unas manos frías acarician su cabello, su nuca, y la obligan a incorporarse. Angel ha vuelto a su aspecto humano, pero su mirada sigue siendo salvaje cuando la besa con ansia.

Reclama su boca, su lengua cálida y el semen de su pequeño mezclado con su saliva dulce es irresistible. Completamente iresistible. Su lengua penetra entre sus labios con fuerza y desgarra su blusa de un tirón, completamente descontrolado. Buffy está tensa, demasiado tensa ante el arrebato puramente animal de un Angel completamente desconocido para ella. Spike le aparta de un violento empujón y el otro se transforma preparado para atacar.

-¡PARA! ¡ANGEL! -le grita-. Mírala. Es Buffy. Buffy...
Angel parece volver de su rapto y la abraza hundiendo la cabeza en su hombro.

-Dios... Buffy. Lo siento. Lo siento... Te quiero, te quiero...

-No sé si esto es... -balbucea ella muy nerviosa-. No creo que esto esté bien... yo no... Creo que debería irme.

Spike frunce el ceño. Se ha asustado. Es lógico. Demasiado joven e inexperta. Pero Spike sabe el fuego que guarda en su interior y desea que aflore. Él puede hacer que aflore, pero deben comenzar con tacto. Ya habrá tiempo para el sexo brutal más adelante, cuando esté preparada para ello.

-Shhh. Calma, amor. Sé lo que necesitas. Necesitas relajarte. Un buen baño caliente y todo lo que tú quieras después. Lo que tú quieras. Tú mandas. Nadie obligará a nadie a hacer nada que no quiera. Te lo prometo...

Spike sigue hablándole y tranquilizándola mientras la guía hacia el cuarto de baño. Ha cubierto su cintura con la sábana, para que ella no se sienta incómoda. Prepara la bañera con sales de esencia relajantes, toca el agua para comprobar la temperatura y antes de salir del baño le da un tierno beso en la frente y susurra:
-Recuerda que te quiero, que los dos te queremos.

Buffy se desnuda y entra en la bañera. El beso de Spike en su frente sigue ardiendo. No ha sido nada sexual, aparentemente, pero sigue ardiendo. Sus labios fríos, sensuales y húmedos en su piel, deteniéndose a respirar. No. No a respirar porque no lo necesita. Estaba aspirándola a ella. El corazón le late con fuerza recordando también el beso pasional, casi animal, de Angel.

No. No va a ocurrir, se dice a sí misma. Ella es una chica normal. Lo que antes ha pasado ha sido algo raro que no se repetirá. Hacer algo así no sería decente. Ni decente ni conveniente ni... Muchos fundamentos en contra. Todos los que quiera, pero se miente a sí misma, porque ya está perdida recordando los ojos oscuros de su amado Angel y los ojos azules de su odiado Spike. Enredada en sus ojos, en sus bocas, en sus cuerpos...

***


-Eres un hijo de puta -Angel le mira con resentimiento, no desprovisto de cierto asombro-. ¿Crees que no sé lo que haces? Te vistes con piel de cordero, pero eres un lobo. Te conozco demasiado para ver tus oscuras intenciones. No voy a dejar que le vuelvas a poner las manos encima. Te lo advierto.

-Que yo sepa -Spike le dedica su sonrisa más mordaz levantando una ceja-, yo aún no he tocado a nadie. Tú me has follado. Dos veces, si no recuerdo mal, y ella me ha hecho una mamada. Acariciarle el cabello y un casto beso en la frente. Eso es lo único que he hecho yo. Nada reprochable.

-Sabes lo que quiero decir -insiste Angel apretando los puños, haciendo un gran esfuerzo para no lanzarse de nuevo contra él y aplastar esa maldita sonrisa en su cara de un puñetazo.

-Lo que le dije antes era cierto. Ella es la que manda. Yo haré lo que ella quiera que haga y nadie obligará a nadie a hacer algo que no quiera hacer. Tú si quieres puedes irte, pero ten por seguro que cuando Buffy salga de ese baño, saldrá dispuesta a tener sexo. Como una gata en celo. Caliente, muy caliente. Se llevará una profunda decepción si tú no estás, porque te ama, pero aquí estaré yo para complacerla, para confortarla. Yo... yo también.

-¿Tú también? ¿Tú también qué? -Angel masculla furioso.

-Yo también me sentiré profundamente decepcionado si tú no te quedas... -el rubio baja la mirada y luego vuelve a clavarla en los ojos de su Sire con adoración, aproximándose a la cama-. No te he dado las gracias por haberme cuidado con tanto esmero, con tanta dedicación y...

-Era mi obligación -Angel responde secamente, pero no está tan furioso como antes, sino más bien algo perplejo.

-Tu obligación hubiera sido matarme por haber deshonrado el buen nombre de nuestra casta.

-Tengo alma, Spike. Ahora estoy del lado de los buenos. Me dedico a luchar contra demonios y otros vampiros y aborrezco al Angelus que fui. Creo que yo ya he deshonrado suficientemente el buen nombre de nuestra raza de maestros vampiros -sonríe Angel.

Su sonrisa es tan hermosa, tan encantadora que Spike se aturde al contemplar su boca y comprende lo que Buffy siente por él. Por este nuevo Angelus. Angel.

-¿Qué pasa? -Angel está algo incómodo cuando Spike le roza los labios suavemente con la mano-. ¿Hay restos de sangre?

-Siempre me has mordido. Nunca me has besado. Nunca.

-No seas ridículo, Spike. Los vampiros no besamos.

-Yo sí. Drusilla también. Ya lo sabes.

-Porque Dru está loca y tú eres muy rarito.

-A Buffy la besas.

-Pero porque... Dios... ¿por qué tengo esta absurda conversación contigo? No voy a besarte.

-¿Por qué? -dice Buffy, saliendo del cuarto de baño, envuelta en una toalla.
Su sóla visión es turbadora. Está preciosa. Se siente hermosa y admirada. Después de seis días en estado comatoso, sin cambiarse ni siquiera de ropa, necesitaba sentirse limpia, perfumada, depilada. Preparada. Su cabello brilla después del cepillado y aún está algo húmedo. Un poco de rimmel, un toque de brillo en los labios. Ambos miran embelesados a una chica por la que cualquiera perdería su alma o intentaría recuperarla costara lo que costara.

-¿Por qué no quieres besarle? -insiste Buffy, sentándose en la cama-. ¿Puedes follar con él y no puedes besarle?

-Un beso entre tíos es una mariconez -replica Angel ceñudo y Buffy se ríe.

-Venga... Que os acabo de ver... Que hoy en día ser gay no algo verg...

-¡Y una mierda! -Salta Spike y Angel lanza otra imprecación similar a la vez- ¡Yo no soy gay!

-Bueno, perdón. Bisexuales...

-¡Pero tú de qué vas! -exclama Angel, y Spike gruñe- Que a mí no me gustan los tíos para nada...

-Así que sólo es con él... -murmura Buffy, comprendiendo- Y él también sólo contigo... Por eso de la línea de sangre, porque estais unidos y todo eso. Angel...

-¿Sí cariño?

-¿Y por qué no quieres besarle? Sigo sin entenderlo. Verdaderamente, es ridículo que no quieras darle un beso después de...

-¡Oh, joder, ya está bien! ¿Quieres que le bese? Pues le beso y ya está.

Angel acerca su boca a Spike y se besan despacio, tanteando. Luego el beso se hace más profundo, más pasional. Se cogen del pelo y sus lenguas se enredan ávidas reflejando de forma obvia que no necesitan respirar. Es puro erotismo. Mucho más excitante que verles follar.

-¿Ya te has quedado a gusto? -dice Angel a Buffy cuando dejan de besarse.

-Siiiií -contesta Spike, aún extasiado, con los ojos cerrados, pensando que le hablaba a él, y los tres se ríen, rompiendo un poco la tensión.

Dejan de reir y se miran. Los tres. Buffy se muerde los labios. Siiiií... Está excitada. Mucho más de lo que ha estado nunca en toda su vida y sabe que ellos pueden percibir el aroma de su excitación sexual. Angel da el primer paso. Se le acerca y la besa con dulzura, pero Spike va más allá. Se sitúa a su espalda y comienza a besar y lamer su cuello, los lóbulos de las orejas, abre la toalla y acaricia sus pechos desde atrás, sin dejar de besar y lamer su nuca. El escalofrío que recorre su médula espinal hace que a Buffy se le escape un ligero gemido, y es como una invitación a que Angel dé rienda suelta a sus apetitos. Su lengua parece tener vida propia dentro de su boca, entrando y saliendo con ansia, como si estuviera haciéndole el amor con ella. Los dedos fríos de Spike acarician todo su cuerpo desde atrás, moldeándola como arcilla, cada vez más líquida, más húmeda, deshaciéndose en suspiros y gemidos de placer. Y ahora se detienen en su centro, abriendo sus labios, mojándose en sus fluídos calientes. Ella da un respingo cuando los dedos mágicos rozan su clit. Separa un poco a Angel de su boca, porque necesita tomar aire desesperadamente, y se retuerce cuando Spike insiste acariciando su punto.

-¿Estás bien? -pregunta Angel, algo preocupado.

-¡MMmmmm! -Buffy no contesta, pero coge a Angel con fuerza del pelo y dirige su cabeza hacia sus pechos.

El cúmulo intenso de sensaciones es difícil de definir. Buffy no puede pensar, sólo sentir, sentir el sofoco electrizante que hace que se agite deseando el alivio necesario. Lo necesita ya. Pero los dedos hábiles de Spike, son sutiles y acarician con lentitud, parsimoniosos, para llevarla al límite. Angel va lamiendo, cada vez más hacia abajo. Se detiene en su ombligo y se encamina hacia su centro entre sus piernas. Quiere ser el que provoque su orgasmo, así que aparta los dedos de Spike y los sustituye por su lengua.

Acogida en los fuertes brazos de Spike, que ahora se dedican con exclusividad a sus pezones duros como rocas, Buffy enreda sus dedos entre el cabello suave de Angel, instándole a seguir.

Spike lo puede percibir. La chica está a punto de correrse. Su agitación, el ritmo de su corazón, la forma de tomar aire intensamente.

-Mírame -susurra a su oído.

Tal vez Angel tenga el privilegio de ser el primero en hacer que se corra, pero Spike se embriaga al contemplar su expresión. Oh, sí. Porque ella se corre mirándole a él, arquea su espalda y se estremece intensamente, entornando los ojos brillantes, pero sin dejar de mirarle. Spike acerca su boca despacio, dejándole espacio para que tome aire, rozando con su lengua los labios que suspiran y gimen intensamente.
Cuando la agitación ha perdido intensidad, Angel levanta la cabeza y siente una punzada de celos cuando ve las dos cabezas rubias unidas, besándose con pasión. Pero la punzada no permanece mucho tiempo, porque Spike le está mirando con impaciencia, invitándole a participar en el beso.

Angel acerca sus labios a Buffy, cuando Spike se aleja un poco, pero se sorprende al ser invadido por la lengua del rubio vampiro, que no puede evitar querer saborear el néctar sabroso de la cazadora en la boca de su sire, luego baja velozmente hacia la polla rígida y empieza a chupársela con fuerza, entrando completa en su boca, porque los vampiros no tienen el reflejo de la náusea. La cabeza de Spike sube y baja con velocidad, y Angel intenta contener a su demonio interior que pugna por salir a tomar la sangre de su pequeño. No quiere que Buffy vuelva a verle como un animal, como una bestia abusadora de nuevo, así que cierra los ojos e intenta relajarse y acaricia la cabeza de Spike, en lugar de tirar de su pelo, que es lo que hubiera hecho de no estar ella. Desearía que fuera la cabeza de Buffy la que estuviera acariciando en ese momento, sentir su lengua y su boca cálida en su miembro, pero por otra parte... Oh, Dios. Spike se lo hace tan... tan bien... Es tan bueno... tan jodidamente bueno...

Buffy no puede tocar a Angel. Lo sabe. No puede arriesgarse a que se corra teniendo contacto con ella porque perdería su alma. Así que se centra en Spike. Así, de rodillas, su cuerpo pálido, sus músculos marcados son una sugerente tentación y siente el impulso irrefrenable de tocarle, de explorarle.
Spike está confuso ¿Qué está haciendo su sire? No le ha agarrado la cabeza con violencia, follando en su boca con la furia habitual. Por el contrario, su mano acaricia su cabeza, guiándole con suavidad. Acostumbrado a la violencia, ese toque de ternura le desarma por completo.

Por Dios... ¿Y qué está haciendo Buffy? Sus manitas son como pequeños diablillos tanteando y tocando por todas partes. Y su boca. Su lengua. Su lengua inquieta, traviesa, juguetona. Ahora la siente por detrás, lamiendo sus testículos y sigue su exploración.

Dios. Mío. Ay. Ay. Dios. Mío. ¡Está haciéndole un beso negro! Spike se vuelve loco cuando las manos de Angel y de Buffy se encuentran acudiendo a la vez a sacudir su polla, increíblemente dura y dolorida por la necesidad de aplacar el delirio sexual que le está consumiendo. Spike llega al clímax irremisiblemente, explotando semen hacia las manos de Buffy y Angel y hacia su propio estómago.
Angel se está conteniendo mucho para hacerlo durar, pero los gemidos de Spike en su polla, que al correrse aún chupa con más ansia, hacen que el vampiro superior tarde poco en estallar gimiendo.

-¡No te lo tragues todo, Spike! -exclama la chica desde atrás.

Buffy acude rauda, cuando Spike levanta la cabeza y le besa compartiendo así el semen de Angel, relamiendo su esencia.

-¿Ya puedo besarte? -le pregunta Buffy a Angel, con ojos febriles por la excitación.

-Sí. Ahora sí -el atractivo vampiro moreno la mira con intensidad y la chica se lanza contra él, tumbándole en la cama, besándole con furia, rozándo su pecho contra el suyo, clavando sus uñas en sus hombros, toda pasión y fuego, a horcajadas sobre él, a punto de...

-¡No! -Spike la separa de Angel, casi lanzándola fuera de la cama por el ímpetu.
Buffy se altera por la reacción de Spike y le pega un puñetazo fuerte en la cara, haciendo que sangre su nariz.

-¿Pero qué demonios haces, Spike? ¿Es que te has vuelto loco?

-¡No! La loca eres tú. No puedes dejar que te penetre. ¿Es que quieres que pierda su alma? ¿Quieres volver a ver a Angelus?

-No iba a dejar que se corriera, no soy tan imbécil -replica disgustada.

-Te correrías tú. Lo sé. Estás tan caliente que te correrás en cuanto entre en tí.

-¿Y qué? -dice Angel- Yo tengo mucho aguante. Mientras yo no me corra con ella, no hay peligro. Sé controlarme.

-No... No podrás controlarte -contesta Spike, limpiando de sangre su nariz-. No podrás. Porque cuando se corre sus contracciones son tan fuertes, tan intensas, tan calientes... Te oprimen con tanta fuerza que hace que te corras sin poder remediarlo. Lo sé.

Buffy mira a Angel algo decepcionada. Pensaba que podía, pero no... claro que no. Tiene razón Spike. Pero ella está encendida de deseo, desesperada...

-Estás desesperada por sentirle dentro -Spike lee sus pensamientos-. Por tenerle en tu interior entrando y saliendo con fuerza. Deseas que te tome con ímpetu salvaje y que te folle hasta que grites. Lo sé, porque yo quiero lo mismo que tú -ahora se vuelve hacia Angel-. Tú te mueres por hacerla tuya, dejarte de juegos y poseerla de verdad. Metérsela hasta el fondo en su conducto estrecho, suave, cálido. Oír sus gemidos que son como música celestial y follarla durante horas, hasta hacerla gritar de placer. Lo sé, porque yo deseo lo mismo también.

Spike se sitúa delante de Angel, dándole la espalda y extiende la mano hacia Buffy. Ella se acerca a su oído y le dice:

-No hables, no digas ni una palabra, ni una puta palabra, que no te oiga ni un suspiro. ¿Me has entendido? -la mirada de la chica es de fuego y Spike asiente.
Entra en ella despacio, deslizándose hasta encajar, abrazado a su ardor, dentro, dentro, dentro, dentro... Dentro de ella. Desearía penetrar, además de en su cuerpo, en su alma. Clavado, aferrado a ella, se detiene, esperando a Angel, que le penetra también lentamente pero agarrándole con fuerza, estableciendo su superioridad. Para Spike sentirse así, entre ellos dos, bien prendido entre la energía de la corpulencia de Angel y el poder apasionado del pequeño cuerpo de Buffy, es como haber muerto y estar en el cielo.

Porque ambos le abrazan, le besan con pasión. Buffy le besa en los labios, se entrega totalmente moviéndose rítmicamente, acompañando sus movimientos con suaves quejidos de placer, y Angel le besa la nuca, acaricia su espalda, mientras entra y sale de él de forma lánguida, sentida. Muy sentida. No es un simple desahogo como otras veces. Spike puede sentirlo. Tanto Buffy como Angel están haciendo el amor con él, no sólo están follando, porque puede sentir sus almas en cada uno de sus suspiros, de sus gemidos, de sus dulces y tiernas palabras de amor y sus almas entran en su interior y le abrasan. Le abrasan. Ahora mucho más, ya que las acometidas de Angel son más profundas, más fuertes, más rápidas, y Buffy le monta de forma desbocada por la pasión.

-Aaaahhhh... -gime Buffy, abrazada fuerte a Spike-, Dios... mi amor, cariño, mi amor, así, así.... Mmmmm..., tócame así, siénteme, siénteme... Estás dentro, dentro de mí... Puedo sentirte... ahhhh, puedo sentirte...

-Síiii, síiiii... -Angel también se corre, estremeciéndose, convulsionándose en un quejido intenso, Buffy lanza un gemido profundo y clava las uñas en la blanca piel de los hombros de Spike, haciéndole sangrar. Al olor de su sangre, Angel no puede contener su demonio y clava sus colmillos en él, llenándose de nuevo con su dulce elixir.

Spike siente que el orgasmo le sacude multiplicado por mil, se siente morir de placer infinito, sobre todo cuando les oye susurrando cada uno en un oído:

-Te quiero, ay Dios, no sabes cuánto te quiero...

-Te quiero, te quiero tanto... tanto...

-Angel...

-Buffy...

Y Spike cae exhausto, desfallecido, derrumbado cuando vuelve de nuevo a la realidad. Y es que ninguno de los dos ha pronunciado su nombre. Una lágrima resbala sobre sus mejillas. "Estúpido Spike, que soñabas que te amaban, que sus tiernas palabras y caricias estaban dedicadas a ti. Te engañabas a ti mismo. No. Tú sólo has sido la herramienta, el instrumento para hacer posible que se amen entre ellos. Es lo que les dijiste. Usadme. Y te han usado. Y ahora te duele. Creíste que follar con los dos te llenaría, y así ocurrió cuando sus almas entraron en ti, pero sólo has sido el hilo conductor, el dispositivo intermediario para que ambos contactaran. Por eso ahora te sientes vacío. Vacío. Vacío..."

-¿Pero qué...? -Buffy sacude a Spike y éste no reacciona- ¡Spike! ¡Spike! ¿Qué te pasa?

-Creo que le he tomado demasiada sangre. Le he mordido tres o cuatro veces en muy poco tiempo. ¿Spike? -Angel muerde su muñeca y la acerca a su boca, pero ni siquiera el olor de la sangre de su sire le hacen reaccionar. Su mirada está completamente perdida y murmura:

-Vacío... vacío... Las sentí. Sentí vuestras almas. Sentí mi alma... Volví a ser lo que era. William el poeta, lleno de amor, saturado de amor, pero no era verdad. No era nada... Era una ilusión... Y ahora estoy vacío. Sólo queda el monstruo, el odio, el deseo de matar... Os odio, os odio tanto... -su cara cambia de inmediato y emerge su demonio interior rugiendo, pero inmediatamente vuelve a caer en estado catatónico.

-No es sólo la pérdida de sangre -Angel mira a Spike y luego a Buffy-. Es lo que hemos hecho.

-Pero es lo que él quería. Quería que le usáramos para que tú y yo pudiéramos estar juntos. ¿Qué le pasa, entonces?

-Spike es mucho más complicado de lo que puedas llegar a imaginar. Tal vez esto ha sido demasiado para él. Le hemos utilizado como un objeto, porque a fin de cuentas, no tiene alma. Creo que no hemos sido mejores que esos demonios que se lo tiraban cada noche para su propia satisfacción.

-Pero la idea fue suya... Él nos convenció para hacer esto -insiste Buffy.

-Porque en el fondo creo que esperaba algo más que sexo. Está enamorado de ti...

-A tí también te ama. Lo sabes.

-Sí. Bueno... yo... No es cierto que no le haya besado nunca. Cuando estaba inconsciente por el dolor de sus heridas, le besé en los labios. Debí habérselo dicho.

-Tal vez eso sea lo que necesite para reaccionar. Un beso de amor.

-No serviría. Es cierto que siento algo por él. Es mío. Mi pequeño. Siendo vampiro como soy, siento el impulso de poseerle, de dominarle. Pero mi beso no sería suficiente. No es un verdadero beso de amor. ¿Tú..?

-No -Buffy niega con la cabeza-. No le amo. Nunca podría amarle. Supongo que esa parte oscura dentro mí le desea, pero no es amor.

Buffy se levanta y vuelve de nuevo a la cama con algo en la mano. Besa a Angel, le sonríe y se dirige a Spike, que sigue con la mirada perdida, sumido en su propio mundo.

-Esto no debió ocurrir -le dice la chica, con voz suave-. Nada de esto debió haber ocurrido. Supongo que lo mejor es volver al principio y esperar a que todo vuelva a su curso normal. Volver a lo que somos. Tú vampiro, yo cazadora. Cuando nos volvamos a encontrar seremos lo que nunca debimos dejar de ser. Enemigos mortales...
Buffy tiene en sus manos el contrato que canjeó con el hechicero. Lo rompe por la mitad. El hechizo se rompe también. Todo se desvanece en una intensa niebla. Todo vuelve atrás.


***


Buffy despierta en el viejo colchón de la fábrica abandonada. Falta poco para que amanezca. Se encuentra algo cansada y un poco mareada. Lo último que recuerda es la lucha con el demonio Oargn. Sacude un poco la cabeza y... cuando fija la vista se da cuenta de varias cosas que le hielan la sangre.
La primera es que no lleva puesta su ropa. Lleva un abrigo de cuero negro y.. ¡Nada más debajo! La segunda y más horripilante es que reconoce el abrigo y sabe a quien pertenece. La tercera cosa, que la llena de terror, es que el dueño del abrigo está tumbado a su lado, desnudo bocabajo, y que la está mirando fijamente.
-Dime por qué me has desnudado y me has quitado mi abrigo -la voz de Spike es como un arañazo contra una pizarra-. Ya te lo puedes ir quitando, cazadora, y devolviéndomelo. Ese abrigo es mío.

Buffy se toca el cuello, buscando señales de mordeduras, pero no encuentra nada. Tampoco siente ningún dolor en ninguna parte de su cuerpo.

-¿Me has... me has... convertido? Yo... yo no recuerdo nada. No... no me habrás... Nosotros no habremos...

-No -las aletas de la nariz de Spike se dilatan, aspirando-. No huele a sexo. Afortunadamente. Además... -la sonrisa de Spike es socarrona- si hubiéramos follado, te aseguro que no tendrías necesidad de preguntarlo. La verdad es que yo tampoco recuerdo qué ha pasado. Lo único que te puedo decir es que reconozco el hedor de un demonio Oargn.

-¿El demonio Oargn nos paralizó y nos desnudó para comernos? -pregunta Buffy.

-Es posible. No lo sé. Aunque tenía entendido que esos demonios huían de los vampiros. No lo sé -Spike va a levantarse y Buffy se pone en guardia-. Tranquila, cazadora. Voy a por mi ropa. A no ser que quieras que luchemos desnudos. Tendría su punto, no te creas, pero no sería justo que perdieras concentración en la pelea porque te distraigas con las vistas... -la sonrisa irónica del vampiro vuelve a enfurecer a Buffy, que completamente ruborizada deja de mirar su cuerpo desnudo y fija su vista en el suelo. Allí está su ropa. Se levanta a cogerla.

-Mi ropa está desgarrada... Oh, Y me encantaba esta blusa. Mira, completamente arruinada y era de seda. Fue un regalo de Navidad de mi madre. Este trabajo es una mierda. Siempre acabo con la ropa estropeada, desgarrada, manchada de sangre de demonio, o cubierta con polvo de vamp... -Buffy se da cuenta que, imprudentemente, está dando la espalda a un maestro vampiro, y que, desnudo o no, es peligroso. Muy peligroso. Se vuelve con cautela y Spike está vestido con su vaquero, su camiseta negra y sus botas, mirándola fijamente, sentado en el viejo escritorio, pero sin hacer ninguna tentativa de ataque. Buffy le mira algo confusa.

-Devuélveme el abrigo, cazadora -los ojos del vampiro brillan en la oscuridad.

-¿Pero tú estás sordo, ciego o idiota? ¿No ves que mi ropa está destrozada?

-Ese no es mi problema. Yo sólo quiero mi abrigo. Es importante para mí. Nunca, ¿me oyes? Nunca se lo he dejado a nadie, ni siquiera a Drusilla. Es como mi amuleto. No me hagas ir allí a quitártelo y que en el desenfreno de la lucha se desgarre. Ya te he oído. Siempre acabas con la ropa despedazada y no pienso dejar que te cargues mi abrigo. De eso nada, guapa. Con mi abrigo, no.

-¿No piensas luchar conmigo hasta que no me quite este mugriento abrigo? -Buffy está pasmada y se ríe-. ¿Y qué pretendes? ¿Que luche contigo desnuda?

-Me da lo mismo. Me es completamente indiferente. Pero eso que llevas puesto es mío. Mío. Es mi abrigo. Y quiero que me lo devuelvas. Ya. Ahora.

-¡Mierda! ¿Quieres esto? ¡Toma tu puto abrigo, metetelo por donde te quepa y acabemos con esto de una vez! -Buffy, completamente furiosa se quita la prenda en cuestión y se la lanza a Spike.

Si el vampiro hubiera estado respirando, en esos momentos hubiera dejado de hacerlo. Se descubre a sí mismo examinando, contemplando con admiración el cuerpo pequeño pero perfecto de la cazadora, ataviado sólo con unas botas negras de cuero. Y se descubre empalmado con una potencia que duele. Realmente duele. Despacio, sin dejar de mirarla, mete la mano en el bolsillo de su estimado abrigo, saca un cigarrillo y lo enciende. Luego vuelve a lanzarle el abrigo a Buffy, que lo coge al vuelo, y se dirige a la salida.

-¿Pero qué...? -Buffy está confusa. Este vampiro es capaz de confundirla y alterarla más que nadie ni nada en el mundo-, ¿Te vas?

-No me apetece luchar ahora. Hoy no, cazadora. Hoy no.

Buffy sabe que no debe dejar que un vampiro, un asesino sin escrúpulos se le escape. El escritorio es de madera. Una de sus patas serviría para acabar con él. Pero no. No va a matarle por la espalda. Extrañamente, a ella tampoco le apetece luchar ahora. Se vuelve a poner el abrigo de Spike y le ve alejarse, el humo de su cigarro como una involuntaria señal de despedida.


***

Puede olerlo. Allí está. Intacto. Sobre una lápida. No es una trampa. Ella hace tiempo que se ha ido. Eso también puede detectarlo con su agudo olfato. Spike coge su abrigo de cuero negro. No. No está intacto. Conserva su olor. Huele a ella. Siempre desprenderá su aroma dulce de vainilla, fresas y miel. Se ha impregnado para siempre en el cuero. Tal vez, piensa Spike sonriendo irónico, no sólo ha calado en la piel. Tal vez haya calado más hondo. Más hondo.



Fin

viernes, 11 de septiembre de 2009

MASCOTA II

NOTA DE LA AUTORA: El relato contiene excenas explícitas de sexo violencia y sangre. Intervienen Spike, Angel y Buffy.

Disclaimer: Los personajes de este relato son propiedad de J. Whedom, Mutant Enemy and 20th Century Fox Film Corporation. Publico este fanfic solo por mero entretenimiento y sin ánimo de lucro.

-¿Ya te has enterado? Es el acontecimiento del año. Figúrate. Un vamp. Un bello vampiro y dócil como un gatito...

-No me creo nada. Una vez trajeron a uno a una de nuestras DEMON PARTIES y fue horrible. Todo colmillos y esos ojos horribles amarillos y esa frente prominente. Mordía a todo el que se le acercaba. Un horror. Seguro que es un humano y quieren dar gato por liebre.

-No. Imposible. Ya sabes que los humanos se rompen con facilidad. La mayoría acaban rebentados antes de que un demonio llegue a correrse, y no es divertido follarse a un muerto. Créeme, que esto es serio. La función la organiza Soar, el hechicero. Lo presenta en una fiesta-espectáculo, hará una fabulosa demostración y luego quien esté interesado puede acceder a disfrutarle por horas, noches, semanas...

-Pero será carísimo. Algo tan exótico tiene que ser abusivo, seguro...

-Y tanto... Hay incluso un precio especial por grupos. Y también depende del estado en el que quede el pobre vamp. Hay veces que creo que tarda días en recuperarse... pero eso tiene de bueno ser vampiro. Cuando se recobra su culito vuelve a ser estrechito y firme como el de un jovencito adolescente.

-Sí, pero mucho más fresquito y duradero... -el demonio rojo se ríe-. Y ¿cuándo es el espectáculo?

-Ya se está celebrando. Sólo la entrada ya cuesta un huevo, pero creo que valía la pena pagar por verlo.

-¿Nos dará tiempo a ir?

-Imposible. Las entradas se agotaron hace días. Ten en cuenta que en esta puta ciudad se encuentran los demonios más perversos y salidos de todo el planeta.

-Eso es verdad. Por cierto... ¿Sabes qué aspecto tiene el vamp en cuestión? Por hacernos los dientes largos, vamos..

-Pues dicen que es atlético, muy bien dotado, tiene unos ojos azules hermosísimos, unos pómulos muy pronunciados y el cabello rubio platino. Un nombre raro... ¿Spoke? Algo así.

Los demonios se alejan por el callejón, y alguien da un respingo al oir la descripción y el nombre del vampiro-espectáculo.


***


El garito está concurridísimo. Hay demonios de todas clases, formas, tamaños y colores. Todos sentados en sus butacas, y al fondo un escenario con el telón bajado.

Se abre el telón y aparece Soar con una cadena larga. Poco a poco va tirando de ella. Al otro extremo aparece Spike. Muchos demonios se ponen de pie para verle bien. El cabello rubio oxigenado de punta, un toque de khol negro en los ojos, el torso blanco sedoso, musculoso y vestido con unos pantalones negros de seda. La cadena se bifurca en dos cadenitas que van enlazadas a los aros que atraviesan sus pezones y en otra cadena que lleva oculta en el pantalón.

Soar arranca el pantalón y puede contemplarse el magnífico pene erecto de Spike, adornado con un piercing y el otro extremo de la cadena termina en un aro que atraviesa su escroto. Soar engancha la cadena a una polea y tira de ella, dejando los pezones y el escroto muy, muy tirantes. Spike aprieta los dientes y su mirada es desafiante.

-Señores... Este es Spike. El vampiro. Mi puta mascota. Y la suya, durante un tiempo, si están interesados. El espectáculo de esta noche es grandioso, tanto que será imposible atender sus peticiones hasta dentro de unos días si quieren esperar a tener a Spike en plenas condiciones. En el caso de que no sean escrupulosos, pueden disfrutar del resto de noche con él cuando termine el show, ya que se celebrará una subasta pública.

Soar se retira del escenario y tras Spike aparece un demonio de unos dos metros. Un demonio Fearl. Su polla es escamosa y enorme como un puño. Spike intenta ahogar los gritos, pero no puede evitar su transformación en vampiro cuando le penetra violentamente. Se controla y vuelve a su aspecto humano. Las rudas embestidas le hacen sangrar entre las piernas. El demonio tira del vampiro hacia abajo y sus pezones se abren sangrantes cuando le descuelga de la polea. Otros dos demonios aparecen en el escenario y las exclamaciones del público amortiguan los jadeos sofocantes y doloridos de Spike y los gruñidos bestiales del demonio Fearl.

-¡Increible! ¿No son Sorus Demons? -exclama uno-. ¿No son corrosivos? Casi tengo lástima del pobre vampiro...

-Yo estoy ya tan caliente que voy a empezar a machacármela antes de pujar.

-¿Pero vas a pujar? Si cuando acaben con él los demonios Sorus no quedará mucho vampiro para jugar. Sería mejor esperar a que se recupere para gozar de él.

-MMMMMnnnnnnn -el demonio ya se está masturbando, al igual que muchos de los demonios del local-. A mí me gustan así: sangrando, doloridos, bien jodidos. Luego yo los acabo de joder... Ehhhh. Mira, mira... Le está haciendo una mamada al demonio Soruuuuuuuus... aaahhhh...
En las varias horas del show, diversos tipos de demonios se van sucediendo, dos o tres a la vez, mientras otros esperan su turno. Spike pierde finalmente el conocimiento. Roto. Literalmente roto. En cuerpo y alma, en el caso de que la tuviera. Entonces comienza la puja.


***


-Déjale sobre la cama.

-Lo pondrá todo perdido de sangre y de semen de demonio... Vale. No me mires así. Tú das las órdenes -el demonio astado de color verde deja a un Spike lastimoso sobre el lecho-. ¿Necesitas que me quede? Creo que si sigo mirándolo, voy a vomitar...

-No. Puedes irte. Ya me ocupo yo. Si no es para algo indispensable, que nadie me moleste en... -echa un vistazo a Spike y suspira- en semanas, creo.


***


Spike recupera algo el sentido cuando nota las manos frías en su piel. Ese olor... el temblor en todo su cuerpo le hace sacudirse. Angelus. Se revuelve, agitado. No. No. ¡NOOOO!

-Shhh -Angel le sujeta con firmeza-, tranquilo, pequeño... Estás en casa... Yo cuidaré de ti... Nadie va a volver a hacerte daño, te lo prometo. Estás en casa, en casa...
El aullido profundo, el lamento intenso que emerge desde lo más hondo de Spike le llega a Angel al alma y le abraza con fuerza intentando calmar sus temblores. ¿Cómo ha permitido que le hagan algo así? Han abusado de él atrozmente. ¿Qué puede tener Soar contra él? ¿Que tipo de pacto ha hecho Spike con el brujo?

Spike se deja acunar en brazos de Angelus, Angel. Ahora es Angel... Su maestro, su mentor, su grandsire. Su familia... No puede más. Está destrozado. Por fuera y por dentro. Pero no podía hacer otra cosa. Por ella. Por lo que le hizo a ella. Se trastorna y el temblor comienza de nuevo... ¡Tiene que volver con Soar! ¡Si no cumple su parte del contrato Buffy lo sabrá... sabrá lo que le hizo!

-Sooo... -intenta hablar, pero no puede y escupe sangre.

-¿Soar? No te preocupes. Mi ayudante pujó por tí siguiendo mis órdenes. Ojalá hubiese llegado antes de... de esto. Pero no te preocupes, no volverás con él. Yo lo arreglaré. El contrato que hayas firmado con él, sea lo que sea, es ilegal. Todo el mundo sabe que un vampiro pertenece a su Sire superior, y ese soy yo.

-Nooooo -Spike llora aún más desesperado que antes y pierde la razón, delirando- Aaaahhh...

-Vale, tranquilo. No te preocupes. No haré nada para romper tu contrato. De momento estás a salvo durante veinticuatro horas. Mañana... mañana ya veremos.

Spike se relaja y al momento vuelve a perder el conocimiento. Angel le deja en la cama, mientras prepara un baño caliente. Saca con cuidado los aros que perforan los destrozados pezones y hace lo mismo con el aro de los testículos y el piercing. Le coge tiernamente en brazos y le introduce en el agua, limpiando la sangre y los restos de saliva y semen corrosivos de los demonios en su piel, su blanca piel, salpicada de mordiscos, cicatrices y heridas. Pero lo más horrible es el aspecto de su pene. Está en carne viva, una pura masa sanguinolenta... Hay demonios con lengua áspera, espinosa, como lija. Inspecciona su boca. Oh, Dios... Llagas, pústulas y ampollas de quemaduras sangrantes. Semen ácido. Como ácido sulfúrico. O peor. Le saca de la bañera y le deposita de nuevo sobre la cama. Angel intenta tragar el nudo que le oprime la garganta.

-Bien. Lo primero es lo primero. ¿Spike? ¿Me oyes? -le acerca la muñeca a la boca, pero Spike no se mueve.

Angel se transforma y clava sus colmillos en su propia muñeca, volviendo a llevarla a la boca de Spike. Al olor de la sangre de su Sire, el vampiro rubio clava sus colmillos y succiona de forma refleja, como un bebé hambriento. La sangre de su maestro entra en su organismo, sanando, aliviando las heridas de su boca, puro sedante, pura energía. Un regalo inesperado. Angelus era muy intransigente en lo que se refería a su propia sangre. Sólo la obtuvo un par de veces, cuando se ganó su respeto como cazador de cazadoras. Sólo el mero recuerdo de la cazadora, de Buffy, hace que Spike se vuelva a agitar, todo nervioso.

-Tranquilo. Calma, pequeño. Luego tomarás más. Ahora voy a ver en qué más puedo ayudarte a mejorar. Intentaré ir con cuidado y no hacerte daño. No te muevas y déjame hacer a mí.
Angel observa el cuerpo magullado y maltratado. Los pezones siguen sangrando. Pasa la lengua fría y suave lamiendo la sangre, y las heridas se cierran. Había olvidado el sabor de su sangre. Dulcemente amarga. Como el chocolate. Spike no puede reprimir una sacudida cuando Angel toca su pene. Aún tiene espinas y escamas clavadas. Angel las saca con delicadeza. Luego se lo lleva a la boca y Spike llora, llora al sentir la frialdad sanadora, la ternura de Angel que le lame despacio las ampollas, calmando su dolor y produciéndole placer, un placer que...

-Aaahhh... -no consigue reprimirse y se corre- Lo siento... yo... yo...

-No te preocupes -Angel se limpia las comisuras de la boca-. ¿Te encuentras mejor?
Spike no contesta y continúa llorando. Es horrible. Horrible. No el dolor físico. Eso puede aguantarse. Lo peor es la humillación, la verguenza de que su Sire le vea así, débil, hundido, roto. Como cuando estaba en la silla de ruedas. Pero ahora es diferente. Angelus podía ser cruel, muy cruel si se le decepcionaba, se cebaba con los débiles y se lo hacía pagar. Lo normal entre clanes de vampiros. Ahora es peor. Angel tiene alma y el afecto tierno con el que lo está cuidando, como un padre a su pequeño perdido, lo está matando en su orgullo.

-No tienes por qué hacer esto -le dice Spike con voz muy ronca, fijando en Angel sus ojos azules, brillantes y algo más lúcidos que antes-. No te esfuerces mucho, no vale la pena, porque seguro que mañana...

-Calla, Spike. No te alteres. Ahora date la vuelta, por favor.

-¡No! -Spike se estremece-. No. Ya es suficiente, ya has hecho bastante por mí. No... no me rebajes más...

-Déjame hacerlo. Considéralo el pago de una deuda. A fin de cuentas, te lo debo. Por todo lo que yo, cuando era Angelus... Bueno. Ya sabes.

Angel hace caso omiso a las protestas de Spike y le da la vuelta. La hemorragia anal ha manchado las sábanas y el colchón de la cama. Angel cierra los ojos. Por Dios... No va a dejar que vuelvan a hacerle algo así, diga él lo que diga. Spike es un vampiro sin alma, pero sigue siendo su responsabilidad. Abre de nuevo las heridas de su muñeca y deja caer su sangre en el devastado ano, haciendo llegar el preciado líquido a los profundos desgarros y erosiones internas. Lame los profundos arañazos y mordiscos de la espalda y vuelve a girarle.

-Gracias... Angelus... Angel.

Angel le mira y Spike baja la mirada, evitando mirarle a los ojos, profundamente avergonzado.

-No deberías haberte enterado. Soar me prometió que nadie lo sabría. Por eso emprendió su negocio conmigo aquí, en el culo del mundo.

-Fue por casualidad. Estamos en una misión especial. Vinimos a recuperar una especie de bola mágica... Bueno... una historia muy larga. Buffy volverá en unos...

-¡Buffy! ¡BUFFY! ¿BUFFY ESTÁ AQUÍ? -Spike se intenta levantar para irse, pero la debilidad y el mareo hace que vuelva a tumbarse, así como los brazos de Angel, que le sujetan fuertemente.

-¿Pero dónde crees que vas? -Angel se enfada- ¿Crees que voy a dejarte seguir con esa historia del cazador de cazadoras? No estás en condiciones de moverte y ya estás pensando en matar a la cazadora. Nunca cambiarás, Spike... Pero qué digo... Eres un vampiro, está en tu naturaleza, pero cuando venga Buffy...

-¡No! Por favor... Angel... por lo que más quieras... No dejes que me vea así. No le digas nada de esto, de... lo que ha pasado, de lo que me han hecho...

-Otra vez tu orgullo. Bueno. Lo comprendo. Quieres que se te respete como enemigo mortal. De acuerdo. No le diré nada de esto si tu me dices por qué tienes un trato de esa índole con el hechicero.

Spike mira hacia el suelo, reticente.

-Tú lo has querido. En tu próximo baño creo que le pediré a Buffy que me ayude a enjabonarte la espalda.

-¡No! Te lo diré. Te lo contaré todo. Pero en cuanto lo sepas, tú mismo me llevarás directamente de nuevo a los demonios Sorus -Spike hace una pausa-. Fue... por ella. Por Buffy. Yo... le hice... algo... malo... y acordé un hechizo con Soar para invertir el tiempo a cambio de ser su animal de feria.

-¿Buffy? -Angel coge con fuerza el brazo de Spike- ¿Algo malo? ¿Qué coño hiciste, Spike?

-La encontré en el cementerio, paralizada. La había atacado un demonio Oargn. Mi intención era esperar a que le pasara el efecto de la parálisis y luego pelear y matarnos en combate. O ella o yo. Ya sabes, lo habitual. Pero el caso es que ella no paraba de provocarme y pincharme llamándome impotente y yo la azoté, y luego lamí su sangre, la mordí y luego la.. la...la violé... -Spike no puede mirar a Angel a los ojos, y los ojos de Angel echan chispas furiosos.

-¡Serás hijo de puta! -le coge del cuello transformado.

-Eso no es todo... -consigue articular Spike.

-¿Que no es todo? ¿Pero qué... qué...

-Si me prometes no matarme te lo contaré. Hazlo por ella. Si me matas no podré volver con Soar y el hechizo se invertirá. Todo esto que te cuento no ha ocurrido para Buffy, gracias a ese hechizo.

Angel intenta tranquilizarse y vuelve a su aspecto humano.

-Yo nunca había hecho algo tan denigrante, tan antinatural. ¿Vampiros con humanos? Aaaag. Y encima ella era la cazadora... Repugnante. Intenté reparar el daño, curarla de las heridas... pero la tocaba y me volvía loco, loco de deseo. Volví a hacerlo, sin parar, como un puto animal en celo... y... y... a ella... a ella le gustó.

-¿Quieres que me crea esa patraña absurda, cabrón hijo de puta? -Angel vuelve a casi cogerle del cuello y se detiene a tiempo.

-¡Deja que termine! Ella estaba intoxicada, drogada por el veneno del demonio Oargn. Al principio ella también estaba asustada, pensaba que era una pervertida masoquista, pero luego, cuando supo que era por la droga, bueno... la cosa se descontroló. Yo me había encadenado porque no quería volver a forzarla, y... bueno... ella me hizo de todo, pero después me cansé de ser su juguete y la engañé para encadenarla yo.

Angel no habla. Sigue mirando a Spike con cara de roca y los puños apretados y Spike habla precipitadamente, como sacando una amarga espina que llevara clavada en su muerto corazón.

-Yo... yo me engañaba diciéndome que estaba intoxicado por la droga también, porque había probado su sangre, pero no era cierto. Ojalá, pero no. La droga no hace efecto en vampiros. Yo la deseaba de verdad, la deseaba, la deseaba... no podía pensar en otra cosa y me aproveché. Me agencié un frasquito de toxina Oargn y la volví a drogar para que fuera mía, sólo mía, siempre mía y ella... bueno... esa sobredosis la alteró mucho. Estaba superexcitada, ardía de fiebre y se moría de deseo. Pero se moría de verdad. Si no se satisfacían sus deseos, moriría. Y yo no podía dejar que muriera. Le hice de todo, todo lo que me pidió, todo y más. Mucho más de lo que puedas llegar a imaginar... pero no era capaz de complacerla. Se corría y pedía más. Siempre más. Entonces, no sé. Yo la... besé. Los besos son algo íntimo. No es sexo. Son... besos. No sé qué pasó, pero se calmó. Se curó. Pero yo no podía dejar que ella supiera lo que había sucedido. Yo la traté como una esclava sexual, anulando su voluntad para mi propio beneficio sin pensar en otra cosa que en poseerla... Tenía que hacer que esa noche dejara de existir para ella y para mí. Por eso hice el trato con Soar. Cuando termine mi contrato con él, yo también lo olvidaré todo. Sobre todo esa noche.

-¿Cuánto?

-¿Qué?

-¿Cuánto tiempo llevas con el hechicero?

-Un mes, aproximadamente, creo. A veces, si estoy muy mal, pierdo la noción del tiempo.

-¿Y cuál es el periodo de duración del contrato? -Angel aprieta los dientes.

-Un... un año -Spike baja la cabeza.

-¿Y siempre es así... así de...?

-¿Sangriento? -Spike sonríe tristemente- Sí. Los demonios no son muy delicados ni suelen usar vaselina.

-Ya. Los vampiros tampoco -la mirada de Angel se vuelve más oscura-. Yo al menos no la usaba contigo cuando estabas en la silla de ruedas...

-Somos vampiros, no boy-scouts. Un poco de sangre y dolor no nos asusta.

-Yo también te traté como un juguete, aprovechándome de tu debilidad, para demostrarte quien tenía el poder.

-Era lo normal. Eras mi Sire. Eres mi Sire. Incluso ahora tendrías derecho a hacerlo. Y me has alquilado por esta noche...

-Cállate, Spike... -Angel se queda un rato pensativo y luego le mira a los ojos-. No puedo recriminarte que hayas actuado como lo que eres, cuando yo era mucho peor que tú cuando no tenía alma. Lo que no consigo comprender es lo de tu trato con Soar. ¿Por qué?

-¿No lo entiendes? La volví a drogar y yo no estaba intoxicado: Fue peor que una violación. ¿Cómo crees que quedaría la autoestima de Buffy al recordar cómo me suplicaba, cómo me rogaba que la follara? No podía... No podía dejar que recordara eso. Ella es la cazadora. Es altiva y orgullosa. Una luchadora sin igual. La mejor rival que he tenido nunca y la mujer más... -Spike se calla, apretando los ojos, pero en su cara no puede disimular el rictus de dolor.
Al irse pasando el efecto calmante de la saliva y la sangre de Angel, el maltratado vampiro se desvanece de nuevo.

Angel se levanta y va hacia la puerta entreabierta.

-Lo has oído todo ¿verdad? -pregunta Angel a Buffy- He detectado tu olor hace un rato. Supongo que él no estaba en condiciones de hacerlo.

-Es mentira. No te creerás lo que te ha contado ese vampiro decolorado... Le voy a hacer tragar sus trolas en cuant... -sin que Angel pueda hacer nada por impedirlo, Buffy entra en la habitación, echa un vistazo a Spike y recula hacia atrás mirándolo paralizada, horrorizada. Angel la coge del brazo y la lleva de nuevo al saloncito del motel.

-Dios... Dios mío... Pero qué demonios...

-Demonios Sorus, Fearl, Angster... Toda clase de demonios...

-Yo pensé que Soar le obligaba a luchar en peleas ilegales, no creí que... que se dejaba hacer eso... No... No entiendo...

-¿Buffy? ¿Dónde vas? ¿Buffy?

Pero la cazadora ya ha salido por la puerta hacia la calle. Angel va a seguirla, pero en ese momento Spike se agita y se lamenta. No puede dejarle solo. Vuelve a entrar en la habitación a lamer suavemente las heridas.

Lo que hizo estuvo mal, pero a Angel le parece que ya ha pagado bastante, ya ha recibido suficiente castigo. Exceptuando su rostro, todo su cuerpo es pura penitencia.

Angel no lo comprende. ¿Un año así? ¿Sufriendo esa tortura contínua voluntariamente? Vale que para un vampiro no es algo natural el tener sexo con humanos... pero uno no se deja violar por demonios cada noche durante un año para olvidar una noche con una humana. Es ridículo. ¿Se sentía culpable? ¿Por la violación? El sexo entre vampiros es siempre poco más que violación. Uno se impone con violencia y el otro se somete. No. No es eso. ¿Lo está haciendo por ella? Increíble. A no ser que...

-¡Tú la quieres!... Tú estás enamorado de ella como el estúpido romántico y sentimental que siempre has sido. Joder, Spike... la verdad es que eres un tío bastante raro para ser un vampiro. Yo lo primero que hice cuando Darla me convirtió fue matar a toda mi familia sin piedad. Tú convertiste a tu madre porque estaba gravemente enferma y no querías que muriera. Sensible. Demasiado sentimiento para ser vampiro, porque los vampiros no tenemos sentimientos. Al menos no de los buenos. Yo lo sé muy bien. Cuando yo era Angelus era el mayor hijo de puta que podías echarte a la cara. El mal en estado puro. ¿Pero tú? Tú eras el perrito faldero de Drusilla, porque la amabas... ¿Raro? Rarísimo. Los vampiros no amamos. Sin alma no hay amor. Incluso el sexo es demostración de autoridad. Somos de la orden de Aurelius. Maestros vampiros, poderosos. Pero tu exhibición de poder matando cazadoras no era por la gloria o la reputación de nuestra casta. Lo hacías por mí, por Darla, por Drusilla. Porque querías ser aceptado, porque siempre has necesitado amar y ser amado. Pero ¿Buffy? No podías buscar un amor más imposible... Pero claro... no sería tan romántico. Como Romeo y Julieta, enemigos mortales. Spike... El Romeo enamorado, dispuesto a dejarse la piel por ella, pero tu Julieta... Tu Julieta te va a hacer sufrir más de lo que imaginas, porque ella... ella es... maravillosa. Pero ¿tú?... Tú eres un monstruo... No lo olvides.

Spike no contesta y mantiene los ojos cerrados. Angel, después de la cura, se sienta a su lado e inclina su cuello hacia la boca de Spike.

Otra vez el regalo de su sangre. Pero ahora se deja morder en el cuello. ¡En el cuello! Spike le abraza con toda la fuerza de la que es capaz y clava con energía sus colmillos. Es placer puro. Le penetra en las venas y sorbe. Acaricia su cabello con una mano y siente sus pezones a través de la tela de la camisa... Lo había deseado tanto... durante tantos años... que le quisiera, que le aceptara. Odiaba a Angelus porque follaba con Drusilla delante de sus narices, odiaba a Angelus porque abusaba de él siempre que quería, odiaba a Angelus porque pretendía convertir el mundo en un caos, abriendo una dimensión demoníaca, pero sobre todo odiaba a Angelus porque... porque quería que le amara. Como gesto reflejo acaricia la entrepierna de Angel, que está dura, rígida, despiadadamente tensa, así que la mano de Spike se dispone a aliviar la tensión de su Sire. Succiona muy despacio, saboreando el fluído maravilloso y mueve la mano con energía, hasta que Angel gime corriéndose en la mano de Spike. Spike deja de succionar en su cuello y se lleva la mano a la boca, lamiendo el semen de Angel. Luego, agotado, aliviado del sufrimiento de su cuerpo, duerme tranquilo, apoyado en el hombro de Angel. Angel le besa en los labios.

-Gracias... William.


***


Buffy vuelve al amanecer. Se asoma a la habitación y les ve. Spike sigue durmiendo en brazos de Angel, que acaricia su cabello como quien acaricia a un niño. Lo que daría por ser acariciada con tanta ternura por Angel. O... ¿Es al revés? Tal vez lo que desearía con toda su alma es estar en lugar de Angel y consolar y aliviar a ese estúpido vampiro oxigenado, besar sus heridas, lamerlas si eso consiguiera sanarle. Compasión. Es normal. Siente compasión por ese vampiro del que han abusado sin piedad, al que han violado y torturado salvajemente. No. No es únicamente lástima lo que siente por él. Sabe que hay algo más. No quiere reconocerlo. No quiere pensar en ello, pero lo sabe.

Y ahora no está drogada. No está intoxicada por ninguna sustancia mágica.

Le oía hablar desde la otra habitación y no podía, no quería creerle. "¿Ella le hizo de todo? ¿A Spike? ¿A qué se refiere con de todo? ¿Y él le hizo mucho más de lo que nadie puede llegar a imaginar? Sexo desenfrenado, depravado, sexo... Ella chupándole a él y él a ella. Por todo su cuerpo, invadiendo sus zonas más íntimas con sus manos, y sus labios y..." Y Buffy sentía la humedad del deseo que le aceleraba el corazón. No quería sentirlo, pero no podía evitarlo. De todas formas, seguro que eso era falso. Todo invención de ese maldito vampiro trastornado.

Entonces entró y le vio. Su cuerpo entero molido, arañado, mordido, machacado. Los pezones... Dios... abiertos y su... su pene... destrozado, y las grandes manchas de sangre en el colchón, donde está el final de su espalda...

Y ahora le oye llorar de nuevo en sueños, abrazado a Angel. Le pone la carne de gallina verle así, por eso tenía que ir a ver a Soar.

Angel le calma y se levanta después de la cama, acudiendo al encuentro de Buffy.

-Buffy... Por fin has vuelto. ¿Dónde has est...

-¿Cómo está? -le corta Buffy.

-Algo mejor. Intento al menos calmarle el dolor y alimentarle con mi sangre para que se restablezca antes, pero está muy machacado. Si la apariencia exterior es horrible, no quieras saber cómo está por donde no se ve. Buffy. No quiero que te molestes, pero no quiero que se entere de que lo sabes. Ahora no puede detectar tu olor porque tiene sus conductos respiratorios quemados, pero..

-¿Quemados?

-Sí... esto... bueno. Ya sabes que hay demonios cuyos fluídos son caústicos. Todos sus fluídos , ya me entiendes...

Buffy asiente, mordiéndose los labios. "Dios, Spike, pero qué te han hecho."

-Por eso creo que deberías irt... -contínúa Angel, pero ahora se para, echando un vistazo alrededor- ¿Dónde está la esfera?

-Ya no está.

-¿Qué coño quieres decir con que ya no está? ¿Sabes lo que nos ha costado conseguirla?

-Lo sé. Yo estaba ahí ¿no te acuerdas? La necesitaba para canjearla y Soar estaba interesado.

-¿Soar? ¿Tú estás loca? ¿Has ido a ver a Soar, el hechicero? ¿Pero qué coño has hecho, Buffy?

-Pues... creo que he... he comprado a Spike.

-No... pue...puedes... comp... comprarme -Spike abre la puerta de la habitación, envuelto en una sábana, y sale tambaleándose y farfullando, los ojos furiosos-. No. Rompe... rompe el trato. Me voy, me voy... ahora mismo... con Soar. No... No puedes... no...
No llega a dar más de diez pasos y se cae al suelo. Angel le coge en brazos y le lleva de nuevo a la cama.

-¿Por qué se lo has dicho? -se lamenta Spike-. ¿No crees que no he sufrido ya bastantes humillaciones?

-Angel, vete -dice Buffy, tajante, entrando en el cuarto-. Déjame hablar con él. Por favor, Angel. Déjanos.

Angel les mira a ambos y sale de la habitación. Buffy cierra la puerta. ¿Por qué la está mirando así? Tan furioso, amenazante. Sus ojos azules son más oscuros y siniestros que nunca.

-Poco ha tardado Angel en contarte mis miserias. Es divertido ver a Spike así, ¿verdad? William el sanguinario es una piltrafa, una basura en la que se revuelcan los más asquerosos y pervertidos demonios cada noche. ¿Estás disfrutando, cazadora?

-No. No. Sabes que no. Y Angel no me ha contado nada. Yo volví más pronto de lo esperado, bueno, entré y te ví cuando estabas ya inconsciente.

-¿Nos oíste?

Buffy le miente, y niega con la cabeza, mirando el suelo.

-¿El trato con Soar sigue en pie? -pregunta Spike, inquieto-. Tú no has roto el contrato, simplemente ha cambiado de mano ¿no?

-Supongo que sí. No sé qué tipo de arreglo tenías con ese hombre horrible ni lo quiero saber. Lo único que importa es que ha terminado.

-No. No ha terminado. Ahora tú eres mi dueña. No estoy en muy buenas condiciones todavía -sonríe de forma amarga- pero me recupero pronto. Soy tu perro durante casi un año. ¿Feliz? Claro... Dos maestros vampiros comiendo de tu mano. ¿Y qué tienes pensado hacer conmigo? No puedes amaestrarme como a Angel. ¿Vas a pasearme con una correa cuando patrulles? Prefiero pasar mil años con Soar a tener que aguantar tu olor, tu... ¡NO ME MIRES! ¡DEJA DE MIRARME! -ruge y se transforma, Buffy da un paso hacia atrás, pero inmediatamente Spike recupera su aspecto humano.

-¿Crees que voy a seguir manteniendo ese estúpido contrato? Aquí está, en mi bolsillo... -Buffy lee- Contrato de transferencia... cumplimiento de condiciones del contrato original... valedero por once meses y cuatro días... El signatario, como retribución a un conjuro de inversión temporal, accede de forma voluntaria a la disposición, uso, disfrute o explotación plena de su cuerp... Bueno. Suficiente. Voy a romper esto ahora mismo.

-¡NOOOOO! -A Spike se le rompe la voz y empieza de nuevo a toser sangre.

-Por favor, Spike -Buffy tiene el corazón en un puño, pero intenta que su voz suene firme-. No te alteres, que lo pondrás todo perdido. No romperé el contrato. Supongo que si se rompe, ese hechizo deja de ser efectivo ¿verdad? -Buffy está a punto de decirle que sabe lo que hizo, que sabe lo que pasó, pero se muerde la lengua a tiempo-. ¿Qué pasaría con eso de la inversión temporal? ¿Se abriría alguna dimensión demoníaca si se rompe el contrato?

-No seas ridícula -se mofa Spike-. Claro que no. Pero el tiempo volvería atrás y la realidad cambiaría para una persona que sufriría algo que no debió ocurrir nunca. No voy a dejar que viva esa experiencia, que tenga que sufrirla por mi culpa. He padecido mucho para evitarlo, cazadora. No hagas que mi sufrimiento haya sido en vano.

-¿Y esa persona es...? -pregunta Buffy

-Drusilla... -miente Spike-. Tiene que ver con Drusilla.

-¿Drusilla? Claro, Drusilla. Tu novia.

-La historia es complicada. Ella y yo... ya no estamos juntos.

-Pues debes de seguir queriéndola mucho para hacer todo esto por ella.-Daría la vida por... por la mujer que amo. El amor consiste en eso. En proteger al ser amado de todo lo malo. Y en este caso lo malo era yo.

-¿Y crees que todo esto ha valido la pena? ¿Crees que... que ella hubiera hecho lo mismo por ti, de encontrarse en tu caso?

-No -se ríe y casi empieza a toser- Claro que no. Pero es que ella nunca se hubiera comportado como lo hice yo. El monstruo soy yo.

-Por lo que das a entender tú le hiciste algo de lo que te arrepientes. En vista del precio que estás pagando por ello, no hay duda de que estás arrepentido. ¿No crees posible que ella te perdonara?
-Ay, amor... ¿Perdonarme? ¿Ella? ¿A mí? -Spike vuelve a reírse y el dolor le tuerce el gesto.

- Pero el amor también consiste en eso, en perdonar los errores -insiste Buffy.

-Claro, cazadora -sus ojos azules se clavan en los suyos, perdidos, brillantes, doloridos-. El amor es eso. Pero el problema es que ella no me ama. Es la puta historia de mi vida. Ella no me ama.

Spike mira hacia lo lejos, con la mirada perdida en la nada. Si era horrible que Angel le viera así, esto es peor. Por una parte lo que más desea es que ella le abrace, que le abrace, que le abrace... Sentir su calor confortante y recostar la cabeza en su regazo. Pero por otra parte el guerrero que lleva dentro odia que ella le compadezca, que le pierda respeto por su deshonra. No puede soportar su mirada de lástima.

Ella tiembla por dentro. Ese vampiro rarito la violó, la utilizó como una esclava sexual. ¿Y ahora resulta que la ama? ¿Spike la quiere? ¿Está enamorado de ella? Buffy está cada vez más confundida y le mira fijamente.

-No me mires así. Sé en lo que me he convertido. En la puta de los demonios más viciosos, pero no me compadezcas. No soporto tu piedad, tu mirada de asco ...

-Tienes razón. Me repugna enormemente lo que te han hecho y no puedo evitar compadecerte, pero quiero que sepas que nunca hasta hoy habías sido merecedor de mi respeto. Eres un rival considerablemente peligroso, de eso no hay duda. Cazador de cazadoras. Eres ágil, fuerte, rápido, mortal...

-E increíblemente atractivo, no lo olvides -Spike le regala su sonrisa más irónica y Buffy también sonríe, pero a medias.

-No. No lo olvido. Todas esas cualidades son perfectas en un luchador, pero no me hacen admirarte. Me hacen temerte. Lo que realmente admiro en un hombre es la capacidad de sacrificarse por la mujer que ama. Spike... Creo que si ella te viera así, como yo te estoy viendo ahora, te perdonaría, hubieras hecho lo que hubieras hecho.

Buffy se dirige a la puerta, para salir de la habitación, cuando oye el hilo de voz profunda de Spike.

-¿Tú... Tú lo harías? ¿Me... Me perdonarías?

Buffy se gira y asiente con la cabeza. Entonces todo se le hace negro, el mareo le hace tener que sujetarse al pomo de la puerta para no caerse.

-¿Buffy? ¿BUFFY? ¿QUÉ TE PASA? -Spike se levanta a duras penas de la cama.

-No sé. Me encuentro rara. Me duele horriblemente la cabeza y tengo sueño. Mucho sueño. Mucho, mucho sueño... -se queda dormida en brazos de Spike.


Continuará

martes, 25 de agosto de 2009

MASCOTA


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Spike se sonríe y hacía tiempo que no lo hacía. Probablemente desde que Dru le abandonó. No. Hoy no va a pensar en ella. Hoy tiene la suerte de cara y no aprovechar esta oportunidad que le brinda el destino sería tentar a su estrella. Carga con el cuerpo inerte y se dirige a la vieja fábrica, antiguo nido de vampiros, ahora abandonada. Ese será un buen sitio. Sus amigos la buscarán por el cementerio. La cripta no sería un buen lugar. No. Además, la cripta es su casa. Vuelve a sonreir para sí mismo. No suele llevar comida ni trabajo a casa, porque luego tendría que sacar la basura y tampoco desea precisamente que en el fragor de la lucha se le rompa la tele y perderse el capítulo de "Pasiones", ahora que está tan interesante. Por otra parte, deshacerse del cadáver es más fácil en un sitio así, perdido, abandonado, olvidado. Perdido. Abandonado. Olvidado. Como él.

Tira el cuerpo al suelo sin echarle ni una mirada. Para eso ya habrá tiempo después. Y vuelve a sonreir, relamiéndose por anticipado. No podía creerlo cuando la vió allí, tirada en el suelo del cementerio. Aún tenía las marcas de los arañazos del demonio Oarng en la piel de los brazos, así que su cuerpo estará paralizado durante varias horas. Buen sistema de defensa del Oarng. Le permite escapar de un depredador o comerse a una víctima sin resistencia. En este caso, Spike tuvo algo que ver con que no ocurriera lo segundo. Un rugido suyo y el demonio salío huyendo, dejando a su presa abandonada en el suelo.

La había reconocido antes de verla. Su olor. Inconfundible. Era ella. La zorra. La maldita cazadora. Ella tenía la culpa de todo. Ella le rompió la espalda y le dejó postrado en una silla de ruedas durante mucho tiempo, por su culpa volvió Angelus y por su puta culpa Dru le había dejado. Porque se alió con ella para enviar al infierno a su Sire. Dru no se lo perdonó. Ahora él tampoco perdonará. Hay una cuenta pendiente y él esta noche se la va a cobrar. Con creces.

Echa una rápida mirada al recinto. Bien. Tiene unas horas para prepararlo todo antes de que despierte.


***


Mala noche para ir de patrulla sola, pero Buffy no quería ver a nadie. Estaba deprimida por lo de Parker "¿por qué no contesta a mis llamadas? ¿por qué no quiere verme otra vez?" y, claro, perdió concentración en el combate, dejando que el demonio la arañara.

Buffy tiene náuseas. La cabeza le da vueltas y le duele todo el cuerpo. Poco a poco siente el hormigueo crecer desde los pies hacia arriba. Intenta moverse, pero no puede. Ahora se da cuenta de que está colgada a una polea corrediza del techo, con las muñecas atadas a una cuerda.

A duras penas se pone de pie, aliviando las muñecas enrojecidas y peladas de soportar su peso.

-Au. Me duele todo... ¿Dónde estoy? ¿Estoy en la guarida del demonio ese asqueroso?

-No, cazadora. Estás en la mía -Spike aparece desde las sombras. Sus ojos azules brillan en la oscuridad y la cicatriz en la ceja parece centellear también.

-Lo que yo decía. En la guarida de un demonio asqueroso. ¿Qué coño haces aquí, Spike? Te dije que si Dru o tú volvíais a Sunnydale, os clavaría una estaca sin pensármelo un segundo.

-No creo que te encuentres en condiciones de amenazarme, guapa. Si no fuera por mí, ahora serías la cena del Oarng. Aunque, pensándolo bien, no sé qué hubiera sido mejor para ti.

Se acerca despacio a Buffy, como un gato a un canario. Se quita con parsimonia su abrigo de cuero negro y lo deja sobre un antiguo escritorio del despacho de la fábrica.

-¿Qué vas a hacer? ¿Vas a matarme? ¿Ahora? ¿Así? Eres un maldito cobarde, Spike. Desátame y enfréntate a mí como un hombre. Ah. Claro... Lo olvidaba... Tú no eres un hombre... Pero sigues siendo un cobarde.

-Voy a matarte, cazadora -se acerca hasta casi tocar su cara. Las aletas de su nariz se dilatan-. Pero no ahora. Sería demasiado fácil, demasiado bueno para ti. Si hubiera querido matarte así, indefensa, lo hubiera hecho hace horas, cuando estabas inmóvil en el suelo. No. Esta noche morirás, pero no será así. Morirás luchando. Pero antes quiero hacerte pagar por todo, y necesito que estés consciente, porque voy a divertirme un poco antes de la caza.

-¿Cómo que tengo que pagar por todo? ¿Tú y tu Drusil... Por cierto... ¿Dónde está la loca de tu novia? Ah... Es eso. ¡Te ha dejado tirado! -al ver la expresión en la cara del vampiro, sabe que ha dado en el blanco y se ríe-. Y la culpa es mía, claro. Pobrecito Spike... abandonado como un juguete viejo al que nadie le importa, porque no le importas a nadie, por eso nadie quiere repetir otra noche contigo porque seguro que eres una cosa insulsa y aburrida, por eso Parker ya no te devuelve las llamadas y...

-¿Parker? ¿Pero de qué coño... -Spike se acerca más y la mira fijamente, primero confuso y ahora comprendiendo-. Así que ese Parker te ha echado un polvo y luego ha pasado de ti...

El eco de las carcajadas de Spike rebotan contra las paredes del viejo edificio, volviendo a la dolorida cabeza de Buffy, que cada vez está más furiosa, por su situación y porque ese desgraciado vampiro oxigenado esté burlándose de ella.

-¿Y tú qué? Una tiene que estar loca para acostarse contigo. ¿Qué digo? Ni siquiera una trastornada como Drusilla quiere follar contigo ¿Y sabes por qué? Yo te lo diré. Porque sólo tenía ojos para Angelus. Él sí que sabía satisfacerla y no tú. Es eso ¿verdad? Pobrecito Spike, das lástima, como vampiro eres patético, primero incapacitado en tu sillita de ruedas y luego... ¿Cuál es la palabra? Manso, cabestro, cornudo y... ah, claro, e impotente... impotente... impotente... impotente ... -Buffy repite la palabra entonándola como en una cancioncilla ofensiva de patio de escuela.

Spike aprieta los dientes y sus pómulos aún se marcan más en sus rasgos afilados. La cazadora no sabe lo que está haciendo al provocar la ira de un maestro vampiro como él. De un zarpazo desgarra su blusa y se la quita. Luego se lleva la mano a su cinturón, desabrochando la hebilla, lentamente, sin dejar de mirarla con sus ojos de hielo, furiosos.

-¿Qué... qué vas a hacer? -ahora Buffy empieza a asustarse de verdad.

-Voy a darte lo que te mereces, cazadora. Voy a hacerte gritar. Voy a hacerte llorar. Porque ese es mi lema, ya sabes, "si no lloran, no es divertido".

Saca la correa de su pantalón y la rodea, situándose detrás de ella y arranca el sujetador. ¡FLAP! ¡FLAP! ¡FLAP! Los primeros correazos en su espalda desnuda dejan profundas marcas rojizas. Buffy aguanta las ganas de gritar. No va a darle esa satisfacción. No gritará. ¡FLAP! ¡FLAP! ¡FLAP! Spike sigue azotando más fuerte, desea oirla chillar del dolor. Cada azote deja marcas de sangre en su espalda, pero Buffy aguanta estoicamente, ni un quejido, ni un lamento, ni una lágrima. ¡FLAP! ¡FLAP! ¡FLAP! ¡FLAP! Cada vez más fuerte, más furioso. Su espalda es un cuadro abstracto de color rojo, de rojo sangre. Sangre. Sangre. El olor de la sangre enerva aún más los instintos violentos de Spike. Sangre. Sangre de cazadora. Poderosa. Y Spike está hambriento.

Las piernas de Buffy casi ni la sujetan, a punto de desvanecerse por la brutal flagelación. Spike deja caer el cinturón en el suelo y acerca su boca a las heridas abiertas. Lame la sangre. Pasa la lengua despacio por las profundas marcas, saboreando el dulce elixir. Dios. Es mucho mejor que lo que recordaba. Sangre de cazadora. No. No es solamente mejor. Es... es diferente. Es... es... Su lengua ávida lame con fruición, desesperado. Más. Necesita más. Ahora.

Buffy siente la lengua helada en su espalda, que extrañamente calma el dolor de las heridas, y una mano fría le sujeta el vientre desde atrás. La otra mano tira de su cabello hacia un lado, exponiendo la vena yugular, latiendo desafiante, el pulso acelerado. Se clavan. Profundos. En su cuello. Au. Enormes colmillos blancos llegan a los vasos repletos del magnífico líquido rojo. Cada sonido de succión es un sorbo de éxtasis en la boca de Spike y una bajada vertiginosa en una inmensa montaña rusa para Buffy.

"Para, para, para, para, detente, detente que la vas a matar. ¡PARA!"

No. No va a matarla así. No es tan rastrero. Sólo quiere castigarla por su insolencia, por ser una zorra arrogante. Spike hace un esfuerzo sobrehumano por separar su boca del cuello de Buffy. La sangre de cazadora corriendo por sus venas siempre le ha llenado de fuerza. Se siente borracho de poder. Apoya la cabeza en el cuello de la cazadora, aspirando su perfume, llenándose de su aroma. Exquisito. Sin darse cuenta sus manos van hacia los pechos de la chica, y acaricia los pezones que se ponen duros del contacto con la fría yema de sus dedos mientras su lengua recorre su cuello, su nuca, llenándose del sabor a vainilla de su piel.

-¿Qué... qué ... es... estás... ha... haciendo? -balbucea la chica, aturdida-. ¿Spike? Spike no...
Pero Spike no puede pensar en otra cosa que en el deseo delirante que le está volviendo loco, que está a punto de rebentarle el pantalón, sólo piensa en saborear esa maravillosa piel, esos rígidos pezones, que devora con ansia, mientras oye el palpitar acelerado del corazón, que parece recitar una retahíla, una cancioncilla: impo-tente-impo-tente-impo-tente... y la ira vuelve a apoderarse de él.

-¡Cállate! ¡Cállate! ¡NO SOY UN PUTO IMPOTENTE! ¡CÁLLATE, ZORRA! -le baja la falda de un tirón y arranca las bragas, mientras baja la cremallera de su pantalón.

Le sube las piernas y las pone a horcajadas, alrededor de su cintura. Buffy aprieta los dientes cuando la penetra violentamente, ahogando el grito que reclama salir de su garganta, mientras susurra suplicando.

-Por favor... por favor... no.... por favor, Spike, no...., por favor no...

Pero el vampiro no la oye, sólo puede escuchar los latidos de su corazón, que ahora le repiten insistentes: más-más-más-más, y él le da lo que pide. Más. Más fuerte, más profundo, más rápido. Más, más, más, mucho, mucho más. Las fuertes manos elevan más las piernas del cuerpo menudo y caliente, para que las embestidas sean más profundas, más intensas y los gemidos y aullidos de Spike son más salvajes, más animales.

-¡No cierres los ojos! ¡Mírame! ¡Mírame! ¡MÍRAME! -ruge enloquecido.

Cuando Buffy abre los ojos, Spike se pierde en el verde brillante, cegador, sobrecogedor, y se corre gritando, abrazando con fuerza ese cuerpo caliente. Caliente, vivo y caliente. Su cara se transforma, ojos amarillos, frente prominente, los colmillos clavándose, penetrando de nuevo en su carne, sorbiendo, succionando. Refulgentes. Esa es la palabra. Sus ojos son refulgentes. Vuelve a su aspecto humano. Quiere volver a mirarla, a perderse en sus ojos de nuevo, y entonces lo ve. El brillo. Refulgente. El brillo de las lágrimas.

Se separa despacio, como despertando de un sueño alucinante. Intenta apartar su mirada de la de ella, pero no puede. Su mirada terrible. Acusadora. Condenatoria.

-Te habrás divertido... -susurra Buffy-. Ya estoy llorando. Lo que tú querías... Lo que tú querías, violador hijo de puta...

-Yo... yo no... yo no sé que me ha pasado... no... yo nunca... nunca he hecho algo así... yo... yo... yo no soy un... un... un violador... yo no...

-No... Eres un perfecto caballero inglés -la chica se ríe amargamente entre lágrimas-. Un... perfecto... caballero... que...

Buffy pierde el conocimiento. Su cabeza se inclina hacia delante, y mechones de su cabello rubio le cubren parcialmente la cara, los brazos tirantes, las muñecas peladas por el roce de la cuerda.
Spike contempla rígido su cuerpo pequeño, desnudo, vulnerable.

-¡Mierda! ¡Puta mierda! ¿Pero qué he hecho? -baja la cuerda de la polea y el cuerpo se desploma en sus brazos. Su pulso es débil y rápido y sus labios están resecos. Probablemente habrá succionado más de un litro de sangre. Demasiada. Mierda. Esos no eran sus planes para esta noche precisamente. Nada está saliendo como había previsto ¿Pero qué cojones ha pasado?

Deposita el cuerpo inerte con cuidado sobre un viejo colchón, vestigio del antiguo nido de vampiros. No. No puede arriesgarse a dejarla así. Las cazadoras sanan pronto. Es posible que recupere el sentido antes de que vuelva, así que busca en la mochila. Eso servirá. Saca una cadena con collarín para el cuello y se lo pone, enganchando la cadena a unas esposas y éstas a un gancho de la pared. Tira fuerte. Imposible soltarse. Bien.

Antes de irse saca un cigarro del bolsillo de su abrigo y lo enciende. Vuelve la cabeza para mirarla. No se mueve. Se quita el abrigo y lo deja caer encima de ella, cubriendo su desnudez.

¿Qué ha pasado? ¿Qué ha pasado? No deja de martillear la pregunta en su cabeza mientras camina por las desiertas calles. Su sangre. Esa es la respuesta. No. No lo es. Bien es cierto que la sangre de una cazadora es un poderoso afrodisíaco para un vampiro, pero también lo es el marisco para los humanos y nadie piensa en follarse una gamba después de zamparse una parrillada.

Spike no se lo quita de la cabeza. Antinatural. Peor que la zoofilia. Los vampiros no se acuestan con humanos, los vampiros follan con otros de su misma raza. Los humanos son comida, las cazadoras son pura excitación en la caza, pero son sólo eso. Presas. Trofeos de caza. Sí... Sí... pero ninguna huele, sabe, habla, mira como ella. Su cabello es suave y brillante, su mirada luminosa enciende el deseo y su olor, ay, su olor a vainilla y a fresas, dulce, inocente y a la vez fuerte, incitante, provocador que...

-Oh. Mierda. Puta mierda. Otra vez. ¿Pero qué coño me pasa?

Mientras tanto, Buffy recupera la conciencia sobre el colchón. Intenta levantarse, pero la cadena del cuello se lo impide, así como el efecto del veneno del demonio, que aún mantiene débiles sus músculos. Se siente mareada, tiene la boca seca, pero sobre todo se siente asqueada, asqueada, asqueada. Consigo misma. Es culpa suya. Debería haberse callado, pero no, tenía que llamarle impotente. ¿A quién se le ocurre llamar impotente a un vampiro furioso estando indefensa y a su merced? Tenía que provocarle, tenía que provocar a un animal que no tiene alma ni conciencia porque... porque... porque quería que lo hiciera. Se mordía los labios para no terminar la frase.

"Por favor, Spike no... no pares... no pares... por favor, no... pares".

¿Qué coño le pasa? Un vampiro es un ser repugnante, peor que una bestia. ¿Es por lo de Angel? Pero Angel tenía alma, era diferente. Era dulce y encantador. No. No va a engañarse a sí misma. No pensaba en Angel, ni por un segundo le pasó por la cabeza el recuerdo de Angel al sentir los dientes de Spike en su piel, el dolor, el placer del dolor, las manos frías en sus pechos, su lengua salvaje lamiendo sus pezones, su polla dura entrando en ella con fuerza, vibrante, y ella ahogaba el grito. Porque quería gritar su nombre. "¡Spike!

Necesidad. Tenía necesidad de él. Urgente. Es demencial. Un monstruo que la secuestra, la ata, la azota, le muerde y la ¿viola? ¿Es violación cuando la víctima tiene el orgasmo más intenso de toda su vida? Sí, es cierto que no pidió permiso y la forzó, pero ella lo estaba deseando, cada embestida, cada gemido de él le llegaba al alma y sus ojos... Dios... qué azul más hermoso... como el mar enfurecido, como el cielo después de una tormenta. Quería acariciar su pelo, lamer su cuerpo por entero, quería...

-Oh. Mierda. Puta mierda. Otra vez. ¿Pero qué coño me pasa?
 


***
 


Spike entra con una bolsa en la mano. Se acerca al colchón y Buffy recula hacia atrás, asustada, cubriéndose más con el abrigo.

-No te acerques. No me toques. No me toques, no me toques, no me toques...
Spike se queda parado. Nunca en su vida se ha sentido tan... avergonzado. ¿Culpable? No tiene alma, no puede sentirse culpable, pero esa sensación extraña de pesar, de congoja insufrible dentro del pecho no la había sentido en más de cien años. Desde lo de su madre.

-No voy a hacerte daño. No voy a... a tocarte. Te he traído esto - se acerca al colchón y le ofrece unas botellas de bebida energética-. Necesitas reponer líquidos.
Buffy acerca la mano para coger la botella, se muere de sed, pero el movimiento rápido hace que se maree de nuevo y se tambalea hacia atrás.

-Espera. No te muevas -Spike se sienta despacio en el colchón y abre la botella acercándola a la boca de la chica y sujetando su cabeza. Ella bebe con ansia- Despacio. Traga despacio o tendrás náuseas. Así, despacito. Bebe pequeños sorbos. Poco a poco.
Buffy bebe sin dejar de mirarle. Asustada. No sólo por lo que él vaya a hacer, sino por el temor a que su cuerpo vuelva a reaccionar de la misma manera, porque está muy cerca. Demasiado cerca.

-Date la vuelta -la voz profunda de Spike cosquillea en su oreja y Buffy abre mucho los ojos.
-No... Eso no... -su cuerpo empieza a temblar, no sabe bien si de miedo o de deseo. Tal vez una mezcla entre ambos.

-¡No! ¡Mierda! ¡No es eso! -deja de mirarla aturdido y saca de la bolsa una botellita de ungüento-. Es para la espalda. No voy a hacerte daño, de verdad... yo...
Se calla y traga el nudo que le oprime la garganta. Tira de las piernas de Buffy y despacio la gira de espaldas, tumbándola sobre su abrigo.

-¿Te duele?

-No.

-Sí. Sí te duele. Hay... hay una manera más eficaz de calmar el dolor y desinfectar las heridas. Sanarás antes con mi saliva que con el ungüento.

-¿Por qué haces esto? Voy a matarte, hagas lo que hagas ahora, voy a matarte.

-Esa era la idea, cazadora. Tú y yo. A muerte. Primero pincharte un poco, ponerte furiosa, esperar a que te pase el efecto paralizante por completo y luego un buen combate. Todo esto... tu espalda y... todo... todo lo que ha pasado después no entraba en mis planes. No sé qué demonios ha ocurrido, pero he perdido el control. Ahora tienes que recuperarte si quieres estar preparada para enfrentarte conmigo en plenas condiciones físicas, así que no te muevas. Notarás un poco de frialdad, pero el dolor cesará y las heridas acabarán de cerrar.

Sentir de nuevo la lengua en su espalda es más de lo que Buffy puede soportar. Su lengua, su saliva fría es un bálsamo suave, el dolor desaparece y es sustituido por ese cosquilleo intenso de ardor y deseo en las entrañas que le hace respirar con agitación.

Sentir de nuevo el sabor de su sangre en su boca es más de lo que Spike puede soportar. Oye su respiración, nerviosa, agitada y sigue lamiendo. Desea el contacto con su piel. Se quita la camiseta y sigue lamiendo, despacio, con cuidado, utilizando los enzimas adecuados de su boca para acelerar el proceso de cicatrización, no para verter más sangre. Ahora no. Ahora no desea que sangre, no desea hacerle daño, desea... desea tomarla de nuevo entre sus brazos, volver a sentir su calor, volver a entrar en ese calor palpitante.

Buffy oye el sonido de la cremallera al bajarse. El sonido del vaquero al caer en el suelo. Oh, Dios, sí, sí, sí, sí. ¡SÍ! Quiere su cuerpo frío, desnudo, sobre ella. Sentir su piel. Y se estremece al percibir sus manos elevándole las caderas, recolocándola de rodillas, la cabeza apoyada en el colchón. Se introduce despacio, resbalando suave hacia dentro, muy dentro, porque la entrada está húmeda, muy húmeda por el deseo. Buffy intenta ahogar el quejido hundiendo la cara sobre el abrigo de cuero negro de Spike.

A Spike no le sorprende su humedad. Ya se ha corrido dentro de ella y está lubrificada por su semen. Aaaaah. Es... es... . No hay palabras. Está ceñido en ella, en su conducto estrecho y caliente, entrando y saliendo suave, lento, recreándose, sintiendo, sintiendo su calor.

Buffy no comprende como el frío puede ser tan ardiente. Es fuego, puro fuego dentro de ella, haciéndola gemir ahora que sus embestidas son más profundas, más ansiosas, rápidas, fuertes, potentes, golpeando carne fría contra carne caliente, sin parar, con un ritmo frenético, desesperado, apremiante por encontrar el alivio necesario. Cuando siente el fuego helado, nitrógeno líquido en su clítoris, acariciando, presionando con sus dedos expertos, entonces ya no puede, no puede. Tiene que gritar. Se corre gritando. Spike sigue arremetiendo contra ella con ganas, con ansia hasta que una explosión de semen frío la inunda, la llena, la colma, y los rugidos y alaridos del vampiro se mezclan con los suyos, porque vuelve a tener otro orgasmo. Brutal. Y las embestidas siguen, imparables.

Oye sus gritos, pero eso no le detiene, al revés, es un estimulante para seguir, para seguir tirándosela sin compasión, una y otra vez. Se corre, pero sigue, porque desea más, más, más... Tras varias horas se para, pero no quiere salir de ella. Quiere quedarse allí para siempre, dentro de su calor, aspirando su olor, acariciando sus pechos, su espalda, su culo suave.

Aún le siente dentro. Buffy está temblando. Todo su cuerpo tiembla. Es... horrible. ¿Cuántas veces se habrá corrido? Está extenuada. Temblando de puro éxtasis.
Y eso que se creía frígida... Angel fue tierno y dulce para no lastimarla porque ella era virgen. Estaba tensa y claro, es comprensible, no llegó al final. Se supone que después viene lo mejor, pero no hubo oportunidad de sentirlo, porque se convirtió en el malvado Angelus. Con Parker fue peor. Fingió un orgasmo que no tuvo.

Ahora piensa horrorizada que no era un problema de frigidez. El problema es que lo que la excita, lo que la lleva al límite es que le den caña, que un monstruo perverso y desalmado la tome con brutalidad durante horas, encadenada y en una posición sumisa. "Oh, Dios, soy una degenerada viciosa y horrible... "
 
Spike nota el fuerte temblor en el cuerpo de la cazadora y sale de ella. Dios. Ha vuelto a hacerlo. Le dijo que no iba a tocarla, que no iba a hacerle daño, y ha vuelto a forzarla sin miramiento, de forma salvaje, a aprovecharse de su vulnerabilidad. No puede mirarla a los ojos ahora. Debería romperle el cuello. Sería rápido y no tendría que enfrentarse de nuevo a su mirada de desprecio, de repugnancia, de horror. Pero no serviría de nada. Su mirada está ahí, clavada en su pensamiento, la adivina sin tener que verla.
 
Buffy sigue sin moverse, de espaldas, sin volver la cabeza. Siente sus manos en su cuello. La llave abre el pasador de la correa, se la quita con suavidad, se oye un clic metálico y algo golpea el suelo a su lado. La llave. Buffy levanta la cabeza y le ve. Spike se ha puesto el collarín en su propio cuello y se tapa la cara con las manos. ¿Está... está llorando? Los vampiros no lloran, no sienten compasión.

-Mátame, Buffy -la mira fijamente, sereno, los profundos ojos azules inundados por las lágrimas-. En poco tiempo recuperarás toda tu fuerza, toda tu movilidad y podrás matarme. Hazlo despacio. Véngate. Hazme lo que quieras. No servirá de mucho, pero lo siento. Lo... lo siento.
Buffy no dice nada, se pone su abrigo negro y se acurruca como un gatito, apoyando la cabeza en su muslo. Inmediatamente se queda dormida.


***


Despierta llena de energía. Spike parece dormir. Le contempla con detenimiento. Dios. Su cuerpo es... perfecto. Atlético, sus músculos abdominales tan marcados, su... Oh Dios Santo... Su polla es enorme, es... es... magnífica. Con razón se sentía tan llena, tan mmmmm. Nunca había visto una así, de cerca, con detenimiento. Con Angel todo ocurrió bajo las sábanas, y con Parker todo fue muy rápido.

Es bonita. Es grande, muy grande, pero no tiene venas marcadas ni es rugosa. Parece suave. La toca. Es como mármol. Como una fabulosa columna de alabastro. Blanca, fría, suave y dura. Dura, muy dura.

-Me la vas a cortar ¿verdad? -la voz profunda de Spike provoca un respingo en Buffy, que deja de tocarle de inmediato- Hazlo. Para lo que me sirve... -ahora se ríe de forma triste, moviendo la cabeza.- Tenías razón. En lo de la impotencia, quiero decir. Por eso ella me abandonó por ese demonio Fungus. Porque yo ya no podía hacerlo con Dru. No podía... No después de... -se lleva con la mano el pelo hacia atrás, moviendo la cabeza hacia los lados-. No sé qué me ha ocurrido esta noche, pero quiero que sepas que... que... eh... eeeeh?

Buffy está cogiendo el pene de Spike y lo acaricia despacio, subiendo y bajando la piel con mano que rodea su base, tan fascinada por su tamaño, su suavidad al tacto, la elasticidad de la piel... que no ha oído una palabra de lo que ha dicho Spike. ¿Y los testículos? ¡Qué... bonitos! Tan redonditos y frescos y cuando los toca parece que quieren escapar y se suben y bajan y...

-Creo que tengo el síndrome de Luxemburgo -dice la chica, parando y mirándole a los ojos sin pestañear.

-De Estocolmo -Spike sigue mirándola pasmado-. Y no seas ridícula que no lo tienes. El síndrome de Estocolmo aparece tras mucho tiempo de relación entre secuestrador y víctima.

-Entonces es peor.... Ay Dios... No puedo dejar de tocarte... -sigue acariciando los testículos de Spike-. No sé qué me pasa. Yo... yo creo que... creo que soy una pervertida, una masoquista o algo peor...

-¿Pero qué dices? No entiendo nada. Quieres decir que...
Buffy no le mira, ruborizada, encendida como la grana y asiente con la cabeza.

-¿Que te gustó? -Spike la mira alucinado-. ¿Quieres decir que... que te corriste?

-Oh, siii. Muchas, muchas veces -Buffy besa los músculos de su abdomen-. Tú tienes excusa, eres malo, eres un vampiro, pero lo mío es peor porque...

-¡Habrase visto puta manipuladora! Yo sintiéndome culpable y tú pasándotelo en grande a mi costa... -se levanta furioso, pero de pronto se para y se ríe como un poseso ante la mirada de estupor de Buffy-. ¿Pero cómo he podido ser tan idiota? Ya sé lo que nos ocurre. Intoxicados. Estamos intoxicados. Tanto tú como yo. El veneno del demonio Oargn. Estaba en tu sangre y yo bebí. Ahora lo entiendo todo -sigue riéndose-. No fue culpa mía. Fue el veneno. Supongo que es como una droga afrodisíaca que nos nubló la razón y... ¿por qué me miras así?
Buffy se levanta también sonriendo. Claro, respira aliviada. Está drogada por el veneno del demonio. No es una pervertida, sólo es un efecto secundario. Ahora es ella quien mira a Spike como el gato que se quiere comer al canario.

-Mi mascota... -se acerca a acariciar la cadena de su cuello, entornando los ojos-. Mientras dure el efecto de la droga vas a ser mi hermoso animal de compañía. Voy a jugar contigo, Spike. Me diste tu permiso ¿recuerdas?. ´"Hazme todo lo que quieras". Eso me dijiste.

Spike la coge del cuello furioso, transformado.

-No voy a ser tu puta mascota. Puedo matarte cuando quiera con mis propias manos, o morderte y desangrarte cuando menos te lo...

-La llave, estúpido -Buffy le pega un puñetazo en la cara-. Está fuera de tu alcance. Si me matas no podrás soltarte, y si te pones muy tonto, te amordazo y te ato las manos. -Se quita el abrigo y Spike no le quita ojo a su cuerpo desnudo, mordiéndose los labios-. Bonita piel. A lo mejor me la llevo y la clavo en la pared como un trofeo.

Y Spike no está muy seguro de si se refiere a la piel de su abrigo de cuero o a la suya propia.

-Eres una zorra... una puta que... Aaaaah..

Spike se estremece. Buffy está de rodillas y pasando la lengua por su polla. La está lamiendo como quien chupetea un caramelo. Para Buffy es como un helado, pero mejor. Saborea el glande y baja hacia los testículos. Quiere experimentar. Nunca había tocado una polla y mucho menos la había chupado, así que no tiene prisa. Es toda suya. Lame, relame, chupetea, acaricia, aprieta, pellizca, incluso muerde un poco, haciendo caso omiso a las demandas de Spike, que está desesperado.

-Por favor... métetela ya en la boca... hazme una mamada... hazme lo que sea... pero por favor, hazlo ya...

Buffy se la mete en la boca, para alivio de Spike y la chupa lentamente, cogiéndola desde la base, porque es muy grande.

-Así, amor, aprieta más los labios, eso es. Chupa con fuerza, de arriba a abajo. Eso es.. Por favor, no te pares ahora... más rápido... Por todo lo que más quieras... me estás matando... por favor, por favor...
 
Buffy sigue despacio, torturándole. Le gusta verle así, temblando de deseo, intentando embestir contra su boca, pero cada vez que lo hace, ella se aparta. Tiene que entender que ella lleva las riendas. Sigue chupando con insistencia, ahora algo más rápido, más rápido y apretando más fuerte.

-Dios... cazadora... me corro... Ahhhh, aaaaaaaah.

Su semen fresco, sale disparado estallando en su boca. Sabe raro, pero no le disgusta. Entre salado, ácido y picante. Y está frío.

-¿Qué, cazadora? Buena cosecha ¿eh? ¿Es diferente al sabor de los humanos?

-¿Y yo qué sé? -Buffy pasa la lengua por la punta, golosa.

Spike se queda mirándola. "¿Qué edad tendrá? Joder. ¡Si es una cría! ¿Diecisiete, dieciocho? -se sienta a su altura y le toma la cara dulcemente con las manos.

-No habías hecho esto nunca ¿verdad? -le pregunta acariciando su pelo, aspirando su aroma.

Ella no dice nada, pero se ruboriza. Sus manos no pueden estar quietas. Toca sus abdominales, sus pectorales, acaricia, aprieta, chupetea sus pezones. Más, quiere más. Ahora está caliente, muy caliente y necesita tenerle dentro. Ahora.

Tira fuerte, muy fuerte de las piernas del rubio vampiro para tumbarle y oye el crujido. ¡Crack!

Spike no se mueve. Su cuello está en una posición extraña, la cadena de la correa muy tirante y sus ojos están cerrados. ¿Pero que ha hecho?

-Oh, Dios... ¿Spike? ¡SPIKE! -corre a por la llave y la introduce en el collarín- ¡Respóndeme, Spike, maldito seas!

En cuanto le quita el collarín, Spike, aprovechando la turbación de la chica y el factor sorpresa, se lo vuelve a poner a ella con una velocidad sobruhumana y la mira sonriente.

Hace oídos sordos a los gritos, insultos, provocaciones, amenazas y demás demonios que salen por la boca de Buffy. Se levanta del colchón sin decir ni una palabra, se viste y se va al local de Will. Necesita unas cuantas cosas. La noche puede ser muy, muy larga.
 

***
 

"Hijo de puta... Yo pensaba que le había roto el cuello y estaba tan preocupada, tan angust... "¿Angustiada por Spike? Ufff. Los efectos de esta intoxicación son más graves de lo que pensaba... y ¿dónde coño ha ido ese estúpido vampiro oxigenado? No me habrá dejado aquí tirada... ¿o sí? Y yo estoy tan caliente... No puedo dejar de pensar en su cuerpo, en sus ojos, en su enorme..." Buffy cierra los ojos y se lleva la mano entre sus piernas, suspirando.

-Shhhhh. No hagas eso... -oye su voz grave, de pronto a su lado y antes de que pueda reaccionar, él coge su mano y le muerde en la arteria, succionando despacio. Buffy pone los ojos en blanco, suspirando, arrebatada.

-Ya ha vuelto el amo, y el amo tiene el poder de decidir cómo y cuándo te corres. Voy a disfrutar de lo lindo, voy a hacerte de todo y sin sentirme culpable. No sabes cuánto me tranquiliza saber que no soy un anormal. Sólo estoy infectado, tu sangre me ha infectado, cazadora -chupa sus pezones con ansia, lamiendo, succionando, dando pequeños mordiscos y Buffy se agita-. Mnnn qué bien hueles. Es todo tu cuerpo, despide un aroma a excitación sexual que me vuelve loco. Voy a comerte, a comerte toda, entera, a comerte...

Mientras Spike hunde la cabeza entre las piernas de Buffy. Ella está aterrorizada. "¿Va a morderme ahí?"

-¡Aaaaaaaaah! -sus piernas se agitan impulsivamente. No. No la está mordiendo. Oh... no... Es su lengua fría acariciando, rozando su clítoris despacio, entrando dura en su vagina- Mmmmm, mmmmm, mmmmm.

Nunca había sentido algo así. Se lo hace despacio. Tiene un instinto increíble. Cuando presiente que se va a correr, baja el ritmo, para retener el orgasmo y sigue más lento, incitando, estimulando hasta que la chica llega al límite del deseo, impaciente, exasperada, casi histérica por conseguir el alivio, para que no pare esta vez.

Y ahora no para, no para, no para, porque no necesita respirar, pero ella sí, necesita respirar, porque se está quedando sin aliento, porque el orgasmo comienza tan fuerte que le corta la respiración. Inesperadamente él se para, manteniendo separadas sus piernas. Ella está desesperada. "Sigue, sigue" le dice con los ojos, agitada, pero Spike sonríe ladino.

-Suplícamelo. Implora y lo haré. Pero rebájate a pedirlo, zorra...

-Por favor, Spike, por favor, no pares, por favor... -la lengua vuelve a su clit, y Buffy grita sacudida por una corriente de placer infinito que le arquea la espalda y que sacude su pubis impulsándolo hacia arriba y abajo sin control.

Las sacudidas van perdiendo intensidad, y entonces Spike se separa y la mira. El brillo de sus ojos, la transpiración de su cuerpo, el olor y el calor que despide su sexo. Y su sabor... Es tan maravilloso como el sabor de su sangre. De su sangre.

Se lanza sobre ella transformado y al tiempo que la penetra, sus colmillos también penetran en su cuello, volviendo a abrir las heridas, penetra y succiona, embiste y succiona, empuja y succiona. Es el paraíso.

-Spike, sí, oh, sí, siiiiiiiiiii -el vértigo es alucinante, las embestidas son rudas, violentas y salvajes. Está follándola como un animal. Se aparta de su cuello y vuelve a su aspecto humano, aprieta sus pechos con rudeza y sigue embistiendo, arremetiendo, mirándola a los ojos, extasiado. Tira de su pelo con fuerza.

-Dímelo, cazadora. Mírame y dímelo. Díme lo que quieres. Necesito oírtelo decir. No pares de decírmelo.

-Fóllame, Spike, fóllame, fóllame, fóllame...
 

***
 

Buffy despierta débil y muy mareada. Unas manos frías le sujetan la cabeza mientras la bebida energética vuelve a bajar por su garganta poco a poco. Oh sí. Tenía sed. Mucha sed. Los brazos caen pesados , no tiene fuerzas para moverlos. La cadena cae al suelo y siente los brazos fuertes de Spike que la cogen en brazos.

-¿Dón... dónde... me... ... me llevas? -consigue articular.

Spike la tumba de espaldas en el escritorio y susurra a su oído sujetando la cadena que oprime su cuello.

-No olvides que tú eres mi puta mascota, que yo soy el amo y puedo hacer contigo lo que quiera. Angel sólo te descorchó, amor. Pero yo soy el primero en todo lo demás. Yo he sido el primero al que le has chupado la polla. Seguro que he sido el primero que te ha comido tu lindo coñito y con quien te has corrido hasta ver las estrellas, así que también voy a ser el primero con quien vas a tener sexo anal. Será como tomar tu segunda virginidad -se relame el labio inferior, con un gesto lascivo.

Buffy, sin fuerzas para protestar ni para moverse le ve acercarse de nuevo, con movimientos felinos, como un tigre salvaje. Sus ojos azules brillan al destapar el frasco de lubricante. Coge una buena cantidad y la unta despacio en el orificio, besando y lamiendo sus nalgas. Introduce un dedo, cargado de crema, luego mete dos dedos y los gira hacia un lado y hacia otro. Buffy ahoga un quejido y se revuelve. Spike tira de la cadena de su cuello, volviéndola a inmovilizar con brusquedad.

-Agradéceme que haya ido a por lubricante y pórtate bien, porque si no lo haces, los próximos días te follaré en seco y te aseguro que será peor.

-¿Los... próximos... días...?

-Ah... Claro. No te lo he dicho. Antes cuando me fui, me acerqué al bar de Will, que suele tener de todo y me agencié el lubricante y... un botecito de toxina de demonio Oargn. Eché unas gotitas en tu bebida, la dosis justa para que no te resistas, para que sigas excitada mucho más tiempo. Vamos a jugar juntos mucho, mucho, mucho. No quiero que esto se acabe. Quiero tenerte así, encadenada, como una perra en celo y te follaré día y noche, a todas horas, siempre que quiera, siempre que me apetezca, porque tú también lo deseas igual que yo...
Buffy siente la punta de su polla presionando su esfínter y aguanta la respiración.

-No... así no -Spike la coge de nuevo en brazos y la deja sobre el colchón-. Así no puedo verte. Quiero ver tus ojos, la expresión de tu cara cuando te la meta entera en tu apretado culito, amor.
Echa una buena cantidad de lubricante en su polla, que está tan rígida que parece una roca. Buffy mira su envergadura y su grosor sobrecogida, y en su mente confusa sólo puede pensar "qué brillante, qué reluciente, qué aaaaah!

Spike echa las piernas de la chica hacia atrás con rudeza, lanzádose sobre ella, tira del culo hacia adelante y empuja los muslos de la chica más atrás, más atrás. Guía su polla hacia la entrada posterior.

-Relájate, amor, así será menos doloroso...

La invade centímetro a centímetro, ajustándose, encajándose, acoplándose, sin dejar de mirarla, estudiando todas sus reacciones: las gotitas de sudor de su frente, el corazón acelerado, el estremecimiento que la recorre entera, el lamento que sale de su garganta, los dientes mordiendo los labios, los ojos no pueden ocultar el dolor. Spike se siente abrazado, acogido dentro del espacio reducido, caliente, muy, muy caliente, entonces empieza moverse lentamente hechizado por el calor que irradia el cuerpo de la pequeña cazadora, tanto por fuera como por dentro. Buffy sigue temblando, caliente, quema, quema, arde por dentro, arde, fuego, fuego frío que le quema.

-Spike... -susurra con un hilito de voz- me hace daño...

-Lo sé, amor. Al principio siempre duele. Intentaré ir más despacio...

-No... No... -le coge del pelo, alterada-. Todo dentro. Necesito que entres del todo, profundo, completo... Lo deseo tanto que me duele. Quiero más, Spike, más fuerte...

El vampiro la mira asombrado y acomete ahora con ímpetu, fuerte y duro. Buffy gime como loca y sus paredes internas se contraen al alcanzar el clímax. Spike se corre al sentirlo, sin poder contenerse ya. La saca despacio y baja las piernas temblorosas de la chica. Acerca su cara a la suya, respirando su aliento jadeante, sumergido en sus ojos y roza sus labios. Ella saca ávida la lengua y lame sus dedos con ansia, envolviéndole con sus piernas, pura excitación. Él sonríe, divertido.

-¿Quieres más?

-Síiii, por favor... -Buffy está como ida, ajena a cualquier cosa que no sea la imperiosa necesidad de volver a tenerle dentro, de tocarle, de lamerle, de volver a sentir su piel, el contacto de su fría piel, de sus manos, de su lengua sobre ella, lo que sea, pero lo necesita con urgencia.

-¿Tantas ganas tienes? -la voz de Spike baja de tono unas cuantas octavas, siniestra y su mirada es sombría y peligrosa, mientras se relame- Vamos a comprobar cuántas ganas tienes, hasta dónde estás dispuesta a llegar...
 
 
***

-Aaaaaah! -abatida Buffy se lleva las manos a la cara y empieza a llorar desconsolada- lo necesito... te necesito...

Algo se le remueve dentro a Spike. El corazón le hubiera dado un vuelco en el caso de haberle latido y sólo desea confortarla y consolarla, abrazar ese cuerpo menudo y tembloroso, tan fuerte y tan frágil a la vez y hacer todo, todo lo que quiera para que deje de llorar.

-No, cielo, no. No llores. Voy a hacerte disfrutar hasta que no puedas más, voy a hacerte sentir que tocas el cielo con las manos -y mientras habla la abraza y besa todo su cuerpo, abre sus piernas y se hunde en ellas. Buffy acaricia sus cabellos rubios, extasiada por el inmenso placer que le provoca, cuando siente los dedos fríos entrar en su vagina y en su ano a la vez que su lengua le estimula el punto se corre gritando su nombre.

-¡Spiiiiiike!

Pero aunque el orgasmo ha sido intenso, no es suficiente. Sigue estando hambrienta. Hambrienta de Spike. Y él también lo está de ella.

Lo hacen sin parar. Se muerden, se chupan, se tocan. Buffy le monta y le cabalga, luego Spike la sodomiza de pie contra la pared, follan de rodillas, de frente, de espaldas, en todas las posturas, con los dedos, la polla, la lengua por todos los orificios de su cuerpo. Hunde sus colmillos en su cuello tomando pequeños sorbos y la embiste rudamente, con toda la fuerza y la violencia de la que es capaz.

-¡AAAAAAAAAAAAAHHH! -Buffy chilla y las paredes de su vagina se convulsionan enérgicamente al sentir el frío semen explotar de nuevo dentro de ella- Síiiiiii,, síiiii.
Llevan varias horas más haciéndolo sin llevar la cuenta de las veces que se han corrido. Spike abraza su cuerpo caliente, caliente. Demasiado caliente. Buffy arde de fiebre, el fuego la está consumiendo por dentro y no hay nada que pueda aliviarla más que el frío, el frío, el cuerpo frío de Spike. Se agita inquieta cuando él sale de ella y sus ojos le miran brillantes, febriles, suplicantes, perdida en los ojos azules de Spike, acariciando sus labios, sus pómulos, su rubio cabello. El mundo ha dejado de existir para ella, no existe nada excepto él, y le necesita imperiosamente. El dolor de la separación la está matando, la está matando.
 
-No... no... no te vayas... no me dejes -murmura medio ida, abrasada por la excitación y el ardor que la domina-. Por favor, Spike, cariño, te deseo, te deseo, te deseo...

Sigue delirando por la fiebre, suplicando más, completamente trastornada.

-Haré lo que quieras, todo lo que quieras... ¿Quieres que te la chupe? ¿Lo volvemos a hacer por detrás? ¡Ya sé lo que quieres! Muérdeme, muérdeme, toma mi sangre, o pégame, azótame, hazme daño si es lo que te gusta pero fóllame, fóllame, fóllame...

Spike está aterrado. Ni Drusilla en todos los años que llevan juntos ha estado tan perturbada como ahora lo está Buffy, que delira, murmurando hasta que se desmaya. Spike coge el frasquito de veneno de demonio Oargn, lo mira durante un rato y luego lo estrella con fuerza contra la pared.
 

***
 

Buffy se remueve inquieta, y se gira en posición fetal. No deja de llorar. Spike se estremece al verla. Las magulladuras en sus pechos, las marcas de sus mordiscos, las líneas rojizas de su espalda... Seguramente tendrá desgarros y laceraciones en otras zonas menos visibles también.

Sin embargo las heridas y la sangre no suelen impresionar a un vampiro. Es algo natural en sus relaciones sexuales. Lo que estremece a Spike es verla sollozar. Así, encadenada, con la correa en el cuello, parece un cachorrito apaleado, el cordero en manos del lobo. Con el corazón en un puño le quita la correa del cuello.

-No podía hacerlo con Drusilla. No después de lo de Angelus. Cuando él volvió a nuestras vidas, ella sólo quería estar con su "papi" y yo no podía hacer mucho en la silla de ruedas. Los vampiros desprecian la debilidad y Angelus te aseguro que podía ser muy retorcido, mucho más cruel de lo que ahora me apetece recordar. Pero eso no era todo. Luego fue peor. No podía soportar que ella me tocara, porque estaba fría... fría. Yo necesitaba calor. Tu calor. Porque estaba obsesionado contigo, amor, con la cazadora. Me engañaba a mí mismo diciéndome que si te vencía y tomaba tu sangre volvería a ganarme el respeto mi princesa oscura y todo volvería a ser como antes.

Pero cuando me imaginaba luchando contigo, mordiendo tu cuello, podía casi sentir el calor de tu cuerpo y me empalmaba de deseo por ti. Drusilla era mi alma gemela, mi sire, yo quería protegerla, cuidarla, amarla... pero los vampiros no aman. Follan imponiéndose en relaciones de dominación o sumisión, pero no aman... Sin embargo yo la quería, la amaba... y ella a mí no. Siempre fuí su juguete, como su muñeca Mis Edith, por eso ya no podía acercarme a ella, porque su frialdad me hacía desfallecer.

Buffy sigue agitándose, cada vez más inquieta y alterada.

-Esta noche es la primera vez que lo hago con una mujer. Una mujer viva. Una mujer de verdad. Tu corazón palpitante, tu respiración agitada, tu transpiración, el aroma que despide tu cuerpo y tu calor me volvieron loco, loco... Oh, Dios. ¿Pero qué te he hecho? -se sienta en el colchón y acaricia su cabello.

-Spike, por favor, por favor, por favor -gimotea Buffy-. Me duele, me duele si no estás conmigo, si no estás dentro de mí. ¿Por qué me torturas así? ¿Por qué no me matas de una vez?
 
Se acerca más a ella, lamiendo su espalda, la abraza, acariciando sus pechos y le acaricia el punto del placer con suavidad. Ella deja de llorar y se arrima más a él, moviéndose rítmicamente, de forma espontánea, como un reflejo.

-Spike... sí... -murmura febril-. Siiiiiií... Siiiiiiiií... Te deseo tanto, tanto...

-Lo sé, shhh, lo sé, amor -continúa acariciándola-. Esto te alivia... Te alivia pero no te cura... No sé que debo hacer para curarte. "NO APTO PARA HUMANOS". Tenía que haberlo visto, pero estaba tan ciego... Soy un monstruo, de eso no hay duda, pero esto es lo más bajo y despreciable que he hecho en mi vida. Los vampiros no tenemos alma, pero yo tenía mi dignidad, y ahora ni eso. Y ni si quiera tengo la excusa de estar drogado, porque el veneno Oargn no funciona en vampiros, por eso los demonios huyen de nosotros... Yo quería que fueras mía, sólo mía y odiaba la idea de que al amanecer volvieras a pensar en ese capullo de Parker. Oh, Dios, Buffy... tenías razón, te estás muriendo, te mueres y es por mi culpa. Fuí a ver a Soar, el hechicero. Dice que la droga absorbida por la piel en un humano tiene efectos distintos en cada persona y a duras penas sobreviven. Pero es que yo te he dado otra dosis y te estás muriendo de deseo, de deseo insatisfecho... pero no voy a dejar que mueras así. Buffy, ¡Buffy! ¿Me oyes? Tienes que decirme qué es lo que quieres, qué deseas y lo haré, todo lo que quieras. Si satisfaces tus deseos te salvarás, es la única manera de que vivas...

-Te deseo a tí -susurra imperceptiblemente entre gemidos y suspiros provocados por las caricias de Spike.

-Sí, amor, pero hemos follado de todas las posturas, de todas las maneras y no te calmas... Cada orgasmo parece que te excita todavía más. No sé qué hacer para que te calmes, no sé qué hacer para que vivas, no sé qué hacer para satisfacerte... -se ríe amargamente-. Tiene gracia. Sigo siendo un impotente... Ojalá hubiera muerto en aquella iglesia, todo antes que haberte hecho esto. Tú eres Buffy. La cazadora. Admiro tu fuerza, tu voluntad de hierro, tu coraje, incluso tu orgullo y tu arrogancia y daría lo que fuera porque todo volviera a ser como antes y no verte así, reducida a...

-Tu mascota, soy tu puta mascota -Buffy sigue murmurando trastornada, frotándose contra la mano que la acaricia-, soy tu mascota, soy tu puta, tu puta, tu puta...

-¡NO DIGAS ESO! -Spike salta sobre ella angustiado- ¡NO DIGAS ESO!

-Por favor, fóllame Spike, soy tu puta, tu puta mascota, tu puta... -la chica se frota contra la polla dura ardiendo de deseo- tu puta, tu puta...

-¡CÁLLATE! -y para evitar que hable oprime su boca contra la de ella. Pero cuando las bocas se unen, los labios se besan, hambrientos, ansiosos, las lenguas se encuentran y se mezclan ávidas por conocerse porque hasta ahora no se habían besado.

Sin interrumpir el beso, la penetra despacio, fundiéndose en ella, sintiendo ya las contracciones del potente orgasmo de Buffy. Ella acapara y atesora en su boca el gemido de Spike al correrse.
El beso rabioso y salvaje baja de intensidad, haciéndose más tierno, más dulce...

-Buffy, te quiero, te quiero, te quiero amor, te quiero... -Spike susurra a su oído. Buffy sigue corriéndose inundada en el semen y en las palabras de Spike, que se clavan en su mente, que penetran en su cuerpo y que se guardan en su alma: "te quiero, te amo, te quiero..."

Por fin Buffy se siente llena, colmada, saciada, satisfecha, complacida, calmada y feliz, feliz, feliz. Su respiración vuelve a relajarse, así como su ritmo cardíaco. Las pupilas antes dilatadas recuperan su estado natural y su temperatura febril desciende hasta los niveles normales, quedándose dormida, relajada y tranquila en brazos de Spike.
 

***
 

-Como si no hubiera ocurrido ¿verdad? -insiste Spike, mirando el documento que tiene delante-. Me aseguras que no quedará ningún vestigio de lo que ha pasado esta noche ¿no es eso?

-Sí -sonríe siniestro Soar, el hechicero-. Será como volver atrás en el tiempo. El conjuro es complicado y su precio es alto. Muy alto. ¿Estás seguro de lo que vas a hacer? En cuanto firmes con tu sangre sabes que no hay vuelta atrás. Un año es mucho tiempo.

-No tanto tiempo para un ser inmortal. He vivido más de cien años. Un año no es nada.
-Te auguro que este año se te puede hacer eterno. Lee bien el contrato, pues si después incumples con tu parte del trato, el hechizo se romperá.

-Y cuando haya expirado mi contrato ¿yo tampoco recordaré nada de lo ocurrido?

-Nada en absoluto.

-Necesitaré unos minutos en cuanto hayas realizado el hechizo -Spike coge la pluma, que se clava en sus dedos, llenándose de su sangre y firma el documento-. Después seré todo tuyo, Soar. Tu puta mascota durante todo un año.

***
 

En el cementerio, Spike acecha oculto tras un árbol. En cuanto ve acercarse al demonio Oargn salta sobre él y le rompe el cuello. Puede percibir el olor de la cazadora, cada vez más cerca y se oculta tras el mismo árbol.

Buffy se acerca murmurando para sí misma

-Yo creí que le gustaba... Creía que había algo especial entre nosotros, que Parker sentía algo por mí. Me entregué a él y no quiere volver a verme ¿Por qué? No lo entiendo...

Soar aparece tras Spike y le engancha una cadena al cuello, obligándole a ponerse de rodillas, mientras baja la cremallera de su pantalón.
 
Ser amada. Es lo que deseaba desesperadamente. Buffy ansiaba que la amaran. ¿No es lo que desean todos? Al menos los humanos. Bueno... los humanos y ese vampiro extravagante y peculiar con cabello rubio decolorado y ojos azules de hielo.